Yes-terday

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Nunca había sentido tantos nervios de estar junto a Thomas, podía escuchar el latido de mi corazón y como sus manos jugaban con el papel, sólo habían pasado unos segundos desde que le di la carta pero se sentían como horas, ¿Por qué leía tan lento?

De pronto sentí como una de sus manos frías se posaba sobre la mía.

-¿Cómo podría decirle que no a la chica que amo?

Por fin pude mirar hacía Tom, sus ojos cafés, pequeños y llenos de brillo me decían lo que su boca también, realmente me amaba, sus palabras concordaban con sus acciones. No supe que decir,así que sólo me lancé a sus brazos y lo besé, sus brazos rodaban mi cintura y mis brazos lo apretaban con fuerza, me separo de él con gentileza para mirar mis ojos, tenía unas lágrimas pequeñas, pasó su pulgar por mi ojo para quitarlas, tomo mis mejillas y me volvió a besar.

-Eres lo mejor que me ha pasado desde el verano pasado, no sabría que hacer sin ti en mi vida, eres una parte muy importante de mí y no querría perderte de ninguna manera, se que fui un completo imbécil que jugaba con tus sentimientos y que no merezco que ahora me pidas que sea una parte más importante en tu vida, pero me esforzaré por merecer ese lugar todos los días.

-Te amo, Tom.

-Te amo, ______.

Mi nombre en sus labios era tan dulce como una pera.

-No me quiero ir ahora pero tengo algo que hacer, ya sabes, con lo de Spiderman y eso.

-Claro...- Mi animo se apagó en menos de 10 segundos. ¿Por qué cortaba este momento tan lindo? Tendría que acostumbrarme, era Spiderman al final del día.

-¿Te veo en la noche?-Se paró del porche y me tendió su mano.

-Por supuesto.- Me levanté con su ayuda y arreglé el vestido con mis manos. Me condujo hasta casa, tomando mi mano, se sentía extraño, irreal.

-Te amo.- Se acercó a mí para besarme, lo cual hizo, tierna y fugazmente.

-Te amo.

-Será nuestro nuevo adiós.- Dijo mientras caminaba hacia su casa con una gran sonrisa, lo cual me hizo sonreír, me gustaba hacerlo feliz de algún modo.

Entré a casa con algunos sentimientos encontrados, no podía esperar a que las cosas fueran perfectas, mi padre me lo dijo desde que le dije que Tom me gustaba, hace ya casi un año, subí las escaleras y caminé hacía mi cuarto.

-¿¡Qué pasó?!- El grito agudo de una chicas me hizo brincar unos cuantos centímetros del piso.

-Dios... Casi me matas, Lizzy - Entré a mi habitación seguida de Kerch que me movía la cola insistente como si no me hubiera visto hace una.- ¿Cómo entraste aquí?

-Tu padre nos dejó pasar.

-¿Nos?- Escuché como alguien tiraba del retrete de mi baño, la puerta se abrió y apareció Harrison.

-¡Haz!- Corrí a abrazarlo, tenía unos cuantos días que no lo veía, así que lo había extrañado un poco.

-Claro... A él sí lo abrazas.

-Llegué primero que tú.- Harrison le sacó la lengua a Lizzy, lo cual hizo que mi amiga rodara los ojos.

-También tengo para ti.- Fui hasta el sillón de lectura para abrazarla.

-Bueno, ¿qué pasó? He estado toda la tarde pensando en tu gran propuesta.

-Bueno... -Me senté en mi cama.- Parece que ahora somos novios.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora