Capítulo 48

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Inhaló y exhaló varias veces seguidas hasta que su respiración se normalizó. Cargaba una bolsa repleta de pollo frito recién comprado y esta ya empezaba a lastimarle por la fuerza con la que la sostenía, además su mochila con ropa y demás cosas le generaba una carga excesiva a su espalda y también comenzaba a dolerle; pero quizás todas esas dolencias tuvieran su explicación en una única y sola causa.

Sucedía que estaba delante de la puerta de Félix dubitatando sobre sí tocar y anunciar de su presencia o salir huyendo miles de kilómetros a pie e iniciar una nueva vida desde cero en otra ciudad. Verdaderamente ambas ideas eran pésimas, pues hoy, el día de hoy, sería el día en el que se confesaría a Lix. Así lo había decidido (o bien fue Jeongin quien lo decidió por él, pero ese detalle era una nimiedad).

Esperó un rato a que su sistema se equilibrara y bien su espíritu se hubiera serenado llamó a la puerta para posteriormente esperar pacientemente a ser atendido. Le resultó un tanto extraño hacerlo ya que no hacía eso desde que Félix y él eran pequeños, anteriormente su nivel de confianza había sido tal que él simplemente entraba gritando que había llegado y ya. Sin embargo, dado su distanciamiento, no podía comportarse como de costumbre y debía limitarse a los protocolos de antaño.

Unos minutos después un Jeongin que llevaba dos tiernas coletas en el cabello atendió a su llamado y lo invitó a pasar.

– Imagino que las chicas ya están aquí. – sopesó el popular con media sonrisa. Esas coletas se veían tan adorables en Jeongin que quería sacarle miles de fotografías y enmarcarlas.

– Imaginas bien.

Fue conducido hasta el living y allí encontró a las chicas y a su amigo ardilla. Chaeryeong estaba pintandole las uñas de negro a Jisung, en tanto Hayun intentaba hacerle un peinado complicado a Yuna con horquillas. De fondo sonaba un poco de música

No había rastro ni de Félix ni de Seungmin. Supuso que Félix debía de estar haciendo un mandado y que por ello no estaba presente, supuso también que el castaño aún no había llegado porque de estar allí estaría discutiendo hasta la muerte con Yuna. Agradeció que Seungmin no estuviera de hecho, le brindaba mucha paz a su alborotada cabeza.

– Hey Hyunie. – lo saludó Yuna de manera entusiasta. – ¡Que bueno que llegaste!

– ¡Hola! – respondió el mismo espíritu y delicadamente dejó una bolsa encima de la mesa más cercana. – Traje pollo frito para todos.

– ¡Yei!

– ¡Fantástico! ¡Ya me moría de hambre! – gritó Chae. Sin dudarlo dos veces guardó el esmalte y rápidamente se apresuró en asaltar la bolsa para conseguir una pieza de pollo.

– ¡Oye! – se quejó Han al mismo tiempo que soplaba sobre sus uñas recién pintadas. – No puedo hacer nada así. – comentó con las manos al aire, sintiéndose totalmente vulnerable.

– Espera a que se seque y ya. – demandó y le clavó el diente a su comida.

– Aunque sea podrías darme un poco pollo. – inquirió disponiendo sus labios en un puchero. – ¡Estoy indefenso! – la chica rodó ojos pero de inmediato le acercó un pedazo de comida y lo alimentó cual niño pequeño.

El ambiente era cómodo y relajado, todos reían mientras comían y le hacían bromas pesadas a Jisung para que arruinara sus tan preciadas uñas; sin embargo Hyunjin no paraba de mirar la puerta en busca de la figura del pecoso y no encontrarlo lo estresaba en gran manera. Sabía de primera mano que cuanto más retrasara su confesión su valentía iría en detrimento y seguramente acabaría tragándose sus sentimientos por enésima vez, por eso era tan necesario que el chico apareciera pronto.

Triángulo || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora