XII. ¿QUIÉN COJONES ERA?

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Me quedé sin respiración por un momento. Oí un ruido, era el ascensor. ¿Qué hora era? Las 8 de la mañana. ¿Estaría mi padre ya despierto? Debería levantarme a hacerle el desayuno. De pronto escuche que alguien daba un golpe a la puerta. Me puse en alerta. Me levanté de un salto y fui intentando no hacer ruido a la entrada mientras me recogía el pelo en un moño. Volvieron a llamar. Miré por la mirilla. No podía ser. Era ella. ¿Pero cómo...? Volvió a llamar.

- ¿Clara? - dijo.

-Márchate- respondí, intentando alzar lo menos posible la voz.

-Ábreme, por favor- dijo suplicante.

Abrí lentamente la puerta. Ella me miró y entonces me di cuenta de que estaba en, lo que yo llamaba, pijama, que eran unas mayas y una camiseta enorme. Sentí vergüenza. Ella no pareció percatarse.

-Clara... - me dijo, pero le tapé la boca con la mano.

-sshh. - le dije mientras intentaba averiguar si mi padre se había despertado. Oí su puerta.

-Mierda- susurre. Ella me miraba sin comprender nada.

-Clara ¿Quién cojones es a esta hora? - gritó y sentí como ella se ponía tensa. - Mándale a la mierda y traeme el desayuno. - volvió a gritar mi padre.

-Necesito que te vayas - le dije mirándola a los ojos y aparté la mano de su boca.

-Tenemos que hablar, Clara.- Dijo susurrando.

-Yo... - intenté decir, pero me cortó.

-Clara, voy a estar en tu portal todo el día si hace falta. Baja y hablamos. -no sabía que decirle. Asentí. Entré y cerré la puerta. Fui en silencio a la cocina y comencé a preparar el desayuno.

- ¿Quién era? - dijo mi padre sirviéndose una copa de whisky.

- ¿No prefieres café? - le dije.

- ¿No prefieres callarte la boca? ¿Quién cojones era? - Dijo dándole un puñetazo a la mesa. Me sobresalté.

-Testigos de jehová - dije, intentando sonar convincente.

-Menudos subnormales. ¿Tú no tienes clase? - me preguntó, deseoso de que desapareciese de su vista.

-Sí, ahora me voy.

-Pues vete ya. - me dijo refunfuñando.

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