One shots 1 (pedidos) *EN EDICIÓN*

140. Liam Dundar

Titulo: "Almas Gemelas"

Advertencia: no

Parte: 1/1

Narrador omnisciente

Megan McCall, la pequeña hermana de Scott y la chica popular, así es como todos en la preparatoria de Beacon Hills la conocían, todos en la escuela querían tener algo con ella y el pequeño beta de Scott McCall no era la excepción, cada que Megan pasaba por algún pasillo en el que el se encontraba la veía con adoración en sus ojos, la chica era la perfección en vista de todos, bajita, morena, unos ojos marrones oscuros, un cuerpo hermoso y unos labios pequeños pero carnosos.

-hola Mason – Liam escucho a Megan a un lado de el provocando que se quedara en shock – nos vemos hoy en mi casa para estudiar – le dijo a lo que el moreno asintió con una sonrisa, Megan beso su mejilla para besar la media luna de Liam e irse n o sin darle una sonrisa traviesa.

-me beso, sus labios por poco y tocan los míos – dijo poniendo su mano donde los labios de la pequeña McCall se posaron

-Liam, amigo mío, apenas y te rozo, vamos tenemos clases – le dijo jalándolo con él a su próxima clase con el maestro Yukimura, Liam tenía la cabeza en la morena que no se dio cuenta cuando esta termino, se levantó de su silla acomodando sus cosas, cuando estaba por salir choco contra Megan la cual rio al ver las expresiones del chico.

-perdón, no ere mi intención, no es que no me hubiera gustado chocar contigo, me refiero a que no quise lastimarte - dijo para ver a la chica la cual se veía confundida - no digo que seas débil, eres fuerte, valiente y bonita - dijo embobado para después darse cuenta de lo que digo - no, digo si, eres hermosa pero no era mi intención decirlo así, porque tú sabes que eres bonita - termino para rascar su nuca con nerviosismo

-tranquiló Liam, todo está bien, descuida, no me hice daño y gracias por lo de bonita - le dijo sonriendo para caminar a su asiento, Liam noto como Megan se sentaba en el mismo lugar que el usa para esa clase, salió del aula con una sonrisa en su rostro.

Las clases fueron normales para todos hasta que llegó la hora de irse y para los chicos, el entrenamiento de Lacross, en el cual Megan estaba obligaba a quedarse ya que su hermano y hermano de otros padres, Scott y Stiles, tenían practica por lo que ella tenía que quedarse a esperar a que ellos terminaran para poder ir a casa, subíos las gradas hasta acomodar su vestido antes de sentarse soltando un suspiro aburrido, vio cómo Scott trotaba y Stiles trataba de hacerlo mientras los demás iban más adelante de él.

-hola, soy Liam, aunque eso ya debes de saberlo ya que chocamos en la mañana, no es que tengas que recordarme así ni nada de eso - dijo viendo a la chica la cual la veía con una sonrisa por lo tierno que se veía - Bueno, am, esto es para ti, te había visto comer unos de estos en las otras prácticas y te noté un poco desanimada porque en la cafetería ya no lo venden así que compre una de venida a la escuela - le dijo extendiéndole una bolsita de gomitas a lo que la chica la tomo con una sonrisa

-gracias Liam, esto es muy tierno de tu parte y muchas gracias - dijo la morena sonriéndole, Liam sintió como su mundo se movía al ver que le sonreía a el y solo a el

-tengo que ir a entrenar, no quiero que el entrenador me regañe, nos vemos mañana – le dijo a lo que la chica asintió, el chico dio media vuelta para bajar las gradas cuando una pequeña mano lo detuvo, lo siguiente que sintió fueron unos labios posarse sobre los de el

-para la buena suerte y gracias de nuevo – le dijo Megan sonriendo para volver a su lugar dejando a Liam anonado y en su nube de amor.

~VARIAS HORAS DESPUES~

Toda la manada estaba en la veterinaria por una simple razón, Liam se sentía terriblemente mal así que acudieron con Deaton para saber que es lo que le ocurría al pequeño beta de Scott.

- ¿Cómo te sientes Liam? – pregunto Alan a lo que el chico sollozo solamente – necesito que me digas lo que sientes para poder ayudarte Liam – le dijo a lo que el chico entre sollozos le contesto

-es como si, algo dentro de mi se quisiera desprender y duele mucho – dijo entrecortadamente

-sabes que podría ser – le pregunto Scott a lo que su jefe asintió

-Liam encontró a su alma gemela, siente ese tirón por dos razones o su alma gemela esta con alguien más o está sufriendo – dijo preocupando a los mayores

-como podemos ayudarlo? – pregunto el pálido

-tiene que estar junto a la chica que fue elegida para él, tiene que encontrarla y traerla aquí, solo así podre ayudar a Liam – les dijo a lo que asintieron, cuando Scott iba a hablar su celular sonó, contesto al ver que era su madre.

-Scott, tienes que venir ya mismo a la casa – le dijo melissa desesperada

-que ocurre mamá – le dijo al escucharla

-tu hermana esta teniendo otro ataque de pánico, tienes que venir, ahora – le dijo casi sollozando

-voy en camino mamá – le dijo colgando – tengo que irme, mi hermana se encuentra mal – dijo caminando hacia la puerta

-Scott, que tiene tu hermana? – pregunto Deaton deteniendo al hispano

-ataques de pánico, se supone que debieron de haberse controlado, pero últimamente tiene muchos y no sabemos cómo detenerlos – dijo Scott con desesperación

- encontré al alma gemela de Liam – dijo confundiendo a todos - Scott, te presento a Liam, el alma gemela de tu hermana y su cura – dijo viendo al mayor y al menor – si queremos que tu hermana y Liam mejoren tenemos que llevar a Liam a tu hermana – dijo a lo que todos veían a Scott en espera de alguna respuesta

-llevamos a Liam con mi hermana – dijo para así salir todos de la veterinaria dejando a Alan solo con una sonrisa en su rostro, manejaron como locos hasta la casa de los McCall donde Melissa ya esperaba a su hijo en la entrada

-porque están todos aquí, tu hermana esta arriba en su cuarto, tuve que sedarla, pero el efecto paso hace unos segundos – le dijo sollozando

-tranquila mamá, Meg se pondrá bien, tenemos una especie de cura, confía en nosotros – dijo Scott para cargar a su beta subiendo las escaleras con su madre y todos atrás de él, abrió la puerta del cuarto de su hermana viéndola en la cama sudando, acostó a Liam a un lado de ella y como si sus manos tuvieran imanes se juntaron al instante, poco a poco ambos se iban mejorando al igual que se abrazaban el uno al otro, minutos después ambos menores dormían abrazados el uno del otro sin intención alguna de soltarse.