Capítulo 36

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Pensaba. Pensaba mucho en ello. Trataba de dejar de hacerlo pero nuevamente aquellas palabras regresaban a su a cabeza y lo acribillaban como un puñal

Quería creer que se trataba de un juego, de una mala broma de Hyunjin pero una parte de su interior le decía que el chico no le había mentido cuando le pidió que ya no le dejara marcas a Jisung en la intimidad... No entendía el por qué su pedido ya que  él no tenía la costumbre de magullar la piel de su novio de ese modo y aunque así fuera, llevaba días sin intimar con él.

La respuesta era clara. Jisung estaba engañándolo.

Se dejó caer en el suelo de su habitación y se recargó en una pared, golpeándose repetidas detrás la cabeza con ella por la impotencia que sentía. Apretó la mandíbula y luego se llevó ambas manos a sus cabellos, tironeando de ellos para ahogar los miles de gritos que tenía atorados en la garganta.

¿Por qué? ¿Por qué estaba pasándole otra vez? ¿Por qué no podía ser el único? ¿Por qué siempre tenía que aparecer otro para arruinar su relación? Primero Hyunjin y ¿ahora quién?

Era cierto que Changbin no lo había engañado con nadie, mucho menos con Hyunjin, sin embargo le era infiel con el pensamiento y eso lo había dañado mucho. Y, aunque no estuviera confirmado, la posibilidad de que Jisung estuviera engañándolo también lo hería en demasía.

Saberlo le dolía, pero no le sorprendía. Changbin lo había hecho ¿Por qué Jisung no?

Si pensaba en Changbin, en lo que que vivió con él, en principio parecería que a su corta edad habían vivido un noviazgo de ensueño. Minho sonreía al recordar como día a día iba enamorándose un poco más de Changbin, de su carisma y de sus atenciones, hasta que sus sentimientos ya no fueron contenibles y se confesó. Todavía recordaba el día...

Changbin lo había invitado a su casa, en ese entonces todavía vivía con sus padres y él accedió a ir. No había nadie allí como era costumbre. Fueron a la habitación de Changbin a jugar videojuegos, tomaron asiento en el suelo y cogieron los mandos para incursionarse en la virtualialdad.

Para Minho el juego estaba resultando demasiado fácil, Changbin estaba siendo más torpe de lo usual. No conectaba combos ni golpes ni técnicas secretas, absolutamente nada. Varias partidas perdidas después Changbin bostezó y se dejó caer de espaldas.

– ¡Ahg! ¡Tengo sueño! – gruñó el en ese entonces Changbin pelinegro.

– ¿No dormiste anoche o qué?

– Casi nada. – confesó con un bostezo. – Me tuve que quedar despierto hasta que mi nonna llegara para abrirle la puerta. – volvió a bostezar y con ello contagió a Minho. – Llegó como a las cuatro.

– ¿Se escapó otra vez?

– Ajá. – el último tiempo su hermana mayor se escapaba seguido para verse con su novio y él la ayudaba cada vez que ella se lo pedía.

Minho se levantó y le extendió al chico tumbado en el suelo una mano para que se pusiera de pie. – Vamos. A la cama. – imperó.

Changbin refunfuñó pero no se opuso a la sugerencia. Estaba cansado, muy cansado en realidad y unos minutos de sueño no le vendrían nada mal. Minho lo guió hasta la cama, se acostó sobre el colchón y una vez que su piel sintió la suavidad de las sábanas soltó un suspiro de relax.

Estaba dispuesto a dormirse cuando oyó que la puerta había sido abierta y al mirar en aquella dirección vio a Minho listo para irse.

– ¿A dónde vas? – le preguntó con la cabeza apoyada en la almohada.

– A mi casa... No quiero molestarte.

Bin le sostuvo la mirada. – No. No te vas a ningún lado. – le hizo señas para que se acercara. – Ven aquí.

Triángulo || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora