Hi, my name is Tom

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La verdad es que estaba emocionada, aunque lo había olvidado por unas horas, Tom llegaba hoy. Me sentía nerviosa de alguna manera, sentía que podía decirle ya todo lo que siempre sentí, no tenia ningún impedimento ni el ni yo, siempre me sentaba a esperar a que él llegara e hiciera algo, pero nunca pasaba como lo pensaba, sólo me quedaba sentada esperándolo, mandandole invitaciones que no le llegaban y me empezaba a frustrar.

Bajé en pijama a preparar el desayuno para los chicos, Harrison aún estaba en casa y aún tenia la duda de con quien estaba hablando en la madrugada, tomé todo lo necesario para hacerles unos pancakes antes de que el rey de hacer pancakes llegara a tirar mis preciosos y esponjosos pancakes al piso, sabrán lo que digo si lo han visto cocinando...

-¿Cómo te atreves a preparar pancakes sin mí?- Harrison apareció en la entrada de la cocina indignado por la situación, me hizo reír.

-Lo siento, pero a mí me gusta mi desayuno sin basura del piso.-Reí al igual que él.- Ayudame a llevarlos al comedor. Mientras Caminábamos al comedor no resistí y le pregunté.- ¿Con quien hablabas en la mañana?- Sus ojos se abrieron un poco y luego me miró con una sonrisa.

-¿Y tú que hacías espiando mis conversaciones?

-No, yo no quise, fue sin querer, perdón.- Me senté rápido frente a David que sin preguntar tomó dos pancakes.- Sólo que escuché mi nombre y me dio curiosidad, pero no escuché más, lo juro.

-No te preocupes, sólo juego, hablaba con Elizabeth, preguntó donde estaba y le dije que contigo.

-Ah... Pobre de mi amiga, te extraña muchísimo desde el primer día que se fue a Costa Rica a su práctica de botánica.

-Sí, yo también la extraño muchísimo.- Haz tenia la mirada que veía en mi cuando pensaba en él... Era tan tierno.

-Sí, yo entiendo a Harrison, así que voy y vuelvo. Voy con Elle.- Dejó un beso en mi mejilla y corrió hacía la salida.

-¿Y tú hermana?

-Está con Harry en el porche... Iré a cambiarme para poder ir a donde dijimos.

-Claro, tomate tu tiempo, no hay nada de prisa es más si te tardas unas... Dos horas mejor.- Miré raro a mi mejor amigo a lo que él sólo sonrió.- Es que eso es lo que yo me tardo en estar listo.- Reí y decidí dejarlo pasar por haber escuchado su conversación y subí a mi habitación.

Miré a Kerch dormido en su cama y reí, abrí mi armario para buscar algo que ponerme, pasé por mi bocina y poder escuchar música mientras me bañaba, caminé hacía el baño y abrí la regadera.

-¡_______! - Di un brinco y solté un pequeño grito.

-¡Tessa! ¿Por qué no tocas? Casi me matas de un susto.- Cerré el agua y me crucé de brazos.

-Lo siento, sí lo noté.- Se río y me irritó un poco.- Es que tengo que llevarte abajo, tengo que enseñarte algo, te va a encantar.

-¿No puede esperar a que me bañe?

-No, me urge. Por favor.- Tomó mi muñeca y me llevó a la fuerza por la escalera y directo hacía la puerta.

-No, Tessa, no puedo salir así...

Tessa abrió la puerta y detrás de ella estaba Tom, sentí que en mi cara se dibujaba una pequeña sonrisa y una cara de asombro, pues en la mano derecha tenia mis flores favoritas, no sabia que él sabía cuales eran mis flores favoritas. Se notaba nervioso, su cabello estaba alborotado y detrás de él estaban sus maletas, ni siquiera había ido a su casa, incluso estando frente a la mía, estaba realmente sorprendida, realmente era otro Tom.
Se acercó a mí y me dio las flores, tomo aire y me miró, empezó a hablarme, al principio no escuché casi nada... Pero cuando regresé en mí, escuché todo y era perfecto.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora