Casualidades

¿Hollaland?

No encontraba las palabras, simplemente me quedaba allí parada sin habla con sus ojos insistentes sobre mí. Tom seguía teniendo ese aroma que me mataba y aunque no tuviera del todo al Tom londinense frente a mí, sabía que era el mismo que no sabía tomar buenas decisiones en su vida personal.

-Creo que debes irte...- Solté, no era tarde pero tampoco era el tiempo adecuado.- Tú mismo dijiste que Jack es un gran chico, y por eso mismo él no merece menos que mi respeto y cariño. Lo siento, Tom.

Nunca podré describir todo lo que me dijo con sólo mirarme, sentía que lo había lastimado tanto como él a mí en su momento. Se quedó parado frente a mí unos segundos, asintió y salió del baño, escuché como la puerta se cerraba; me senté en la orilla de la tina, amaba a Tom y quería a Jack, no me perdonaría si Jack salía lastimado y tampoco me perdonaría no guiarme por lo que sentía, porqué aunque no quisiera, Thomas lograba que mi corazón y mis sentidos se encendieran con sólo verlo.

-¿Qué pasó?- Pegué un brinco. Lizzy se sentó en la taza del baño y me tendió la rebanada de pastel de fresas que me trajo del restaurante del hotel.

-Me asustaste... Nada, yo...

-¿Tan mal estuvo? Yo ya los veía aquí abrazos y haciéndose cariños.

-Yo estoy con Jack.- Lo dije más con pesar que con gusto, no me hacía sentir bien aquello.

-No, aún. No he escuchado la pregunta "¿Quieres ser mi novia?" Ni tu, "Sí, Jack." Yo sé que yo te dije que le dieras una oportunidad a Jack, pero era porque me habías dicho que sentías algo por él, amiga, yo sé que tú amas a Tom y debes de hacer lo que te haga más feliz, yo sé que Jacky va a entender, es una gran persona, pero siempre ha sabido que amas a Tom.

-Iba a pedirmelo cuando llegamos, el primer día, pero vi a Tom. Yo no pude.

-¿Quieres que hable con Jack?

-Creo que esto es algo que yo debo decirle. No sé cómo ni cuando, pero lo haré.

Salí a dar un paseo para despejarme, Nueva York en esa época era igual de frío que Londres, me compré una taza de café y me senté a ver a la gente, podía ver a las parejas tomarse de la mano o caminar juntos y reír, me preguntaba porque yo no podía hacer lo mismo, no tuve la oportunidad de hacer algo tan normal con Tom y con Jack no sentía lo mismo. Era extraño.

-Hola.

-Haz.- Lo abracé y le pedí a la mesera un chocolate caliente con espuma para Harrison.

-Te vi pensando y me pareció curioso.- Lo miré mal y me reí.- ¿Qué pasó allá? Tom está... Ido.

-No pasó nada, sólo le dije que estaba con Jack y que él no merecía menos de lo que me brinda. Después de lo que pasó aprendí un poco.

-Claro. Sólo quiero hacerte una pregunta. ¿Estás con Jack porque lo quieres ó estás con Jack porque crees que es lo correcto?- Los ojos profundos de Harrison me pedían una respuesta que ni siquiera yo sabía. Aventé mi cabeza hacía atrás chocando con el respaldo de la silla.

-No lo sé, Haz. Yo lo quiero, el siempre está allí para mí y es sincero, no quiero lastimarlo.

-Pero no lo quieres como él a ti. Creo que no haz aprendido mucho, al estar con Jack lo lastimas a él, aunque no lo sepa, te lastimas a ti y lastimas a Tom. Y a mí porque me duele verte así.- Lo abracé y le di un beso en la mejilla, Haz siempre tenía esas palabras correctas que me hacían ver lo que estaba mal o bien cuando estaba cegada por algo.

-Pensandolo bien, los dejaré a todos por ti.- Ambos reímos.

-Sí... Demasiado tarde, el tren Osterfield partió hace mucho.- Volví a reír pero el sólo le dio un sorbo a su chocolate.