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Estar el fin de semana completo fuera de casa era un alivio, luego de la discusión con Doyoung y toda la situación tensa con su padre, honestamente no tenía ganas de estar en casa, prefería pasar el día fuera pero todavía lo invadía todo el estrés de presentarse a practicar al anfiteatro y la peor parte de todo es que Sung kyung tuvo que reemplazar a un profesor en la academia que trabaja así que ella no iba a poder llevarlo a la practica. 

El vehículo que lo había ido a buscar lo dejo justo en el departamento de sus tíos, ella estaba saludando con una sonrisa mientras se dirigía a completar las firmas con el coordinador a cargo, Taeyong bajo con su mochila y bolso, despidiéndose del chofer también. 

—¿cómo estás, Tae?—Sung Kyung lo abrazo por los hombros, sonriéndole y él suspiro. 

—no pude dormir nada en la van—susurró, agotado—tengo la cabeza llena de cosas, en cualquier momento me muero. 

Ella empezó a reír, entrando al ascensor—¡dramático! espero que disfrutes este finde, con Kyungsoo compramos porciones de pasteles en nuestra pastelería favorita y vamos a preparar sushi para la noche, al medio día decidimos hacer una ensalada de lentejas, zanahoria y hongos con un poco de sopa para que no estuvieras pesado para la practica, en todo caso si sientes que comemos demasiado, tenemos la caminadora en la habitación de Kyungsoo e igual hacemos zumba antes de ir a la cama—Sung kyung hablaba tan rápido que Taeyong no pudo evitar sonreír divertido.

Era la primera vez que visitaba el departamento de Sung Kyung y Kyungsoo, por lo que no sabía qué esperar, sin embargo, al entrar se dio cuenta que estaría cómodo por las siguientes horas ya que era amplio y estaba bien ordenado, su tío estaba preparando las viandas porque cerca de las once ya debían irse al anfiteatro. 

 —¿tuviste un buen viaje?—Kyungsoo acomodo sus anteojos y Tae asintió, acercándose. 

—gracias por llevarme hoy—dijo rápidamente. 

Estuvo descansando en la habitación de Sung Kyung y nunca se sintió tan cómodo como en ese momento, el perfume dulce de su tía estaba en todo el cuarto y le reconfortaba, también veía la cantidad de fotografías que tenia colgadas, sus peluches y colección de gorros, los amaba y esperaba que le regalara uno. 

Cuando estaba por quedarse dormido, pudo escuchar como sus tíos cantaban una canción de Twice, riéndose entre ellos, se preguntó vagamente si estaban secretamente enamorados. 

No durmio más de una hora pero se sintió como si hubiese descansado una eternidad, Kyungsoo lo despertó para ir al anfiteatro y Sung Kyung los acompañó hasta mitad de camino que pasó a quedarse en la academia en donde trabajaba, era un edificio lujoso, Taeyong miro admirado los rascacielos de la ciudad, este tipo de lugar realmente le gustaba. 

Kyungsoo no era precisamente hablador y menos cuando estaba conduciendo así que Taeyong no lo molestó, además estaba nervioso, era la primer practica que Jongin supervisaría, no quería hacerlo mal, después de todo era de los más jóvenes en el grupo y no le gustaría que dijeran que por su inexperiencia arruinaría todo, la mayoría al menos había participado en grandes eventos, él lo único que tenía eran concursos de pueblos. 

 —¿quieres que me quede?—Kyungsoo preguntó, pero no podía hacerlo, ambos lo sabían. 

Así que negó con la cabeza, sin embargo, agradeció el gesto, sonriéndole a su tío que volvió a subirse al auto.

Los primeros cuarenta minutos de precalentamiento estuvieron bien, solo estaban dos instructores a cargo, Taeyong estuvo estirando y repitiendo sus rutinas básicas, mirándose en los grandes espejos que habían en la sala de ensayo, el lugar era simplemente genial y le gustaría tomar muchísimas fotos para mostrárselas a su padre. 

Lo que es ser un KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora