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Samantha:

—…entonces, estiras la masa así —Ellie estiró la masa de galletas, lo hacía con mucha habilidad, demostrándole a mi hermano como hacerlo. —. Luego tomas el rodillo, y lo pasas suave pero firme.

Ella parecía toda una repostera profesional, mientras que Alec parecía un tonto que trataba de no romper la masa cada que le daba un estirón muy fuerte.

Estaba sentada en un banco alto, frente al desayunador, dónde ellos se proponían hacer galletas. Mi mejor amiga había invitado a mi hermano a hacerlas, a ambos les gustaba la cocina, pero Alec a veces era muy tosco con las cosas delicadas. Era divertido ver las caras que ponía Ellie cuando él hacía un desastre, prácticamente toda la cocina estaba bañada en harina y azúcar. Pero era paciente, la verdad, yo ya me hubiese alterado por su lentitud al hacer todo.

—Bien —lo felicitó sonriente, cuando estiró la masa sin romperla. —. Ahora con el rodillo…

Los observé. Ambos eran bastante atractivos, aunque me costara admitir que mi hermano lo era, pues era mi hermano. Iugh. En la escuela, usualmente, las chicas se acercaba a mi para preguntarme sobre él, era un fastidio. Ellie tenía el cabello oscuro atado en una coleta, sus rizos rebeldes se escapaban de esta, enmarcándole el rostro, su cara era totalmente distinta a cuando no estaba concentrada; fruncía ligeramente el ceño y se mordía los labios. Ella era realmente bonita, y tenía seguridad, eso la hacia aún más bonita. Mi hermano se había atado el cabellos Largo también, aunque no le daba el largo como para hacerse una cola sin que se le soltaran los mechones castaños, él también estaba concentrado, pero también frustrado, se relamía el labio inferior constantemente. Se veían bien juntos.

Había aprendido a observar silenciosamente con Ellie y los demás, eso era lo que ellos hacían; observar y analizar. Sobre todo Seth, él no estaba ahí porque había salido a buscar a Dexter, supuse que también buscaría a su novia.

Recordaba la conversación que tuve en el auto con Alec, le había preguntado si le llegó a gustar Ellie, pero no supo que responder. Eso me dejó pensativa, sin embargo, no me atreví a sacar conclusiones.

—No, así no —lo reprendió mi amiga. Alec había roto de nuevo la masa, pero está vez con el rodillo. Él se relamió el labio inferior, avergonzado. —. Ven.

Al decirlo, él se movió más cerca de ella, quién se estiró los brazos y posó sus manos sobre las de él, las que estaban en el rodillo. Los miré, callada. Ellie empezó guiar las manos del castaño, con suavidad y firmeza.

—Así…—dijo, casi en un susurro. Él asintió, concentrado. Ninguno parecía  incómodo con la cercanía del otro, tal vez mi hermano estaría algo sorprendido, y Elle algo nerviosa. Ya una vez dijo que la presencia de mi hermano la ponía muy nerviosa. —. Bien, vas bien, Voldemort.

Se apartó cuando la pasta amarillenta no se rompió. Se movió con agilidad por la cocina, buscando unas cosas.

Admito que una vez llegue a sentir miedo. Miedo de que cuando ellos volvieran hablar, me ignoraran o me hicieran a un lado. Tenía una gran química, eso me asustaba. Pero no, no había me habían dejado fuera de la conversación en ningún momento, de hecho, eran ellos mismos quienes me sacaban conversación de un tema que el otro no tenía ni idea. Me sentía aliviada, tranquila, feliz.

—Samy —me llamó, haciendo que apartara mis ojos de Alec. Hice un ruido para que continuara. —. ¿Chispas de colores o gotas de chocolate?

Alzó los dos frascos de cristal, ambos estaban casi por la mitad. La miré, dubitativa.

—Mmmh, ambos —sugerí. Ella sonrió, complacida por mi respuesta.

—Me gusta como piensas, Amorshi —usó el lote cariñoso que me puso. Sonreí. Con Ellie podía sentir que era yo misma, que alguien escuchaba todas mis estupideces sin juzgarme, que a todo lo que decía, prestaba suma atención, como si tratara de algo importante. Me hacía sentir así, y también especial. Era la mejor amiga que cualquiera podría tener, estaba loca, sí, pero era buena, mucho.

—Soy toda una gánster, Morshi —bromeé. También le había puesto un tonto apodo, era lindo, empalagoso, pero lindo. Ella se río, mi hermano también.

—Oye, ¿viste el capítulo cinco de TB? —preguntó, mientras ponía las chipas frente a Alec. TB (True Beauty) era un drama coreano, el cuál habíamos iniciado a ver juntas. Negué con la cabeza.

—No, no he tenido tiempo —solté, jugando con uno de los saleros de la madre de Elle. Ella me miró por sobre su hombro, con cara de “Sí, claro. Y yo no soy la esposa de Harry Styles porque Tom Holland me ama y no sé que hacer”. Y sí, su cara me había dicho todo eso.

—Claaaro —giró los ojos. Inspeccionó el trabajo de Alec con la masa, la cuál estaba bien estirada y plana. —. Bien, estira un poco más, para que quedé sin lados más gruesos que otros, sino las galletas se quemarán porque unas son más delgadas y estarán listas más rápidas que las otras.

—Sí, señora —asintió con la cabeza, siguiendo con lo suyo. Mi amiga volvió a pisar sus ojos oscuros sobre mi.

—¿Qué te perecerse si vienes a verlo el viernes? —propuso, tenía una sonrisita.

—Debo preguntarle a mis padres —le recordé. Ella asintió y se volvió a concentrar en mi hermano.

—¡Ahora vamos a darle formas! —sacó un montón de cortadores para galletas de un gabinete. —. Samy, ven a ayudarnos.

Me levanté del banco, un tanto contenta, quería ver si había forma de conejito. Efectivamente, habían, y un montón, de distintos tamaños y colores. Yo tomé una mediana color morado, Alec tomo una de un gatito azul, y Ellie tomó una que parecía ser una flor rosa. Empezamos a cortar la masa, luego le poníamos chipas y las colocábamos en la bandeja para llevarlas directo al horno.

Estábamos cómo por nuestras tercera bandeja cuando escuchamos las voces de los chicos.

—Gen, no le hagas caso a Dexter, él es un imbécil —la voz ronca de Seth se oía algo molesta. Me puse algo incómoda cuando escuché el nombre de su novia. No la conocía bien, solo la había visto una vez, y ni siquiera habíamos hablado.

—¿Acaso dije algo malo? —la voz de Dexter sonaba aburrida, y a la vez confundida. No tenía mucha relación con él, se notaba que era un chico apático y poco hablador, tal vez fuera por eso que me agradaba.

Cuando aparecieron por la entrada de la cocina, Ellie dejo de rociar chispas a unas flores, y se acercó corriendo a Dexter.

—¡Amor! —gritó, efusiva. Todos quedamos descolocados por la manera de llamarlo, el abrazo de oso era algo muy Ellie. Seth fue el único que no tenía cara de “WTF?”. Dexter puso cara de repulsión, e intentó apartarla, eso hizo que ella lo abrazara más fuerte. —. ¿Me extrañaste mucho, cierto?

—Quítate de encima, loca de mierda —soltó, el desagrado de escuchaba en su voz. Así que Ellie lo molestaba, ah. Intenté no partirme de la risa cuando ella le intento besar la mejilla y él se puso rojo, apartándose de inmediato. —. Estás loca.

Ella se encogió de hombros, divertida. Miré de reojo a mi hermano, que tenía una expresión divertida, pero a la vez rara.

—Me amas así —le restó importancia, y se acercó a Seth, dándole un empujoncito juguetón. Luego miró a Gen.

Ella era un chica alta, no más que Seth, pero sí más que Elle y yo. Tenía el cabello en un tono dorado algo oscuro, sus rizos eran abundantes y definidos, más que los de Ellie, los cuales se veían más como unas ondas. Tenía ojos caramelos y labios rosados y gruesos, su cuerpo era lo que cualquier chica desearía; cintura pequeña, pechos llenos y piernas largas. Me sentí fea.

Ellie la saludó muy dulce y emocionada. Supongo que así era con todos. La tomó de la mano y la acercó a nosotros.

—Mira, ellos son de los que te hablé —soltó sin pensar. Miré a Alec, quién la miraba curioso. —. Ella es Sam, mi mejor amiga.

Gen me sonrió penosa, yo igual. Luego se giraron a mi hermano, quién sonreía amablemente, muy orgulloso con su delantal con mariposas amarillas y naranjas que decía “La mejor repostera y la mejor mamá”, y todo lleno de harina, tanto que algunas partes de su pelo se veían blancas.

—Y este idiota de acá, es Voldemort —dijo, pero se dio cuenta su error y se corrigió rápido. —. Digo, Alec. Es Alec, el hermano de Samy, y uno de mis mejores amigos.

También le sonrió, penosa, pero mi hermano no era muy penoso que digamos, así que él le dio una sonrisa cálida y encantadora.

—Un placer por fin conocerte —se quitó un poco de harina de las manos para darle un medio abrazo.

—Igualmente —su voz era suave y baja.

—Huele a galletas —Seth olfateó la cocina.

—Eso significa que ya están listas —Ellie se movió hasta el horno, cogió un trapo y sacó la bandeja de galletas doradas. Olían muy bien. —. ¡Contemplen nuestra creación, mortales!

Solté una carcajada.

—¿“Nuestra”? —Dexter preguntó, alternado la vista entre los tres.

Elle y Alec asintieron con la cabeza.

Nuestra —dijeron los dos, al mismo tiempo.

—Es como un pequeño bebé —Ellie puso una cara tonta.

—Oye, se te hizo el milagro de que te hiciera un hijo, que bien —Dexter le sonrió, sarcástico y divertido. De inmediato, la peli negra se puso roja.

—¡Pero…! ¡¿Tu cómo sabes eso?! —no se dio cuanta de que había admitido que quería un hijo de mi hermano cuando soltó las palabras enojada. Miró a Seth, con lo ojos entrecerrados. —. Tu…

Lo señaló acusatoriamente. Ellos iban a empezar a discutir, cuando mi hermano habló.

—Esperen, esperen…¿Qué? —su cara de confusión era de otro mundo. Fue en ese momento, en que Ellie notó su error, y se puso más roja aún. —Tu...—señaló a mi amiga, — Quieres un hijo…¿conmigo?

Puso cara de repulsión. Ella lo notó, y bajo el rostro, sus ojos oscuros se clavaron en el piso de madera.

«Ay, no»

Todos—menos el torpe de mi hermano—notamos el cambió de ambiente. Seth miraba a Dexter con desaprobación y von ganas de querer darle un buen golpe. Pero antes de que cualquiera hiciera algo, Ellie levantó la cabeza, y para sorpresa de todos dijo.

—: Sí, pero solo por genética, no eres nada feo. Además, así la tía sería Samy —se defendió. Sus ojos se veían algo húmedos, sus cachetes estaban rojos aún, pero tenía la frente en alto. —. De igual forma, puedo cambiar de donante de esperma, un hijo con la cara de ángel de Dexy y mi sonrisa no estaría nada mal.

Sonrió de costado, Dexter volteó los ojos a través de sus gafas, mi hermano se quedó en silencio, yo observaba todo, al igual que Seth, y Gen se veía incomoda.

—Ahora, ¡Todos fuera de mi cocina, tengo galletas que hornear! —nos echó. Mi hermano protestó.

—: Pero, todavía queda masa para hacer mas, y la bandeja está por la mitad.

—No importa. Guardaré la masa, y hornearé las que faltan —mi amiga ni lo miró. Estaba espaldas a él, sabía que ella estaba avergonzada, pero eso él parecía no notarlo. —. Ahora, adiós.

Todos empezaron a salir, yo salí casi de última, le dediqué una mirada, la cuál ella sostuvo, dándome a entender que todo estaba bien. Salí de la cocina, aún Dexter estaba ahí. Cuando iba por el pasillo que conducía a la sala, recordé que había dejado mi teléfono en el desayunador.

Regresé, pero me quedé parada en la entrada cuando escuché la voz de Dexter.

—Yo…lo siento —se oía casi como un murmullo. —. Perdóname por ser una mierda de persona.

En lo poco que conocía a el mejor amigo de Seth, sabía que era un chico frío, como él. Así que no esperaba escuchar eso de él, se oía tan sincero, tan arrepentido. Probablemente tendría un rubor en las mejillas, mientras miraba a Elle.

—Descuida, Dex —le dijo ella, con voz suave. Me asomé un poco y vi que él asentía. Después no supo que hacer, pues hizo un movimiento con los brazos, pero se detuvo, pero Ellie, siendo Ellie, lo tomó de los hombros y lo atrajo hacía ella, en un abrazo. Él parecía algo incómodo, sin embargo, se dejó abrazar.

La pelinegra tenía los ojos cerrados, pero los abrió un momento, y me miró. Yo me sentí muy avergonzada, por estarlos espiando, así que con las mejillas ardiendo me disculpé con la mirada, sus ojos me dieron a entender que no le importaba, me dedico un beso silencioso. Sonreí.

Dexter se apartó de ella.

—Bueno, ya. —dijo, despegando los brazos de ella de sus hombros. —. Me largo.

Cuando se dio la vuelta, se dio conmigo de frente. Me miró, un poco irritado.

—Tu no viste nada, Rogers —me señaló, con los ojos entrecerrados. Asentí con la cabeza, haciendo un gesto como si mi boca tuviera un cierre invisible. Dexter salió de la cocina, dejándome con Ellie.

—No los estaba espiando, ¡lo juro! —solté, medio nerviosa y apenada. Bajé mis ojos al piso, que estaba lleno de harina, para evitar verla a los ojos. —. Venía a buscar mi teléfono, se me quedó en el mesón.

Lo último lo dije casi en un susurro. Podía ver, por el rabillo del ojo, como Ellie tenía los brazos puestos en jarras y sonreía, divertida.

—Sam, nadie dijo que estuvieras espiando —me habló suavemente, con un tono juguetón. Levanté la cabeza, ella sonreía, despreocupada, me sentí aliviada. Me hizo un gesto al banco donde antes estuve sentada. —Ven. Siéntate, quiero contarte algo.

Me senté donde me indicó. La miré expectante, ella se mordía el labio, sabía que hacía eso cuando estaba nerviosa. Me tensé un poco, me asustaba lo que podía decir. Mi mente empezó a maquinar un montón de escenas donde ella m decía que ya no quería ser mi amiga.

—Mi mamá me va cambiar de escuela —soltó, cortando mis pensamientos. Me la quedé viendo, entre aliviada y sorprendida. —. Dice que la escuela no es tan buena como parece, además, ahí no tengo muchos amigos, a parte de Ollivia, pero ella se mudó, así que…

—Oh, no sé que decirte —fui honesta, no sabía que decirle, no tenía claro si la ponía triste o feliz. —. ¿Cómo te sientes con esto?

—Pues, bien, supongo —jugueteó con un trapito rojo. —. Ya sería la segunda vez que cambio de escuela. Da igual.

Me sentí un poco mal por ella, yo sabía lo que sentía cambiar de escuela constantemente, no era una sensación muy agradable.

—Ellie…—me levanté del banco, caminé hasta ella y le di un abrazo, al cual correspondió inmediatamente. Nos envolvimos en un cálido abrazo, cuando nos apartamos, la miré. —. ¿Y sabes a donde vas ir? 

Negó con la cabeza, algunos rizos se movieron.

—No, mamá aún está mirando escuelas —respondió. Se dio la vuelta para revisar el horno con las galletas dentro, lo cerró y se volvió a centrar en mi. —. Bueno, en otros asuntos, sabemos que el cumpleaños de Seth y Dexter está cerca, en realidad más el de Seth. El punto es que quería hacerle una especie de fiesta sorpresa.

—Okey…—moví la cabeza. —. Y ¿yo que tengo que ver?

«Por favor, que no diga que la ayude.
Por favor, que no diga que la ayude.
Por favor, que no diga que—»

—Pues, que tu me vas a ayudar —sonrió, tratando de ser convincente. Y lo estaba siendo, puso su cara de “por fiiiiii”, con puchero y todo. No me pude negar.

—Bien —giré los ojos, hastiada por la habilidad de Ellie de hacer que todos hicieran lo que les pedía.

—¡Yei! —festejó, dando palmaditas y saltitos. Era como una niña pequeña, me reí. —. De acuerdo, yo me encargo de casi todo. Hablé con Beth y ella va a invitar a las personas que a Seth le caen bien, o sea, son como menos diez. Alec me va a ayudar con la comida, también me aprovecharé de su altura para decorar el patio. Y tu, me vas a ayudar a compare todo lo que necesito, también a decorar. Obviamente Dexter no sabes de los cumpleaños, pero le pediré ayuda para el de Seth, claro que omitiendo el suyo.

Quedé un poco mareada cuando terminó de hablar. Había dicho todo muy rápido, dudaba que siguiera respirando, si quiera. 

—¿Lo puedo pedir por escrito? —parpadeé, con un toque de drama y confusión. Ella soltó una risa y asintió. Un rato más tarde, Ellie terminó en la cocina y juntas fuimos a la sala, pues me había quedado con ella, no quería estar ahí si no estaba mi mejor amiga, me sentía incomoda sin su presencia, como fuera de lugar.

—No se coman todas las galletas —reprendió la pelinegra a mi hermano y a Dexter. Seth se encontraba muy ocupado en una conversación con su novia, a ella se le vía un ligero rubor en las mejillas. Lo observé, disimuladamente, aunque dudaba que el resto de los que estaban el la sala lo notaran, pues la guerra por las galletas estaba en su mejor momento.

Hice lo que Ellie llamaba “análisis místico”. Básicamente, era sentarte a ver y analizar, pero era algo más profundo, era como ver más allá, ver las posibilidades de todo. Así lo decía ella, me había explicado como lo hacía, pero era más complicado de lo que parecía. Aún así, lo intente.

Miré a bien a Seth y Gen, ellos reían, por algo que probablemente haya dicho el de ojos grises. Un mechón de pelo le calló en la cara a la chica, él lo apartó, delicadamente, le dedicó una mirada dulce.

De la nada, me llegó: «Esa pude haber sido yo.» Pero no, por mi indecisión. Además de que yo no era tan bonita como Gen, ella era espectacular, mientras yo, yo era medio decente. Seth tenía una faceta encantadora cuando una chica le gustaba, él había sido tan amable conmigo, que cuando le dije que no me gustaba, cambió. Eso fue algo doloroso, pero entendía, jugué con sus sentimientos, sin intensión alguna, pero lo hice. Él la veía con amor, eso me hizo pensar, que tal vez si yo hubiese sido muy honesta, esa sería yo, no Gen. Esa a la que Seth observa con brillo en los ojos y amor, esa a la que Seth toca con tanto cuidado, como si temiera a lastimarla porque es muy frágil, esa chica por la que cambia todo, esa por la que haría de todo, esa chica especial, a la que ama.

Todo eso lo tendría yo, si tan solo hubiese sido honesta, con todo, y conmigo misma.


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3/4

(No está bien editado, ojo)

Atte: Any Cape <3

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