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“Traición”

Seth:

—¡Mamá, ya llegué!—grité al cerrar la puerta tras de mí.

—¡En la cocina!—su voz se oyó amortiguada por las paredes del apartamento.

Caminé hasta la cocina, ahí se encontraba mi madre haciendo galletas. Sonreí un poco, las galletas de ella eran las mejores.

Se suponía que esta semana debía pasarla en casa de mi madre, así lo había dictado el juez, una semana con Cecile y una con Ryan. Ella vivía en un modesto departamento junto con su prometido, que era primo de mi madrastra. Jimmy era un buen tipo, pero aún así no me caía del todo bien.

Mamá me hizo un par de preguntas sobre mi día y luego me fui a la habitación que tenía ahí. No era tan grande como el que tenía en casa de papá, pero era cómodo, tenía una cama cubierta por sabanas rojas y negras, un armario, un pequeño sofá de cuero negro, una mesa y la televisión. Era agradable. Lo único que no me gustaba era el color blanco de las paredes, prefería el azul oscuro y gris de casa de papá.

Me senté en el sillón de cuero, saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón, noté que tenía dos mensajes.

14:32
Marianne: Ya estás en casa de tu madre?

Marianne era mi madrastra, ella era como mi madre, la verdad. Mamá siempre estaba en otro mundo como para préstame atención, pero Marianne se había encargado de tratarme como un hijo, aunque no lo fuera, me daba el mismo trato amoroso y maternal que a Ellie y a mis hermanos. Agradecía eso, ella era una mujer asombrosa.

Le tecleé una rápida respuesta, y luego revisé el otro mensaje.

14:29
Beth: Seth, lo siento
De verdad, lo siento.
Me equivoqué, de acuerdo?
Por favor ya deja de ignorarme, lo lamento, en serio…

Ignoré sus mensajes, y tiré el teléfono a la cama. Estaba molesto con Bethany por todo lo que había hecho, me enojaba que haya tenido que gritarlo frente toda la escuela, ya que lo que había entre nosotros no era problema de nadie, además él escándalo que hizo por una confusión, muy bien pudo haberme preguntado y yo se lo habría aclarado, no me molestaba hacerlo, porque era por ella, y a ella la quería, era mi mejor amiga. Pero ella la cagó, pues decidió actuar en forma de perra loca, en vez de hablar conmigo. Eso era lo que me enojaba. Aunque estaba consientes de que eso ya había ocurrido hace un mes, o más, incluso ya estábamos en vacaciones, pero no podía dejar de estar molesto tan fácilmente.

Miré mi entorno, mis ojos cayeron en un portarretratos negro, en él había una foto dónde estábamos mi madre y yo, era antigua, estaba recortada justo por la parte en que salía papá.

Mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres años, recuerdo bien que, mi padre se la pasaba conmigo bebiendo en el bar de mi tío, y mi madre encerrada en su habitación durmiendo. Al menos eso hacían cuando no estaban peleando. La verdad, nunca había tenido mucha atención por parte de ninguno, no fue hasta que ellos decidieron separarse y papá conoció a Marianne, ella era madre soltera, ya que el padre de Ellie no quiso tener nada que ver con ella, papá y Anne se enamoraron, para cuando yo tenía cinco años ya se habían casado, y a los seis nació Lucien, mi hermano, y cuando tuve nueve nació Valerie. Usualmente estaba el casa de papá, pues él tenía mi custodia completa, solo que el juez había dictaminado que pasaría una semana con cada uno. Claro que no siempre era así, pues mamá estaba ocupada la mayor parte del tiempo, y me gustaba más estar en casa de mi padre, ahí tenía a Ellie y a Gen.

Recuerdo que cuando conocí a Ellie, ella se me acercó con una sonrisa de dientes incompletos, pero de pura felicidad, los ojos oscuros le brillaban con emoción. Cuándo estuvo frente a mí, me tomo de los hombros y me abrazó muy fuerte, aún abrazados me dijo.

Los DesahuciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora