Missing P2

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NOTA: Diálogo af, que parece una obra teatral. 😁 Perdón.

Papá estaba más emocionado que yo, metía mil cosas a la cajuela como si fuéramos a salir de la cuidad.
Tomé un termo para el camino, conocería el lugar que alimentaría mis conocimientos y me prepararía para la jungla laboral. Subí mi mochila y partimos hacia el centro, miraba lo que sería mi camino durante unos cuatro años, memorizada cada cosa que veía y trataba de guardarla en mi chip a largo plazo.

-¿Estás emocionada?

-Sí, un poco.

-¿De qué hablas? Antes de que vinieras aquí de lo único que hablabas era de tu nueva casa de estudios.

-Lo sé y aún lo estoy, créeme.- La verdad es que me había desconcentrado y mi distracción tenía nombre y apellido.

-Avisale a tu cara.

-Ja ja. Vamos que ya estamos un poco tarde.- Prendí la radio y dirigí mi atención de nuevo a la ventana, mi papá y yo charlamos un poco de lo que esperábamos del campus. Cuando por fin lo vi de lejos, la emoción regresó a mí.

-Bien ¿Qué te parece?- Mi papá me tomó de los hombros.

-Me encanta, era bonita en fotos, pero así es perfecta.

-Vamos, tu guía me mandó un mensaje, nos esperará en la puerta de la biblioteca.- Íbamos a comenzar a caminar pero su celular sonó insistente.- Lo siento hija, debo atender. ¿Te puedes adelantar? Ahora te alcanzo.

-Bien.

Caminé por las señalaciones, pero aún así me perdí, estaba por llegar a los comedores, sólo estaba dando vueltas sin sentido por toda la universidad, era gigante, incluso con un mapa me iba a perder.

-¿Pérdida?- Una voz masculina que venía de mi espalda me hizo brincar.

-Ah.... Mucho.- Me giré para ver quién era y, ¡oh! sorpresa.- ¿Jack?

-Hola, _____.

-Hola ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo?- Sonreí burlona.

-Chistosa, aunque parece que lo hago y pienso que es al revés, resulta que estudio aquí. ¿Y tú?

-Planeo hacerlo.

-Compañera.- Sonrió.- ¿A dónde te diriges?

-A la biblioteca.

-Qué casualidad.... Yo también, ven, es por aquí.

Caminé con Jack hacía la biblioteca que no se encontraba nada lejos de ahí, pude ver a mi padre parado afuera aún con el celular pegado a su oreja, cuando nos vio venir, colgó.

-Hola, papá.

-Hola. ¿Qué tal?- Se dirigió a Jack.

-Hola, señor, bien, tengo que buscar mi estampa y mi pupilo. Un gusto. Nos vemos.- Sonrió y se fue directo a la biblioteca.

-Cariño, tengo que irme a la oficina, hubo un problema en una impresión y tengo que corregirlo antes que se publique el libro, lo siento, no quería dejarte sola hoy. Prometo que vendré por ti en cuanto acabe el recorrido.- Se frotaba los ojos con insistencia y eso sólo lo hacía cuando estaba estresado.

-Tranquilo papá, yo puedo hacerlo sola. Al final, tú no vendrás conmigo todos los días, así que...

Besó mi frente y corriendo, se fue hacía el coche. Sólo esperaba que no olvidara venir por mí.

Entré a la biblioteca y según las instrucciones que se me dieron en la puerta, busqué a quien tuviera mi nombre en un cartel, sí, como cuando alguien que no te conoce te recoge del aeropuerto, comenzaba a estresarme el ruido y la gente hasta que vi mi nombre en los huecos que dejaba la gente al pasar, corrí antes de perderlo y cuando vi al dueño de las manos que sostenían mi nombre, me sentí como en una película dominguera. Parecía que Finn era como el destino encarnado, a dónde iba estaba él y ahora era mi guía; me acerqué a él, estaba sonriendo.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora