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—¡por favor! ¡queremos ir al parque de diversiones!—dijeron los mellizos, siguiendolo por toda la casa, Minseok estaba exhausto, había sido un mes realmente dificil, lo que menos quería era ir a un lugar lleno de personas y gastar un montón de dinero.

Se tiró al sillón y cerró los ojos, Jisung salió de debajo del sillón y empezó a gritar—¡quiero ir al parque de diversiones yo también!

—¡Mark y Renjun irán!—chilló Donghyuck, subiéndose sobre su padre que estaba todo muerto. 

—¡quiero ir! ¡quiero ir!—Jisung también se subió sobre su padre, y Minseok jadeo por todo el peso encima suyo. 

—de-déjenme—se quejó, sin siquiera poder respirar—¡Johnny!—llamó, pero nadie contestó, y los mellizos se miraron entre ellos con pánico, Johnny estaba trabajando, no estaba en casa. 

El pequeño Jisung no sabía que había pasado y no entendía la razón de la ausencia de Johnny, solo sabía que estaba ocupado—Minseok, Johnny está trabajando—dijo, mirándolo con curiosidad. 

—lo sé—susurró Minseok, tragando saliva—saben qué, iremos, si eso haremos, iremos al parque de diversiones ¿cuando dijeron que Jongdae iría?

—el domingo—dijeron los mellizos, sonriendo entre ellos. 

Era viernes por la tarde, Doyoung se puso un abrigo y se despidió de su padre, yendo a buscar a Johnny al taller en donde estaba trabajando, el cambio del último mes había sido difícil para todos, su ausencia se sintió rápidamente cuando empezó a cumplir horas laborales, sabía que quien más sufría su ausencia era Minseok, lo veía a menudo mirando por la ventana como un niño de cinco años que espera ansioso la llegada de alguien especial, no sabía por qué el hombre estaba siendo terco y egoísta, pero en el fondo sabía que si había un motivo pronto lo sabrían. 

Aunque también pensaba que quizás no existía una razón concreta, Minseok tenía un punto valido, la beca aunque le daba hogar y pagaba sus estudios, no pagaba las comidas de Johnny, no pagaba su equipo, no pagaba muchas necesidades vitales que Minseok podía pagar aquí porque se adaptaba a el entorno de su vida diaria. 

De vez en cuando se sentía traicionado por Minseok, era la persona adulta que más admiraba, y ahora que sentía que había cometido un error, de pronto todos sus buenos puntos se invisibilizaban y le parecía un hombre terrible, se detestaba a sí mismo por ello, todos podían cometer errores, sobre todo los humanos, sobre todo alguien tan bueno como Minseok, era un buen hombre y no le gustaba verlo como a un enemigo, pero supongo que este rechazo hacia él también se debía a que había sido inmaculado para él en tantas ocasiones, que el hecho de que mostrara un rasgo desagradable lo convertía en un monstruo. 

Era injusto, lo sabía, por eso esperaba que Minseok tuviera razones, buenas razones. 

Llegó al taller y esperó sentado en la vereda a que Johnny saliera, entonces salió y Doyoung lo recibió con una enorme sonrisa, Johnny estaba sucio y olía a nafta, últimamente era el único que olor que siempre tenía, incluso cuando se bañaba, pero era una característica adquirida muy especial par Doyoung, le demostraba que Johnny era persistente. 

—vine a llevarte a casa—dijo Doyoung, agarrando la bicicleta, Johnny rio y se la entregó, subiéndose a la rejilla de acompañante. 

Su novio lo abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en su espalda, Doyoung se sintió contento, empezando a pedalear, Johnny era pesado, pero él empezaba a poder manejar esto de andar en la bicicleta con ambos—tengo hambre y sueño—Johnny le dijo, adormilado. 

Doyoung sonrió, Johnny era tan adorable—entonces llega a casa, come y duerme. 

—tengo tarea—susurró. 

Lo que es ser un KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora