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“Mi hermanita”

Seth:


—Ya debe estar ahí —murmuró con los ojos fijos en la casa de al lado, las luces en ella estaban encendidas, se colaba por las ventanas descubiertas de cortinas. Era un lunes por la noche, y según nuestros cálculos, ella ya debía de estar ahí.

Fruncí el ceño ligeramente, giré mis ojos hasta mi hermana, su pelo estaba atado en un moño mal hecho, algunos mechones rebeldes caían entorno a su cara, las tenues luces del balcón, acompañadas por el brillo de la luna le iluminaban sus finas facciones, se ajustó el abrigo, el frío invernal ya asentándose sobre nosotros.

— ¿Cómo puedes estar segura? —cuestioné con una ceja elevada. Ellie se encogió de hombros.

—Instinto femenino.

Solté un bufido. Metí las manos en los bolsillos de mi sudadera, buscando calor, la brisa fría calaba mis huesos.

Ambos estábamos en nuestro balcón, observando la casa de mi novia como unos jodidos acosadores, esperando a ver algún atisbo de vida de Gen, quien se supondría que debería de estar en casa su tía, nuestra vecina.

Estaba algo disgustado con ella, creí que cuando llegara vendría a saludar, y a aclarar las cosas, evidentemente no lo hizo, sino no estaría como un puto demente esperando verla desde la oscuridad de mi casa.

—Y ¿qué tal si tocamos la puerta? —propuso mirándome fijamente. Me quedé en silencio un minuto, sopesando la idea de buscarla. Negué con la cabeza, recordando una de  mis conversaciones con Alec, debía de darle tiempo, aunque ¿no le había dado suficiente ya?

—No, le daré su espacio. —Dije poco convencido, aunque no lo demostré. Ella me miró sorprendida.

—Esto es nuevo, creí que irías a hablar con ella en cuanto volviera —parpadeó extrañada. Me encogí de hombros, restándole importancia.

El silencio que prosiguió luego de esa conversación fue tranquilo, solo oíamos los grillos en el patio, los ruidos dentro de nuestra casa eran amortiguados por el aire friolento de inicios de noviembre, un suspiro pesado y casi reprimido salió de Ellie, enarqué una ceja en su dirección, sabía que ella podía sentir mi mirada sobre ella, la pregunta flotando en el aire, volviendo el ambiente algo tenso.

—De acuerdo, ¿me dirás qué demonios te pasa o tengo que seguir fingiendo que no sé nada? —dije lentamente. Sus hombros se tensaron al instante.

—Yo…no me ocurre nada, Seth —percibí claramente la mentira brotando de sus palabras.

Me abstuve de soltar un bufido.

—Sí, por supuesto, nadie notó que estás muy calladita, que estás demasiado de distante de nosotros, pero sobretodo de Alec, y claro, ¿y cómo no ver la forma en que huyes cundo él se aparece —ironicé, inclinando mi cabeza hacia un lado, viendo a mi hermana mantener sus ojos en frente con la respiración apretada. —Oh, y por supuesto, no olvidemos el viaje a Prowant que, por poco, nos los dices cuando ya estuvieses ahí.

Vi como sus cejas se hundían ligeramente.

—Yo no les iba a decir cuando ya estuviese en Prowant, mis abuelos me pidieron que los ayudara con su mudanza, se los dije ayer en el almuerzo, Seth —quitó sus brazos de las barandas del balcón.

—De acuerdo, lo del viaje es lo de menos, tu actitud es lo que no entiendo —insistí, no olvidaba que ella encontró el teléfono de Alec y prefirió dármelo a mí, antes que dárselo ella misma, lo cual era muy extraño. —Desde tu cumpleaños estás muy rara, mucho más de lo que ya eres.

Elle apretó sus labios en una fina línea.

—Bien —soltó aire con voz rendida. Bajo su mirada al suelo, mientras relamía sus labios. — Verás, durante la fiesta, tuve una fuerte discusión con Andy, y luego de eso yo…yo me embriagué, iba muy borracha, ¿de acuerdo?

Tomó un respiro y luego soltó una risita nerviosa.

—Y pues, yo…ahm, besé a Alec —lo último fue casi inaudible, pero aun así yo logré oírlo. Mis ojos se abrieron con sorpresa, aunque de  cierto modo lo sabía, pues mi amigo algo ya me había dicho sobre eso, pero dudaba que él supiera que la vampiresa, como le llamó cuando me contó, era Ellie.

Rayos, eso explicaba mucho, aunque no todo, porque aun los demás seguían actuando medio sospechoso, en especial las chicas.

—En realidad, no fue un beso, beso…

—Ellie, ya lo sé, Alec me habló sobre ello —le aclaré, sus mejillas se sonrojaron intensamente.

Un silencio espeso se asentó sobre nosotros, pude oirá como Ellie sorbió su nariz.

—Aún estoy enamorada de él, Seth.

Me gustaría decir que su confesión no me impactó, que de cierta forma lo esperaba, pero no, eso sí que no me lo esperaba. Según yo, el asunto de Alec estaba más que cerrado, Ellie incluso hasta tenía un novio, y todo parecía ir excelente, el grupo estaba de lo mejor, y…y… ¡joder, ahora todo tenía sentido!

—Por eso estabas así —susurró más para mí mismo que para ella. En mi mente todo hizo clic, y no solo comprendí que mi hermanita nuca había dejado de lado sus sentimientos por Alec, sino también que él ya lo sospechaba, no tenía pruebas, pero tampoco dudas.

—Soy tan patética —sollozó, y de la nada estaba llorando como una pequeña niña desamparada. Ellie, a pesar de todos los defectos que pudiera tener, era mi hermanita, y la amaba, y verla así me apretaba mi duro corazón.

Fruncí el ceño cuando entre el llanto empezó a emitir sonidos ahogados,  y palabras incompresibles, sus manos cubrían su rostro, su cuerpo estaba ligeramente doblado hacia delante, sin mucho que pensar la tomé por el antebrazo y la atraje hacia mí, envolviéndola en un abrazo protector. Al sentir mis brazos entono a su cuerpo, sus hombros se agitaron violentamente, y sus manos se afianzaron en el cuello de mi camisa con fuerza, sentí la humedad de sus lagrimas empaparme, pero no me importó.

Justo en ese momento, no me importaba nada más, todo había pasado a segundo plano momentáneamente, solo para poder abrazar a mi hermana, la que parecía desmoronarse en mis brazos.

Su dolor me afectaba de una forma que nadie creería, porque sí, era un tipo rudo, pero ella…ella era mi hermanita, y mi deber era cuidar de ella, porque quería verla feliz, con esa sonrisa boba que siempre cargaba en su rostro, porque ella siempre había estado para mí cuando más la necesitaba, Y solo verla así de rota, me rompía a mi por dentro.


—No llores más, por favor —pedí en un murmuro suplicante, mis manos acariciaban su suave cabello oscuro, como ella lo hacía conmigo. Sus hombros dejaron de moverse lentamente, sentí como sus manos aflojaron el agarre en mi camisa, la oí sorberse la nariz, para luego separarse mí.

Sus mejillas estaban roja y sus ojos hinchados, sin embargo, pasó el dorso de su mano sobre su piel para limpiar las lágrimas, me miró y pude ver la tristeza y el miedo en sus ojos oscuros. Se relamió los labios para después regalarme una sonrisa melancólica. No dijo nada, yo tampoco lo hice.

Ellie tomó una reparación profunda y salió delo balcón, no la seguí, entendí que quería estar sola. Tampoco tenía nada que decirle, no había nada que decirle, sus sentimientos estaban ahí, y era imposible que los reprimiera o los despareciera de repente.

Sabía que ella iba a salir lastimada de todo esto, y por mucho que me enfureciera la idea de verla sufrir, no había nada que se pudiera hacer.



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Se siente bien actualizar en un día de lluvia...

Atte: Any Cape <3



Los DesahuciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora