“Oh, no”
Ellie:
Lo último que recuerdo de mi noche es ir dando tumbos por el pasillo, sin saber bien a dónde ir, y luego de salir de ahí, fui directo a mi habitación, encerrándome en ella con la respiración agitada. Con los ojos cerrados me llevé una mano a mi cabello.
«Cristo bendito, ¿pero, qué he hecho?»
No. No. No. No.
Mi pulso se disparó y no de una buena forma, estaba nerviosa, mis manos me temblaban y sentía que iba a comenzar a lagrimear en cualquier momento. Me dije a mi misma que debía calmarme y respirar, eso hizo, tomé respiraciones largas y profundas, cuando por fin logré estabilizar un poco los latidos de mi corazón, abrí los ojos.
Mis cejas se hundieron al ver la imagen ante de mis ojos. En mi cama estaban Sam y Beth, ambas dormidas. Beth estaba rodeando a Samy con un brazo protectoramente, mientras que Samantha tenía la boca ligeramente abierta, pude ver un pequeño hilo de baba correr por su mejilla hasta el cabello suelto de Bethany, el cuál estaba esparcido por mis almohadas como una cortina marrón.
Las miré un segundo más, antes de empezar a quitar los guantes de seda roja de mis manos, podía ver medio bien por las luces led pegadas a mi pared, aunque aún así, a mis ojos miopes les costaba adaptarse a la oscuridad. Tiré los guantes al piso, sin mucho cuidado saqué mis botas de tacón, sintiendo la alfombra suave de mi habitación, solté un suspiro al sentir mis talones tocar el suelo. Comencé a bajar el cierre de mi vestido, el cuál estaba enfrente, así que se me hizo fácil, ya no me sentía tan ebria, de igual forma mis dedos eran algo torpes. Iba bajando el cierre por mi abdomen cuando mire al suelo y vi un cuerpo inerte tirado en él, casi grité al verlo, pero me detuve al detallar quien era.
Dexter.
Dexter, con su ropa negra y un peluche rosa de delfín estaba tirado en el piso, con una pequeña manta color púrpura a sus pies, tenía el cabello en la cara y leves ronquidos salían de su garganta.
Me llevé las manos al vestido, tapando la piel descubierta. Genial, Dexter tirado en mi piso y yo haciendo un show de striptis. Solté un suspiro, tomé mi pijama y entré en el baño.
Al salir pasé sobre Dexter, tratando de no pisarlo, cuando llegué a mi cama me tiré sobre ella, sentí a las chicas removerse, pero ya yo estaba muy dormida como para darme cuenta de algo más.
(***)
Bajé la cabeza y la mano cuando Seth me regañó. Pero, ¿qué más podía hacer? No podía ir a decirle que anoche hice lo que hice, claro que no, me mataría si lo supiera.
Me hundí más en mi asiento, tratando de alejarme lo más posible de Alec, ni siquiera podía verlo a la cara, no pude hacerlo cuando lo vi bajar las escaleras con el pelo revuelto y el cuello del traje estirado.
Tragué grueso al oír el gruñido molesto de mi hermano.
—Yo no recuerdo una mierda—habló Alec, haciéndome tensar los hombros ante el sonido de su voz. Se echó hacía atrás en el sillón, su brazo y el mío chocaron y contuve la respiración. —. ¿Y en que momento llegó ella?
Vi su dedo apuntar hacia Ollivia, quién miraba la escena con ojos de burla.
—Tu me viste cuando llegué—su tono frío sonó con un toqué de burla. Alec frunció el ceño, como si buscara en su mente el recuerdo de haberla visto. Claramente, sí era así, Olliv llegó justo con él me daba mi regalo, y no sé porque, pero el hecho de no recordara con claridad la noche anterior, me hizo sentir más tranquila…bueno, sí sé porque me hacía respirar más calmada el que no recuerde.
—Esto es irrelevante—se quejó mi hermano. Mis ojos fueron a él otra vez, su mano frotaba su sien, pidiendo paciencia en su interior.
—Entonces, si es tan irrelevante, seguro que también lo es tu acto de Luis Miguel en el balcón—le dio una sonrisa burlona. Los ojos grises de Seth se abrieron como platos y lo miró con algo de impacto y advertencia.
—No me digas que otra vez hiciste un show de Luismi estando ebrio—me burlé, recordando aquél día en que nos embriagamos en el patio trasero, ese día estábamos solamente ambos, y me dio un tremendo concierto de Luis Miguel. Fue épico.
—¡Eso es totalmente irrelevante!—gruñó, enojado. Oí la risa de Sam y Beth.
Alec se encogió de hombros, con cierto aire de maldad a su alrededor.
—Nada de esto me ayuda a saber que coño pasó ayer—resopló.
Miré mis pantuflas de unicornios. Por mucho que yo sí recordara todo lo que ocurrió en mi cumpleaños, no sabía nada de Gen.
—Nosotros la vimos ir a su casa—la voz de Beth llenó el silencio. Seth la miró con interés.
—¿Nosotros?—preguntó confundido.
—Dexter y yo—explicó, señaló al chico que ojos oscuros, él nos miró con un toqué alarmado en su mirada negra. —. ¿Cierto, Dex?
Miró a Beth, como diciéndole algo con la mirada, pasados unos segundo de silencio, él asintió con la cabeza, provocando que sus ligeros rizos se movieran.
Mi hermano los miró a ambos, con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Y me lo dicen hasta ahora?—cuestionó, irritado. —. ¿La vieron irse a su casa? ¿Estaba bien?
Ella se limitó a asentir con un gesto.
Los miré con la frente algo arrugada. Algo estaba raro aquí…quizá y yo no era la única que había tenido una noche interesante.
Seth se sumió en sus pensamientos, perdido. Lo observé hasta que mi atención se desvío a Alex cuando habló.
—¿Alguien ha visto mi teléfono?—preguntó, tanteando su traje con una mueca. Todos negamos.
Después se hizo el silencio, la tensión se podía palpar en el ambiente, y era algo sumamente incómodo. Mi teoría de que mi noche no había sido la única con algo de turbulencia, no parecía tan alocada.
Parpadeé y solté un suspiro pesado. No era muy buena soportando la tensión por mucho tiempo, así que decidí soltar lo primer que me vino a la mente.
Sonreí ante mi idea, y sin pensarlo dos veces lo dije.
—¿Y qué tal si vamos a…?
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Los Desahuciados
RandomEn un grupo de amigos, siempre habrán los clásico: La chica escandalosa, dramática y sentimental, que todo la hace llorar, que es una soñadora y romántica empedernida. La que es amiga todos, la que tiene un carácter de los mil demonios, pero que ama...