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“Último año y «te quiero's» atorados”

Alec:

—…Concluyendo, jóvenes, ante todo disfruten. Disfruten de su último año escolar, vivan cada segundo de él. Y cuando sean mayores, recuerden que no desperdiciaron su último año en preparatoria, sino que lo gozaron al máximo. No cuenten los días para que acabe, porque, créanme, su vida a penas empieza, traten de extender lo más posible los días.

Dejé de prestar atención cunado el director Milavella dijo que podíamos ir retirándonos directamente almuerzo. No llevaba mucho rato aquí el director, tan solo había entrado para concluir con la charla dada por la consejera. En resumen nos dieron ánimos para continúar porque ya estábamos tan cerca de terminar, y que no nos rindiéramos, que podíamos y más.

Personalmente, creía que sí, debía de disfrutar mi último año, la preparatoria era algo agridulce, así como su final. Pero nunca, para mí, había sido mala, más bien una experiencia divertida, conocí a mis amigos y novia en ella, no tenía quejas al respecto. Solo alguna que otra, y más que nada por algunos de los profesores.

—Pueden retirase—la voz tranquila de la señorita Lowell, la consejera, nos informó. Era una mujer que rondaba los cuarenta años, usaba jeans sueltos y camisas claras, tenía un estilo algo hippie.

Todos salieron del auditorio sin nada de orden. Tomé a Liv de la mano y salimos juntos, la campana sonó, dando inicio al recreo. Increíble, habíamos pasado toda la mañana es esa charla que, probablemente, no serviría de mucho.

—No estuvo mal—comenté, mi novia veía a la multitud, supuse que buscaba a sus amigas. Se encogió de hombros, restándole importancia. —. ¿Vamos a la cafetería o quieres esperar a Laya?

Laya era su más íntima amiga, creí haberla visto adentro, pero no estaba del todo seguro.

—Mmmh, no lo sé—sus ojos caramelos se movían por todos lados.

—¡Pareja perfecta!—el saludo de Clover, un amigo, sobresaltó a Olivia, quién lo miró mal. Yo le sonreí y le di un medio abrazo.

—Lobo solitario—devolví el saludo. Clover nos llamaba la pareja perfecta, yo lo llamaba el lobo solitario, no tenía novia, ni algún ligue.

—Ah, este año ya no seré más el lobo solitario—declaró, solté un bufido bajo, estaba por replicarle, cuando noté que sus ojos se encontraban en un punto frente a nosotros, embobados. —. Creo que me enamoré.

Miré en la dirección donde sus ojos verdes estaban, en las escaleras había un pequeño grupo de chicos, una rubia con aspecto angelical, un chico bajo con camisa rosa, otro chico más alto con cabello corto y Ellie. Ahí estaba Lizzy, sonriendo en todo su esplendor, era increíble de ver, ella desprendía brillo, alegría y vida, su sonrisa era contagiosa e hipnótica.

—¿De la rubia?—preguntó con interés Liv. Él negó, sin mirarla, sus ojos puestos en mi amiga.

—No, claro que no—se lamió los labios, tenía cara de estúpido. Pude haberme reído si no fuera que su cara de estúpido se debía a Elliely. —. De la pelinegra con apariencia de diosa griega. Joder, mírala, que piernas, que boca, ¡qué bella!

Inconscientemente mis ojos bajaron a sus piernas, se quedaron ahí un momento. La verdad, sí tenía piernas bonitas, algo pálidas, pero muy—

«Alec, WTF?»

Aparté la mirada, apenado.

—¿Ellie?—cuestionó sorprendida. Me pregunté mentalmente porque la sorpresa, ella era una chica atractiva, muy atractiva.

—¿La conoces?—esa fue la única manera de que Clover pusiera sus ojos verdes claros en ella. El interés tan brilloso como la sonrisa de Elliezabet.

—Algo así. Es su amiga—me señaló, noté la nota de celos que se coló por su voz. La miré un momento, confundido.

—¿Es tu amiga? Debes presentármela—asentí ante su pregunta. Lo miré un segundo, luego volví a ver a Ellie, quien reía de algo que habían dicho, sus ojos miraron al frente y encontraron los míos. Nos sostuvimos las miradas un minuto eterno, el brillo en sus irises negros aumentó, me observó con algo indescifrable en ellos. Me sonrió y saludo con la mano. —. Maldición, parece salida de una película. ¿Por qué mierda se ve tan inalcanzable…?

—Tiene novio—lo corté abruptamente. Me di cuenta muy tarde de mi tono, recibí una mirada confundida de mi novia.

—Ahg, no puede ser. Puta vida—se lamentó, haciendo una mueca. Sonreí. —. ¿Por qué, Dios?

Solté una risa nasal, Olivia también.

Ellie terminó de bajar las escaleras y se acercó a mi dando brinquitos alegres. El grupito con quiénes estaba se quedaron atrás.

—¡Voldemort!—me saludó emocionada, una sonrisa alegre y deslumbrante guindaba de sus labios rosados. —. Olivia. Amigo de Alec y Olivia.

Hizo una especie de reverencia simpática a cada uno. Me fascinaba lo dulce y feliz que era.

—Clover, soy Clover—se presentó, apuradamente, ella le tendió una mano cordialmente, él la tomó y la estrecho, noté su nerviosismo.

—Que lindo nombre—sonrió dulcemente. Señaló hacía atrás, dónde estaban los chicos con los que bajó las escaleras. —. Oh, ellos son Suzann, Jackson y Levi. Son mis compañeros de clases.

Los mencionados saludaron con sus manos tímidamente.

—Wow, un para horas aquí y ya tienes un grupo propio de amigos—la felicité, dándole una sonrisa. —. Que bien.

—De todas formas, no te salvas de mi—me señaló acusatoriamente, solté una risa y colgué mi brazo del hombro de Olivia, sus ojos se desviaron un instante a el movimiento que hice. —. Tomaré mi primer almuerzo con ustedes.

—Obvio que lo harás, no es una opción no hacerlo.

Se río.

—Seguro que Dexter piensa lo mismo—se mofó. Y como si lo hubiese invocado apareció junto con Seth y Sam.

—¿Y bien, cómo te fue? —preguntó su hermano, interesado. Ella se giró hacía ellos, radiante como siempre.

—¡Genial!

Sam saludó a Olivia con su mano, a Ellie la abrazó suavemente.

Noté que a mí novia eso, de algún modo, la lastimó. Una parte de mi se sintió enojada.

—Oh, que bien, aquí están—llegó Beth corriendo como una muñeca, su cabello oscuro estaba suelto y caía a los lados de su rostro fino.

—Oye, Ellie, nosotros iremos a comer, te vemos luego—se despidió al que presentó como Jackson, él y el otro chico se fueron. La rubia se quedó a un lado, esperando por Ellie.

—Sam ella es Suzann. Suzann ella es Sam—las presentó, mi hermana sonrió tímidamente, Suzann igual.

—¿Podemos irnos ya?—se quejó Dexter. Fue un error hacerlo, pues Ellie no había puesto su atención en él hasta que oyó su voz. Se le acercó con una sonrisa malvada y se le tiró encima.

—¡Dexy-boo!

—¿Ese es su novio?—Clover, de quién me había olvidado que estaba ahí, preguntó en un susurro. Liv me miró también, esperando una respuesta.

Yo miré a Dexter y a Ellie, ella lo abrazaba con fuerza y le decía unas cosas que lo hacían ponerse rojo y protestaba para que lo soltara. Aunque yo sabía que eso a él le gustaba, le gustaba tener la atención de la pelinegra. Y no lo culpé, pues ¿A quién no?

—Nah—respondí. —. Su novio va a la universidad. A ella solo le gusta pinchar a Dexter por deporte.

Dicho esto, cada quién enfundado en una conversación diferente, caminamos hasta la cafetería.

—Oh, Alec—me llamó Ellie, sacando algo de su bolso. Me tendió mis lentes de aviador. —. Dejaste esto en mi casa el día que dormiste ahí. Había olvidado dártelos.

—Así que ahí estaban. Pasé días buscándolos—dije, sentí los ojos de Liv, atestándome de preguntas.

—¿Dormiste en su casa?—me preguntó, lo suficientemente alto para que Ellie alcanzará a oír, ella puso un mueca de pena y me dedicó una mirada de disculpa.

—También se quedó Dexter—intentó arreglarlo, pero dudaba que sirviera. Ellie se dio cuenta de eso y torció la boca. —. Eso sonó mal. En realidad se quedaron a dormir todos…

—¿Todos durmieron en tu casa?—cuestionó Olivia, con las cejas en alto. Ella asintió.

—Su casa, que también es mi casa—nos recordó Seth, quién estaba con la cabeza enterrada en la pantalla de su celular. Mi novia asintió, más tranquila.

Debí haberle dicho eso antes. Ellie me miró con la palabra disculpa clara en su expresión. Le guiñé el ojo, en un gesto cómplice. No es que hubiese pasado nada de otro mundo, pero todo se puede malinterpretar por una mapa elección de palabras.

Recordé el día en que nos quedamos a dormir ahí, el cumpleaños de Dexter. La vecina de los Valash, quién nos había dicho a Ellie y a mí que hacíamos buena pareja, para posteriormente pedirnos que nos besáramos, yo le había besado la frente. Recordaba que mis labios habían presionado suavemente, pero firme, la piel sedosa de su frente, mi mano en su brazo pequeño, y la otra mano en su nuca, su olor a chocolate me inundó y fue genial.

Debía pedirle el nombre de su acondicionador.

—Oh, y no olvides que la señora Wade nos invitó a tomar el té el miércoles —me recordó, con una sonrisa divertida y cómplice.

—Por supuesto que no. Jamás podría negarme a un buen té y galletas —asentí. Sentí la mirada de Olivia en mí, giré y sus ojos chispeaban de preguntas. Me mordí el labio inferior, sonriendo nervioso.

Esto tal vez lo estaba mal interpretado…

Debía de darle una explicación si no quería problemas. No quería hacer sentir mal a mi chica, ella era tan linda y dulce, era tan perfecta para mí, con su delicada apariencia y su actitud mandona y tierna. No merecía que le hiciera daño de alguna forma, así no fuera intencional, y algo me decía que ella no creía del todo que Ellie y yo solo fuéramos amigos, pero era solo eso, no más.

Almorzamos juntos, Beth llegó y jaló a Ellie hacia una multitud de personas, seguía impresionado de lo bien que se relacionaba, pero era entendible con todo esa alegría y locura que tenía. Las clases continuaron normalmente, a la hora de la salida Liv se marchó y me dio un beso casto y lleno de cariño, Dexter se largó con un insulto global, Seth de fue tras él, diciendo que recogería a Gen de la escuela. Ellie había desaparecido con sus nuevos amigos, pero dijo que su novio la recogería luego, y Sam se veía agobiada y cohibida, se suponía que papá nos vendría a buscar, pero no llegaba.

De la nada Ellie apareció corriendo con una radiante sonrisa en sus labios, Sam a mi lado soltó una risa pequeña.

—¡Chicos!—nos saludó, acelerada. Parecía contenta. —. Ya me voy, los veo luego.

Estrechó a mi hermana en un abrazo fuerte, al cual ella respondió con ganas, se murmuraron unas cosas que no llegué a oír y se alejaron. Ellie me miró, sonriente y se me lanzó encima, apretándome entre sus bracitos delgados en frente de los míos. Su cabeza se enterró en el hueco entre mi hombro y mi cuello, su cabello y respiración me hicieron cosquillas, le devolví el abrazo, levantándola ligeramente del suelo.

—Te quiero—me apretó efusivamente.  Sonreí, enternecido por ella.

—Eres una dulzura—y antes de que pudiera terminar de hablar se alejó y corrió a un auto blanco. A un par de metros de él, se giró y nos gritó:

—¡Los adoro, Rogers!—nos lanzó un beso al aire, y se subió en el coche.

Esbocé una sonrisa, sintiendo el “Yo también te quiero” atorado en mi garganta.


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Wey, ¿si notan que la palabra "sonrisa" y sus derivados se usa mucho? O sea, todos bien happy, súper sonrientes...¿Saben lo que significa cuando todo está bien?

En fin, ¡que arda Troya!

P.D: esta semana publiqué una nueva historia, solo están disponibles el prólogo y el primer capítulo, si quieren darse una vuelta por ahí y ver qué tal...XD perdón por el spam.



Atte: Any Cape <3


Los DesahuciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora