It's you

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Sólo había pasado una semana desde que llegué al Bronx y se podría decir que Tom y yo habíamos hecho las pases, de una manera amistosa, él me miraba de nuevo sin necesidad de esos ojos de cachorro enojado y yo aún pensaba en cómo hablar con Jack; mientras tanto nosotros hablamos como amigos de toda la vida y a Jack lo dejaba de tratar un tanto como a un novio y más como a un amigo, era bastante complicado,pero me gustaba esta nueva "relación" con Tom. A veces me quedaba vagando por la preparatoria y lo veía en clase de gimnasia, solo, algunas chicas lo miraban con curiosidad y otras con más que eso y quisiera o no algo rascaba en mi pecho llamado "celos".

En la habitación sólo se escuchaba el ruido que hacían mis dedos chocando con el teclado de la computadora y la respiración pesada de mi amiga durmiendo, estaba preparando la siguiente plática y última que le daría a los siete grupos de último año y parte de los de junior. Escuché que tocaban la puerta y fui a atender.

-Hola.- Tom sonreía con un halo de luz detrás, parecía un ángel... Más.

-¿Qué haces aquí? Ya es muy tarde, mañana tienes escuela.- Estaba en pijama y con un moño en la cabeza.

-Lo siento mamá, quería secuestrarte unas horas.

-Si vas a secuestrar a alguien no deberías decircelo.- Me miró unos segundos, se abalanzó sobré mi y me cargó como un costal de papas sobre su hombro, corrió al ascensor y tocó el botón.- Thomas, no.- Reí.- Déjame cambiarme por lo menos.- Me bajó de su hombro y sonrió.

-No me digas Thomas, siento que me odias.

-Y lo hago...- Solté una risilla y caminé a cambiarme. Entré a la habitación para quitarme la bata de conejo y mi pijama.

-¿A dónde vas, Rapunzel?- Lizzy habló desde el lugar que había permanecido dormida lo que me hizo dar un saltito.

-Iré a dar un paseo.- Se levantó de la cama y caminó hacía mis maletas, tomó unos jeans de tubo, un suéter blanco y mi abrigo rosa palo con sus tenis a conjunto, una bufanda y "Tada".

-Listo, ahora podré dormir en paz.- Se volvió a recostar. Tomé el conjuntó y me vestí, me puse mi perfume favorito y lave mis dientes, salí y Tom estaba sentado al lado de la puerta del ascensor.

-Ya iba a ir por ti, un señor me pidió que lo llevara al piso siete y tuve que insistir que yo no trabajaba aquí por unos diez minutos.- Me reí de su situación y lo tomé del brazo.

-Al piso siete, por favor.- Soltó una carcajada fuerte y toco el botón de planta baja.- Saludamos a Philip, el recepcionista y salimos.- ¿Por qué la espontaneidad de salir a esta hora?- El clima era frío, en pocos días iba a comenzar a nevar y me emocionaba la idea.

-No lo sé, me dieron ganas de salir a caminar contigo, tomar aire fresco, regresar a la preparatoria es horrible, tengo levantarme más temprano de lo usual, la última vez que caminé contigo te quedaste afuera de tu casa.

-Sí.- Tom caminaba con las manos en los bolsillos mientras que yo iba de brazos cruzados, me gustaba caminar con él, me sentía relajada.- Creí que te levantabas muy temprano para los llamados.

-Lo hago, pero me gusta actuar, no me gusta ir a la escuela, no entiendo nada de lo que estos chicos están viendo.- Paramos frente a una cafetería y me miró.- ¿Quieres un café?.

-Té, por favor.

-Británica.- Me hizo reír. Esperé afuera mientras veía los edificios de Nueva York, cuando Tom salió llegó un coche y nos llevó directo a Central Park, en el parecía que eran las tres de la tarde, había mucha gente.

-Te extrañé.- Hablé mientras él miraba a unos perros correr. Me miró y me sonrió sin mostrar los dientes, sus labios finos curvados en una linda, linda sonrisa.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora