Capítulo 52

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El viernes llegó más temprano de lo que hubiera querido, pero allí estaba, de pie frente al puesto de una florista. Compró media docena de claveles blancos y le regaló una sonrisa a la señora que se los vendió pese a que no estaba feliz en lo absoluto. La mujer por su parte se compadeció de su expresión afligida cuando lo vio alejarse y entrar con vacilación al cementerio.

Honestamente Lix deseó no haber tenido que ir solo, pero ante el esguince de tobillo de Seungmin, las sesiones de terapia de Jeongin y Jisung y el día es spa de las chicas no contaba con nadie que pudiera hacerle compañía; por lo que solo era él con sus pensamientos.

Caminó entre el desfile de lápidas grisáceas, leyendo nombres de difuntos y observando con aflicción los miles presentes que decoraban las piedras. En algunos casos la naturaleza había mostrado su poderío, rodeando las piedras con hierba y verde musgo, generándole desdicha al pensar en el paso de los años y en el abandono que atravesaron esas tumbas. Visualizó también a algunas cuantas personas visitando a sus muertos y realizó una reverencia cada vez que se los cruzaba, mostrando respeto por sus pérdidas.

Oprimiendo con fuerza los tallos de sus flores avanzó surcando criptas y demás fosas hasta que al cabo de unos minutos llegó a la que buscaba. Conocía el trayecto de memoria y por ello no se perdió, más sus pasos hasta llegar allí fueron lentos y compungidos.

Una vez en destino pudo observar la deplorable condición de la fosa, por lo que se apresuró en quitar de su mochila una toalla de mano y, sin importarle ensuciarla, la mojó con agua de un grifo dispuesto en su cercanía y de cuclillas comenzó a limpiar la lápida del paso de la madre naturaleza sobre ella. Después de un par de talladas pudo leer claramente el nombre escrito en la piedra y con cuidado acomodó la foto corroída que conmemoraba al difunto; sintiendo un aprisionamiento en el pecho que levemente lo asfixiaba. Tragó saliva para estabilizarse y luego metió el trapo enmugrecido en una bolsa de residuos, para finamente hacer descansar las blanquecinas flores sobre la loza.

– Ha pasado un tiempo ¿verdad? – empezó a hablar en voz alta. – Todavía me cuesta creerlo.

Permaneciendo en cuclillas sacó de dentro de su mochila una lata de cerveza, la cual colocó delicadamente a un lado del pequeño ramo de flores. Esa sería tal vez la primera cerveza que habría comprado en su corta vida.

– Mi vida ha sido distinta desde que no estas aquí. Ya no he vuelto a hacer taekwondo. – apoyó el trasero en suelo para conversar con el difunto más cómodamente. – Ahora voy a un gimnasio. La verdad es que es mucho más sencillo que el taekwondo porque no tengo que preocuparme por las competencias ni de los exámenes para ascender de cinturón; pero bueno, creo que estas cosas no te interesan. Nunca fuiste muy conversador conmigo.

Si Félix hacía una vista en retrospectiva podía ver lo poco que el entrenador se había interesado en sus gustos, en sus anécdotas, en sus charlas y lo hacía sentirse estúpido por no haberse dado cuenta antes. Estaba cegado, cegado por un amor que no existía. Era lamentable que recién ahora descubriera que los peluches y las golosinas no eran muestras de amor o que el hecho de que lo hubiera incitado a escaparse de casa en reiteradas ocasiones no era porque lo amaba y quería estar a su lado; entendió que ni una de esas acciones fue motivada por el amor.

Y sí, era lamentable.

– Estoy bien por sí te lo preguntas. – continuó charlando, puesto que si bien sabía que no era de su interés, el fallecido no podría callarlo como alguna vez lo hizo en vida. – He hecho nuevos amigos este último tiempo. Tres chicas se sumaron a nuestro grupo, Hayun, Yuna y Chaeryeong. Las tres son muy lindas y amables, me divierto mucho con ellas. – comentó jugueteando con sus dedos. – Y no solo ellas, también me hice amigo de un chico que se llama Seungmin, es genial. Nos llevamos muy bien y lo aprecio muchísimo. Es ese tipo de personas que quieres tanto que deseas haberla conocido mucho antes. – sonrió. – Creo que sí lo hubiera conocido antes él también me habría dicho que no me involucrara contigo; pero en aquel tiempo era tan cabeza hueca que estoy seguro de que tampoco lo hubiera escuchado... como no escuché a Hyunjin.

Triángulo || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora