Los Desahuciados

38

“Seth está muy ebrio...”

Seth:

10:13 p.m.

Estaba rumbo al camino de la borrachera.

Era uno de esos días que me embriagaba sin razón aparente, y la verdad me encantaba. Aunque, estaba celebrando el cumpleaños de mi hermana, si esa no era razón suficiente, entonces no se cual.

Con un trago en una mano, y la cintura de mi novia, enterré mi cara es su cuello y le di un beso sonoro, ella río encantadoramente.

—En serio, ya dime qué tengo que hacer para que uses ese vestido más veces—rogué, poniendo cara de perrito. El vestido de Gen era tan perfecto como ella, era de seda azul clara y brillosa, era largo y elegante, dejaba al descubierto su espalda, unos finos tirantes mostraban su clavícula delgada. Se veía jodidamente sexy con esa peluca y los labios rojos.

No me gustaba cuando usaba mucho maquillaje, era perfecta sin él, pero ese día, joder, ese día el labial rojo oscuro me hacía enloquecer y querer besar esos labios perfectos.

Ella volvió a reír, esta vez se alejó de mí.

—Oh, por Dios—oí el murmullos de Beth. Ella estaba frente a nosotros, con su ojos puestos en nuestros disfraces. —. Amo completamente sus disfraces, son demasiado genial.

Mi chica le sonrió tímidamente, ella creía que el vestido estaba demasiada descubierto.

—Eres una conejita, que linda—Gen le dijo emocionada, se le acercó, haciendo muy notaría la diferencia de altura entre ambas. —. Te vez tan tierna.

—Tu te vez genial, Dios mío, que buen outfit—respondió la morena. Escaneé su atuendo, se veía bien, sexy incluso, en otros tiempos, había estado detrás de ella solo para ver sus piernas.

—Somos de la mafia italiana—comenté, llevándome el vaso de plástico rojo a los labios, siendo lo más serio posible. El sabor del ron me quemó la garganta.

—¿Ya estás ebrio?—preguntó con una sonrisa divertida. Chasqueé la lengua.

—No, pero voy por ello—hice un gesto al cual reímos.

Ella miró a Gen, seria.

—No lo dejes que se embriague—le dijo, y tomó una de las trufas que estaban el encimera.

—Oh, mi querida Bethany, la arrastraré conmigo rumbo al camino de la borrachera—mi voz sonó lenta y seductora, jalando el cuerpo de mi novio hasta mi, ella soltó una risita boba. Pude ver a Beth salir de la cocina con una mueca en el rostro.

Besé a Gen como por décima vez en la noche, saboreando sus labios suaves. Mi mano bajó lentamente de su cintura a su cadera, y de ahí a su trasero, le di un apretón. Ella dio un respingo y se alejó de mi con una mirada de reproche, me encogí de hombros y la volví a besar.

(***)

11:00 p.m.

Había tomado de todo, un poco de cerveza, otro poco de ron, mucho vodka, y uno que otro trago de whisky. Ah, y como tres cigarros.

No era de extrañarse que ye mi mundo se viera muy colorido y alegre.

Tirado en un sofá, contemplaba a mi novia platicar con Olivia, la novia de Alec. Ambas estaban de pie frente a la otra, Liv con su traje de superhéroe, no recordaba que héroe era, creo que era un de D.C. No prestaba mucha atención a lo que decían, solo había oído que Olivia no encontraba a Alec.