LXXVI: GRAVEDAD DEL PROBLEMA

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-La noche de tu nacimiento marcó el rumbo de mi vida como médico. - hizo una pequeña pausa, como recordando
- Yo era médico residente de primer año y trabajaba en paritorio. En aquella ocasión, mi trabajo era acompañar a otro médico, el Dr. Ramos. Él contaba con gran poder en el hospital. Era como un dios para mí, pero aquella noche se me abrieron los ojos.
Todo iba bien en un principio. Tu madre entró sola a quirófano, cosa que me extrañó, pero pensé que quizá no tenía a nadie más. En cuanto naciste te llevaron a limpiar y ella se puso muy nerviosa. No paraba de gritar
"¿A donde se la llevan?, ¿por qué se la llevan?".
Tenía pánico de que te apartaran de su lado. El Dr Ramos le puso un calmante que la dejó sedada. O eso creía. Yo no era consciente de todo aquello porque estaba contigo. Me encargué de revisarte. Estabas sana y eras tan pequeñita... - dijo, mirándome con ternura - y llorabas con tanta fuerza. El Dr te cogió y te llevó fuera de quirófano. Cuando regresó me ordenó ir a decirle a tu padre que ambas habíais muerto. Aquello me chocó. Me acerqué a tu madre a comprobarlo... - bajó la mirada. -el Dr pidió a una enfermera que avisase a la señora Valverde de que el problema estaba solucionado y podían ir a por la niña".
Quise respuestas pero el Dr me dijo: "hijo, si quieres llegar alto en esta profesión, cumple órdenes y no hagas preguntas". Me echó literalmente del quirófano. Allí estaba tu padre. Le conté lo que me obligaron a decir y él se derrumbó. Nunca en mi vida he visto a un hombre tan destrozado. Todo aquello me destruyó a mí también. Al poco apareció otro hombre preguntando por ti. Dijo que venía a llevarte con la señora Valverde. No supe muy bien qué tenía que hacer así que también le mentí. Le dije que, por complicaciones ocurridas después del parto, habías muerto. Lo que me dijo después hizo que lo comprendiera todo. Entré entonces en la sala en la que estabas, movido por un cierto aire de justicia y culpabilidad, y te llevé conmigo. Te robé junto con el historial de tu madre. Te llevé a mi casa escondida entre mi ropa.

Contacté al día siguiente con tu padre y se lo conté todo. Le conté que aquel hombre me había amenazado. Que habían pagado por ti. - me miró fijamente. - ¿Entiendes lo que te estoy diciendo ? - intente responder, pero estaba en shock. Ella, que había mantenido su mano sobre la mía, me colocó la otra, haciendo que la mirara.

-Clara...querían robarte y venderte a una red de trata. Esa misma gente es la que ha intentado matar a tu padre. Mi abuela lo ha hecho. - dijo con pesar - lo siento muchísimo.

-¿Qué querían hacer conmigo? - dije, cuando conseguí reaccionar.

-He investigado mucho a esa gente. Es peligrosa. Por eso tu padre te dio en adopción un tiempo. No podían saber de tu existencia o volverían a por ti. Podrías haber acabado en una casa de prostitución infantil, o vendida a cualquier persona en cualquier lugar del mundo. Podrían haber hecho contigo lo que quisieran siempre que pagasen lo suficiente. Disculpa que sea tan duro pero necesito que entiendas la gravedad del problema al que nos enfrentamos.

-Clara - dijo ella - tienes que huir.

FIN DE LA PRIMERA PARTE.


-Segunda parte en mi perfil-

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