XXI. ERES PRECIOSA

910 44 2
                                    

-¡No! - dije cogiendo de nuevo su mano. - yo... Es que...Jamás he...-me comenzaron a temblar las manos - Ya lo sabes... - trague saliva. - Dios, ¡Qué vergüenza! -dije tapándome los ojos con las manos.

-Eh, no pasa nada, Clara - dijo, quitándome las manos - No hay nada de qué avergonzarse- sonrió. Se quedó mirándome un momento - No sabes lo guapa que estás cuando te pones nerviosa - me besó en la mejilla. Sonreí.

-Yo solo... quiero ir más despacio, esto es algo difícil para mí- dije poniéndome aún más roja - Pero...

-Pero...? - preguntó, levantando una ceja con cara pícara.

-Quiero que seas tú - dije mirándola a los ojos. Ella pareció no entenderme- La primera, mi primera. Quiero que seas tú. - sonrió y me besó de nuevo.

-Esperaremos hasta que estés preparada-Se tumbó y yo a su lado. Se giró y apoyó su cabeza en mí, abrazándome. No tardó en quedarse dormida y yo disfrutaba sólo con verla dormir, ahora que los primeros rayos de sol entraban por su ventana. Yo también me volví a quedar dormida.

El sol me despertó dándome de lleno en la cara. Parpadeé.
-Buenos días - escuché a mi lado. Volvieron a mi mente imágenes de la noche anterior y no pude evitar sonreír.

-Buenos días - respondí. Me estaba mirando fijamente con una sonrisa. - ¿Llevas mucho despierta? - pregunté, estirándome.

-Un rato, si - dijo sin parar de sonreír. - Te veía dormir - dijo. Me sonrojé. Me tapé la cara mientras me reía.

-Qué vergüenza - susurré.

- Eres tan guapa- dijo en un suspiro.

-Tú sí que eres guapa- le dije sin quitarme las manos de la cara. Se puso encima de mí y separó lentamente mis manos.

-Repite eso - dijo, mirándome muy fijamente a los ojos. Los suyos eran cautivadores. Su pelo caía a un lado de su cara filtrando pequeños rayos de luz.

-Eres preciosa - dije acariciándole la mejilla.

Inmarcesibles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora