Just a hoodie

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-¿Y eso a qué viene? ¿Por qué piensas que tienes el derecho de venir a reclamarme algo como si fueras algo mío más que un simple amigo?

-¿Soy acaso un simple amigo?

-Sí, lo eres, ya lo habíamos acordado.

-Sí...- Se relajó, su cara de enojado pasó a cara de comprensión.

-Ahora si sólo venias a reclamarme puedes irte.

-No, discúlpame, no sé que me pasó hoy, me porté como todo un idiota.

-Lo hiciste, pero está bien, no hay problema. Ahora, por favor retírate.

-Pero necesito saber ¿Te gusta Haz?

-Sí así fuera ¿qué?

-Dijiste "fuera" entonces es un no.- Sonrió.

-Por favor vete, hablamos mañana.

-Me voy, pero no porque quiera.- Volvió a sonreír burlón.- Cuida mi sudadera.

-Ya vete.- Reí al final.

Dio unos cuantas zancadas y salió por la puerta grande dejando el rastro de sus celos en mi sala, no sé porque el hecho de haberlo puesto celoso la mayor parte del día sin quererlo me hacía sentir victoriosa de una batalla de la que mi contrincante no tenía idea de estar peleando, aunque ni siquiera era una pelea, Ellicia tenía las de ganar; pensarlo me hacía sentir estúpida a la vez, estaba pelando por un chico del que realmente no tenía señal alguna de querer darme la exclusiva de su cariño... Todos estos sentimientos mezclados me hacían mirar la tele sin prestarle atención.

-Hola.- Pegué un brinco y un grito ahogado.

-¡David! ¿A qué hora llegaste?

-Llegué hace unos minutos, pensé que me habías escuchado, Kerchak hizo bastante ruido.

-No,no los escuché, estaba viendo la película.

-Bien ¿Cuál es?- Tomó asiento a un lado mío.

-Eh... Creo que es Nerve.

-¿Crees?

-Bueno, es Nerve.

-Y... ¿De qué trata?

- No lo sé.

-La estabas viendo y no sabes...

-La vuelvo a poner, no te preocupes, no estaba prestandole mucha atención.

-Bien ¿Quieres palomitas?

-Claro.- David se paró para prepararlas, ahora que lo pensaba era la primera vez en muchos días en que David se sentaba a mi lado a ver una película o que me hablaba. Me paré de mi asiento acariciando a Kerchak el cual ya estaba acostado a mis pies y alcancé a David en la cocina.

¿Por qué estás en tan buen mood?

-¿De qué hablas?

-Bueno, desde que llegamos aquí no me habías hablado y hoy hasta verás la película conmigo... Aparte de que estás sonriendo como idiota.

-No pasa nada.- Él seguía sonriendo.

-Vamos, David, casi nunca que estamos con papá muestras tus lindos y perfectos dientes, los cuales envidio.

-Sólo te diré porque se que no te callaras hasta que lo diga.

-Así, es.- Me recargué en la isla y tome una uva para comerla.

-Conocí a una chica.- Tomó la bolsa del microondas y la sacó.

-¿¡Qué!?

-Ya lo dije.- Tomó el bowl con las palomitas y salió de la cocina.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora