Los Desahuciados

42

“Mentirosa, mentirosa”

Samantha:

Cuando vi a Beth ahí, mi mente bajo los efectos del polvo de hadas, no reaccionó con pánico o miedo, sino más bien creí ver hasta un halo de luz alrededor de ella, como si fuera un angel. Pero el halo de luz desapareció cuando que ella, con su pequeña estatura, más baja que yo, dio zancadas fuertes por el césped hasta donde estaban mis nuevos amigos y yo. Solo la vi mover sus labios, que para mí no emitían sonido alguno, pero sea lo que sea que dijo hizo que todos se fueran como un rayo, salieron disparados fuera del jardín de los Valash. Sonreí en su dirección, Beth me parecía ese tipo de chica imponente que con unas pocas palabras hacia muchas cosas.

Ella miró a Dexter, le dijo algo que no logré oír y señaló en mi dirección, los ojos del pelinegro cayeron sobre mí, le sonreí ampliamente, levantando mi mano para saludarlo. Él me miró con un gesto de horror.

Ellos siguieron hablando, mientras yo jugaba con las gramas oscuras del césped, encantada con su color verde. Me sentía viva, como si todo el mundo fuera más rápido de lo normal y todo tuviera más.

Alcé mis ojos al oír sus pasos viniendo hasta a mi, me levanté del suelo con agilidad.

—Sam, vayamos dentro—me dijo Beth, con el ceño ligeramente fruncido. Dije que sí con la cabeza, ella posó una mano sobre mi hombro y me guío hasta la casa.

—Creo que puedo oír como late mi corazón—comenté, fascinada. La casa ya no estaba tan llena como antes, así que fue fácil atravesarla hasta llegar a las escaleras. Sé que iba charlando durante el camino, pero ya no recuerdo el que.

Quise subirlas saltando, pero la mano de Beth en mi hombro no me lo permitió. Al llegar al pasillo de las habitaciones, noté que nos dirigimos a la de Ellie, ella abrió la puerta y me invitó a entrar. Animadamente lo hice.

—Samy, será mejor que nos vayamos a dormir—su voz hizo que quitara mis ojos de las luces en las paredes. Fruncí el ceño.

—Pero yo no quiero dormir—me quejé.

—Ya es muy tarde, Sam. Debemos descansar—insistió. Negué con la cabeza, no sentía nada de sueño, es más, tenía unas ganas inmensas de ponerme a charlar sobre lo linda que era la habitación de Ellie, los colores, las decoraciones…

—¿No te pareces todo muy lindo aquí? ¿Dónde esta Ellie, por cierto? ¡Oh, mira que bonitos colores!—exclamé al ver el cambio de color en las luces. Ella asintió, su mirada tenía un deje preocupado, pero pregunté el por qué.

—Desde la cama se aprecia mejor, ¿por qué no vas y te acuestas?—sugirió, eso hice, y tenía razón.

De pronto, empecé a sentir sueño, mi mente ya no estaba trabajando a millón, y sentía mis extremidades mas pesadas que antes, al igual que mis párpados, los cuales terminaron cerrándose.

(***)

Era un lunes no muy soleado. Tenía libre la primera hora de clases, y aprovecharía el momento para hablar con Beth.

Recordaba bien todo lo que había ocurrido en el cumpleaños de Ellie, y a pesar de que no me sentía orgullosa de ello, tampoco me arrepentía.

Relamí mis labios sintiendo los secos. Esperar a que ella apareciera me ponía nerviosa.

Yo estaba parada junto a la puerta del aula, ella solía llegar temprano, antes de que sonara la campana, y calculaba que faltaban alrededor de cinco minutos más para que el timbre diera inicio al día. Arrastré las mangas de mi suéter de lana hasta cubrir mi palma, era noviembre, por lo que ya empezaba hacer frío invernal, aunque no exageradamente.

Me sobresalté al oír sus pasos, supe que era ella cuando vi los tenis blancos, siempre los usaba para ir a la escuela. Alcé mi rostro y me encontré con sus ojos castaños en mi, la interrogante en ellos.

—Hola—aclaré mi garganta.

—Hola, Sam—respondió, con voz algo seca. Tragué saliva, buscando las palabras correctas.

—Ahm, Beth…sobre lo que ocurrió en la fiesta de Ellie—empecé, sin saber muy bien como decirlo. Tenía miedo a ser juzgada por ella, quién sudaba perfección, y sabía que sería juzgada. —. Yo…

—Mira, Samy, no hace falta que me des explicaciones de lo que pasó. No es mi asunto, pero quiero que sepas que por supuesto que me importa, solo no quiero invadir tu espacio. No estoy de acuerdo con lo que hiciste, no tienes que darme tus razones, simplemente promete que no lo volverás a hacer, y si tienes algún problema, habla con alguien, estoy segura que Ellie te escuchará, yo también puedo, me encantaría. Sé que quizá aún te encuentras reticente conmigo por lo que pasó hace unos meses, y de verdad lo siento, no estaba en mi, me salí de control, y en verdad me arrepiento de haberte tratado así. —Tomó una bocanada de aire. Permanecí estática ante sus palabras. —. En verdad que considero que somos amigas, y te aprecio en serio.

—Beth, yo…está bien, ya te disculpaste antes, y así estaba bien, gracias por decirme todo eso, yo también te aprecio—le di una sonrisa pequeña, ella me dio una dulce.

Ella hizo ademán de entrar al salón de clases, pero antes de que lo hiciera mi mano se aferró a su brazo, en un movimiento rápido.

—Beth, quería pedirte algo—inicié, aún sin saber cómo abordar el tema. Ella me miró expectante, contemplé su rostro de muñeca, su perfecta piel morena y su cabello largo y oscuro. —. Por favor, no le digas a nadie.

Debió ver la súplica en mis ojos, porqué asintió con un gesto suave.

—Y con Dexter…

—Oh, él no dirá nada, lo más probable es que te diga que ese no es asunto suyo.

—Gracias.

Lo dije de verdad.

Solté mi mano de su brazo, esta vez entró al salón, yo la preferí quedarme un segundo más parada en la puerta. Un par de segundo despúes la cabeza de Bethany se asomó y con un mirada suave pero gesto duró dijo.

—: Promete que no lo harás de nuevo —me sobresalté al oírla, parpadeé un par de veces antes de asentir.

—Lo prometo.

«Mentirosa, mentirosa.»

Con eso volvió adentro, y un segundo más tarde la campana sonó.

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¿Son ideas mías o está es la primera actualización del año? Y si está es la primera del año, pues que horror, la vengo hacer en febrero uy

No tengo más que decir, solo que si estás leyendo esto ¡Respóndeme los audios, desgraciado! Esto es tan Alec de tu parte😡 okya

Byee.

Atte: Any Cape <3