-Me voy al bar - gritó mi padre desde la puerta.
-¡Vale! - le respondí y respiré algo aliviada cuando oí cerrarse la puerta. Me giré y la encontré observando las cosas de mi habitación. Me quedé un poco embobada mirándola, hasta que se volvió hacia mi y sentí la necesidad de apartar la mirada. Se sentó en la cama.
-¿Me quieres contar qué pasó ayer con ese chico? - preguntó ella. No sonaba a reclamación, sino a genuino interés. Solo de recordarlo me mareé un poco. Me dirigí la cama y me senté a su lado.-¿Porqué mejor no me cuentas primero qué haces aquí? - pregunté yo como respuesta.
Ella suspiró y luego tomó aire para hablar.
-Ayer vine... A pedirte perdón. - la miré con los ojos como platos. - pagué contigo la frustración de haberte perdido. Te he echado muchísimo de menos. Cuando te vi aparecer con ese chico... - suspiró de nuevo, aguantando las lágrimas. - me puse tremendamente celosa. Sé que es estúpido. Tu puedes hacer con tu vida lo que quieras. Me estaba convenciendo de ello hasta que... - tragó saliva. - aquel beso... Dios, aquel beso- se quedó callada un momento mordiéndose el labio. Yo intentaba procesar toda aquella información. - Yo en ese momento sólo quería que el mundo desapareciera, arrancarte la ropa y comerte a... - por un momento me miró y se avergonzó- besos - susurró. Volvió a apartar la mirada. - perdón - dijo, como si acabase de confesar un secreto que yo no debía saber. - pero estaba convencida de que eso lo haría otra persona que no soy yo. Y me... Me comenzó a hervir la sangre. Te dije barbaridades que no son verdad. No me podía controlar. Estaba dolida pero... - parecía que todo aquello le estaba desgarrando el alma. - pero comprendo que no formo parte de tu vida y no puedo ni debo reclamarte nada. - cogió mis manos. - Venía a pedirte perdón y a decirte que no volveré a molestarte. Que te dejaré en paz y que siento todo el daño que te he ocasionado - se puso de pie con intención de marcharse pero le agarré la mano.-Espera - le dije y me puse de pie a su lado. Junté su frente con la mía un instante y suspiré. - Ayer - comencé a decir. - Ayer fue un día de mierda... - dije con una leve risa y ella también rió. - ayer - proseguí- Sergio me acusó de ser... Lesbiana. - dije finalmente. Me quedé callada un instante. Ella hizo ademán de hablar pero no se lo permití. - déjame terminar. Yo... No sé lo que soy... Ni sé lo que siento. Estoy cansada de estar siempre confundida. - dije, bajando la cabeza. - Ayer estuve a punto de acostarme con él, y quería hacerlo, no te puedo mentir- ella se apartó un poco de mí, dolida. - pero no pude.- Dije finalmente soltándole la mano. - no pude porque no eras tú. - dije mirándola a los ojos. Ella me miraba intensamente, intentando comprender lo que le estaba diciendo - no consigo sacarte de mi cabeza. No quiero que sea nadie más. No quiero olvidarte, ni intentarlo. Quiero que te quedes, aunque no pueda pedirte que lo hagas.- Volví a sujetar nuestras manos, esperando una respuesta. Ella se separó de mi. Parecía necesitar cierto espacio para pensar. Me miró de nuevo a los ojos. Con toda la dulzura del mundo colocó un mechón de mi pelo detrás de la oreja y me acarició la cara.
-No puedo, ni quiero, alejarme de ti.
ESTÁS LEYENDO
Inmarcesibles
RomancePrimera parte. (Temática Lésbica) Explorar lo que se siente cuando las pasiones afloran hacia lo prohibido en una vida tortuosa puede llevarte al descubrimiento más hermoso. Dejarse amar y dar amor, sin importar el género, el sexo o la historia, ahí...