Capítulo 37

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Mordió el lóbulo de su oreja y lo hizo estremecer. Lo abrazaba con sus fuertes brazos por la espalda, mientras estaban sentados en el suelo de la habitación de Jisung, a donde supuestamente habían ido para ver anime. Chan aspiraba el aroma embaucador de la piel del rubio, recorriendo con sutileza su nariz por el cuello del chico. Jisung reía por el contacto que le producía cosquillas, a la vez que buscaba inútilmente en su interior la determinación para impedirle que siguiera tocándolo. Más las enormes manos que le recorrían el cuerpo, tan adiestradas en la labor del amor, volvían nulas sus intenciones de apartarlo.

Una fuga de gas obligó a todos los residentes del edificio de Chan a evacuar hasta que la avería estuviera arreglada. De seguir trabajando en la cafetería Chris habría actuado como un día normal. Iría al café, serviría unos cuantos pedidos y volvería a la noche cuando las cosas ya estuvieran solucionadas, pero luego de la intromisión de Sun Hee en su trabajo ello ya no podía ser posible y para no quedar "desamparado" acudió al menor para obtener asilo momentáneo.

Depositó besos en hilera desde la clavícula hasta llegar nuevamente a su cuello. Allí tomó un pliegue de su piel y lo apretó con sus dientes, arrancándole al menor un gemido. Acto seguido tomó su barbilla, girando su cabeza en dirección a su rostro y atrapó sus labios en un deseo carnal insaciable.

Tan solo un poco de Jisung bastaba para hacerle perder el control. Su lengua recorría la cavidad de la boca del rubio con júbilo. No importaba nada ni nadie cuando podía embeberse de su esencia y calor.

Pensaba en lo agradable que hubiera sido conocer a Jisung y relacionarse con él de otro modo. Fantaseaba con haber sido él quien evitara que Jisung cruzara por la calle con el semáforo en verde, siendo su salvador cual protagonista de dorama romántico y que ese hubiera sido el inicio de su historia de amor. Entonces la sonrisa de Jisung hubiera sido desde un principio sólo para él. Quizás, de haber sido así, no habría perdido su tiempo en un noviazgo vacío y ahora podría presumir a Jisung, declararle al mundo la inmensidad de sus sentimientos y no tener que vivir una aventura a espaldas de su novio.

Pero como no había forma de modificar el pasado o el modo en que se dieron las cosas entre ellos dos, debía conformarse con la clandestinidad, con los encuentros prohibidos y con esos labios dulces como el almíbar.

La puerta se abrió con un chirrido, sobresaltándolos. Jisung trató de tomar distancia del mayor en un rápido y torpe movimiento que para nada había podido ocultar lo que estaba sucediendo a los ojos negros que lo miraban con indiferencia tras el umbral.

– ¡¿Qué te dije de tocar, hyung?! – reclamó el dongsaeng con una expresión de pánico.

Su hermano mayor lo había encontrado siendo muy cariñoso con un hombre que no era su novio ¿Cómo podía explicarlo? ¿Qué podía decirle?

– ¿Qué no oíste el timbre? – incurrió el universitario conservando el mismo semblante de indiferencia ante la escena de infidelidad. – Hyunjin está aquí.

– ¿Hyunjin? – dubitó pestañeando varias veces seguidas. – ¿Qué hace él aquí?

– No lo sé. Solo dijo que quería hablar contigo y parecía ser importante.

– ¿Dónde está?

– Está esperándote en la puerta. – explicó haciendo un ademán con la cabeza. – No quiso pasar.

– D-de acuerdo. – tartamudeó. La mirada de su hermano le producía escalofríos. – Enseguida voy.

Una vez dado el recado, la copia de mayor edad a Jisung volteó y cerró la puerta a su espalda; dejando a ese par de adolescentes hormonales solos nuevamente.

Triángulo || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora