Dear friend... You're a fool

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Según lo que recordaba de la pequeña plática que tuve con Tom, él regresaba mañana. Aún no me había atrevido a decirle algo más que "te quiero", un te quiero al aire, no sabía como sentirme al respecto, quería estar con él pero me daba miedo, le había dado el poder de hacerme sentir triste, me daba miedo que volviera a dejarme, de volver a enamorarme de él, de entregarle mis sentimientos sin recibir mucho a cambio.

-¿Quieres ir por un Quackson?- Me reí, a Tom le hacían mucha burla por la manera en que pronunciaba Croissant.

-No, Haz, no quiero.- Me senté en el pasto mientras jugaba con una flor.

-Oye, no me gusta verte así, tus hermanos me hablaron para que te buscara, sabía que estabas en nuestro lugar.

-Ellos no están casi conmigo, David se va con Elle y Tessa siempre está con Harry.- Me recosté mirando el cielo y Haz hizo lo mismo.- Sabes que no es por él en sí, es por mí, no me atreví y tal vez sea demasiado tarde.

-No sabes si no se lo dices.- Haz estaba un poco harto del tema y la situación, yo también para ser honestos.- En el coche tengo un balón de soccer, ¿por qué no me das la revancha? 

Haz me hacía sentir bien siempre y era algo que agradecía de su amistad. Me la pasaba bien con él, me hacía sentir tan bien que  todo lo demás se me olvidaba. Su cara cuando llegó con él balón de soccer era la de un niño pequeño, en esos momentos yo dejaba de tener diecinueve años para volver a tener seis.

-Bien.- Dejó caer el balón entre nosotros.- El que gane le invita un helado y una tarde de películas al otro. ¿Hecho?- Me tendió la mano para cerrar el trato.

-Hecho.- La acepté.- Mi portería son aquellos árboles de allá.

-La mía es mi sudadera y esta piedra.- Puso su sudadera a una distancia de siete pasos contados y volvió a nuestro lugar inicial.

Como era de esperarse ninguno de los dos se movía, sólo nos mirábamos retando al otro a iniciar el juego, al final Harrison comenzó, pateo el balón a un lugar al azar para correr por él, me divertía tanto, sin los problemas que había atrás de mí, nada me preocupaba en estos momentos. Harrison sólo pateaba el balón por todos lados para poder correr detrás de él.

-No, no, no, no, no.- Me tomó de la cintura para aventarme al pasto e impedirme que ganara de nuevo.

-¡Oye eso es trampa!- Mientras gritaba eso Harrison corría hacía mi portería y pateaba el balón entre los árboles.- Ahí van cinco libras y mi tarde viendo películas de terror que no me dejarán dormir agusto.

-Quiero mi helado de vainilla.- Me sonreía victorioso, se sentó a un lado de mí aún agitado de correr.

-Te odio.

-No, no es así.

-No...- Lo abracé y deje un beso en su mejilla.

-Ni siquiera con eso vas a hacer que me olvide de mi helado.

-Bueno. Al menos lo intenté.

Haz y yo caminamos por su helado y el mío y mientras lo comíamos íbamos jugando al "veo, veo" o buscábamos algún coche amarillo para golpearnos en el hombro, era gracioso. Harrison había accedido a pasar el resto del día conmigo y quedarse en casa a dormir en el cuarto de invitados, me agradaba la idea de hacer una pijamada con mi mejor amigo, nunca había hecho una y me entusiasmaba la idea de sobremanera.

-Bien, tengo Insidious, Don't Breath y High School Musical para que puedas dormir más tarde.- Haz movía emocionado los dvd's cerca de mi rostro.

CasualidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora