Maid With Love

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La emoción que llenaba la casa de mi padre se podía sentir, Tessa estaba más que emocionada de ser dama de honor al igual que yo y papá con su padrino David y Dom, el papá de Tom. Era lindo tener momentos así, David seguía sin mirarme y eso me rompía el corazón en mil pedazos, pero no iba a forzar nada, sabía que tomaría mucho tiempo, pero que las cosas en algún momento se iban a arreglar, ¿cierto?

A medio día, partimos Tessa y yo para el centro de Londres, para Natt la moda era su vida, y no importaba que faltaran más de 6 meses para su boda, ella quería que todo fuera perfecto, así que quería que no sólo ella luciera hermosa, sino las damas también, porque a diferencia de Papá, era su primer boda. Tom vendría por mí en unas horas para ir a una cita.

-¡Chicas!- Nos abrazó cálidamente cuando nos vio llegar a su boutique.- Gracias por venir, quiero que cada una de ustedes se vea preciosa, tengo unos vestidos para que se prueben y me digan que les parece. Vamos.

Pasé a los vestidores y tomé los 4 vestidos color rosa palo que había escogido para mí, los cortes favorecían mucho mi figura y en todos me veía bastante bien, creo que el problema iba a ser con cuál me quedaría. Natt tocó mi puerta para ver como iba.

-Wow, _____, te ves hermosa. 

-¿Tú crees?

-No lo creo, lo veo. Ven.- Se acercó a mí y tomó mi cabello alborotado en una coleta alborotada y tomó unas zapatillas que tenía por allí para que me viera completa.- ¿Ahora lo ves?

Y es que era cierto, me veía muy linda, salí para que Tessa viera mi vestido y yo el suyo, creo nunca nos habíamos sentido tan lindas en un vestido tan elegante. 

-Estoy muy linda la verdad.- Tessa se miraba constantemente en el espejo.

-Lo estás.- Reí.- Tengo que ir a cambiarme, Tom llegará en cualquier momento.

-Corre, no queremos arruinarle la sorpresa, tal vez te vea y el próximo vestido que uses sea uno blanco.- Me dio mucho risa el comentario de mi hermana y al ver el coche de Tom estacionarse afuera del lugar corrí a los vestidores. 

Cuando salí, Tom hablaba con Natt cálidamente y cuando sus ojos hicieron cantacto con los míos, la sonrisa en su rostro apareció, era tan lindo y tierno, me hacía enrojecer con sólo mirarme, realmente era lindo.

-¿Lista?.- Me ofreció su brazo.

-Siempre.- Le sonreí y nos dirigimos a su coche, no sabía a donde me llevaría, pero no me importaba, me gustaba que me incluyera en su día.

-Vamos- Abrió la puerta del copiloto para que entrara, era tan lindo.

-Espero que no te aburras, si lo haces, me dices.- Tomó las velocidades del coche para cambiarlas y pude ver que de la manga gris de su camisa, se salía otra de color rojo.

-¿Qué es esto?.- Tomé su mano preguntándole por la peculiar prenda.- ¿Por qué traes tu traje puesto?.- Me reí

-Shhhh, es una sorpresa, ya no tanto para ti, pero lo sigue siendo. No te impacientes señorita, ya casi llegamos. 

Tom se estacionó en lo que parecía ser un hospital infantil, ¿qué hacíamos aquí?

-Bueno, vamos linda.- desabrochó su cinturón de seguridad y abrió mi puerta para acompañarlo. 

-¿Qué hacemos aquí?

-No te impacientes, primero tenemos que pasar por unas oficinas.

Entramos en lo que parecía ser la recepción del hospital, había colores brillantes y dibujos lindos en las paredes, aunque fuera lindo, no dejaba de ser un hospital. Tom me llevó de la mano todo el tiempo, las personas le sonreían cuando nos veían pasar emocionadas, nos dieron un consultorio unos minutos para que Tom pudiera "alistarse".  Tom cerró la puerta atrás de nosotros y me miró.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora