Capítulo 4

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Jisung estaba desaparecido.

Es lo que Minho les había dicho tras llegar corriendo desde su casa en busca del paradero de su novio.

No sabían dónde podía estar.

Y todo pasó por una maldita foto.

Cansado del amontonamiento de gente, que si bien había disminuido por la cercanía del alba, Minho salió al jardín para tomar aire fresco, pues se sentía asfixiado y nervioso

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Cansado del amontonamiento de gente, que si bien había disminuido por la cercanía del alba, Minho salió al jardín para tomar aire fresco, pues se sentía asfixiado y nervioso. Estaba ansioso porque luego de que la fiesta finalizara tendría su primera vez con su amadísimo Jisung, pero al mismo tiempo estaba aterrado, como si fuera un inexperto. Tenía miedo de hacer las cosas mal y necesitaba calmarse.

Una vez que estuvo afuera inspiró profundo todo el oxígeno que pudo y paseó la vista por su patio. Camuflado entre los alegres nocturnos, la figura de Seo Changbin se divisaba solitaria en los columpios. Estaba distraído, con un cigarrillo en los labios, mirando hacia la nada.

Minho fue incapaz de ignorarlo, lo vio melancólico y le preocupaba. Se acercó a él y se sentó en la hamaca contigua. El fumador por su parte le dedicó una mirada desinteresada.

– Pensé que ya no fumabas. – se animó a decir, balanceándose.

– Lo había dejado, pero... – inhaló la nicotina y soltó una bocanada de humo después. – Creo que no me hará nada por hoy.

Estuvieron en completo silencio por varios minutos. No se llevaban mal, pero cuando estaban a solas les costaba actuar con naturalidad. Era imposible no evocar su tiempo juntos, fingir que entre ellos no había ocurrido nada, que estaban en buenos términos cuando en realidad todo entre ellos acabó con gritos, llantos y golpes. O que nunca habían aclarado sus diferencias porque tenían miedo que sus problemas arruinaran la cohesión con su grupo de amigos, acordando que lo mejor era que todo permaneciera así como estaba.

Changbin recordaba los desplantes de Minho, sus gritos y sus ojos rojos acaparados por las lágrimas aquella trágica noche de hacía muchos meses atrás, cuando por accidente pronunció un nombre distinto al de la persona a la que le estaba haciendo el amor y toda la habitación se volvió un caos. Minho recordaba la cara de autoindulgencia de Changbin y sus miles de disculpas, pero hasta el día de hoy ninguna de ellas le había sonado sincera.

Ninguno de los dos entendía cómo fueron capaces de mantener una relación por más de año, mucho menos como fue que se amaron tan locamente y a la misma vez no se amaron nada. Porque Minho estaba seguro de que había amado a Changbin ¿Pero él alguna vez lo amó?

– ¿Y qué tal van las cosas con tu novio? – el peligris rompió el silencio.

– Muy bien. – dijo con una sonrisa. – Jisung es un chico fantástico. Me hace bien.

– Me alegra que hayas encontrado a alguien que te haga feliz. – soltó el platinado dando otra pitada.

Minho no supo cómo interpretar sus palabras ¿Era una duda de alguien arrepentido? ¿Acaso podía tomarlo como una disculpa? ¿Era sincero al menos esta vez? Decidió tomarlo como una extraña y tan propia forma de Changbin de redimirse por lo que había ocurrido, alegrándose de que por fin alguien estuviera brindándole  todo el amor que él no pudo darle.

Triángulo || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora