“El chico de la heladería”
Ellie:
No me lo esperaba.
O sea, sí me lo esperaba, pero no tan rápido ¿sí? Sabía que era probable que pasara, con todo lo que Seth me había contado, me lo esperaba, pero no que fuera tan rápido.
Gin, un amigo de Seth, me había contado que Alec y Olivia eran novios. Yo no se lo había preguntado, él simplemente me lo había dicho y ya. ¿Dolió? Sí, que jode. Claro que ya lo esperaba, pero seguía doliendo.
No hablamos desde hacía unos tres meses, y lo extrañaba mucho, obviamente, como mi amigo.
En otras noticias, Samy y Sethy ya ni hablaban ¿Por qué? Porque, sencillamente, mi dulce hermanito era un grandísimo idiota. Él le había dejado de hablar unas semanas luego del rechazo de ella, había dicho algo de que ya no te tenía interés en bla, bla, bla. Aunque yo sabía que ella ahora solo la quería de amiga, o de folliamiga, pero dudaba que la segunda fuera a suceder.
Así que, sí, el grupo había muerto, tal vez reviviera, tal vez no.
Solo tenía la certeza de que todo iba a estar bien.
(***)
Había decidido salir con las chicas, quería comer helado, y ellas también. Así que, eso hicimos.
Samantha y Ollivia se llevaban, sorpresivamente, bien. Teniendo en cuenta que Olliv era un antipática de la caca, y que Samy era de las que no se juntaba con extraños, pero se llevaban bien, mucho, de hecho.
-Me parece injusto. -Protesté por quinta vez. Ellas volvieron a reír.
-Primero, a ti todo te parece injusto. Segundo, te toca a ti, fuiste tú la de la idea de venir-declaró Olliv. Tenía un punto, pero aún así era injusto que yo fuera a pedir los helados, no quería hacer esa gran fila.
-Eso, eso-la apoyó Samy. Las miré con falsa indignación.
-Cuanta maldad hay en ustedes dos, en serio. -Les dije, entrecerrando los ojos hacia ellas. Me di la vuelta y me puse hacer mi fila.
Media hora después, tan solo me faltaban unas tres personas para ser atendida. Me dolían los pies, esas sandalias me estaban matando, y además de que se me hacía injusto tener que hacer esa fila yo sola para los helados de todas. Entonces, mientras me quejaba para mis adentros, alguien me dio un par de golpes suaves en el hombro, haciendo que volteara repentinamente.
Detrás de mi había un chico, un chico lindo. Era mucho más alto que yo, tenía el cabello ondulado y castaño claro un poco más arriba de las orejas, tenías ojos color avellana, sus pestañas eran largas y rizadas, daban envidia. Tenía un rostro fino pero masculino, sus labios eran rosados y delgados, era guapo.
-Hola-saludó. Tenía un linda voz. Sus ojos verdosos me observan fijamente, a la espera de una respuesta.
-Eh, hola-le devolví el saludo confundida.
-¿Cómo te llamas?-me preguntó. Y yo quedé en shock. Me estaba hablando, y parecía que su intención era ligar conmigo.
-Ellie-pronuncié, casi en un susurro. Ahora estaba nerviosa, mierda.
-Lindo nombre, te queda bien. Soy Andy, un gusto. -Se presentó, tendiendo su mano. La tomé tímidamente.
-Igualmente-sonreí.
-Eres muy simpática, me agrada eso-y así entabló una conversación conmigo a mitad de una fila en una heladería. Claro que hasta que me tocó pedir a mi, luego de eso él me pidió mi número, y me dio el suyo.

ESTÁS LEYENDO
Los Desahuciados
DiversosEn un grupo de amigos, siempre habrán los clásico: La chica escandalosa, dramática y sentimental, que todo la hace llorar, que es una soñadora y romántica empedernida. La que es amiga todos, la que tiene un carácter de los mil demonios, pero que ama...