5.

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—mira estas patas sucias, Jisung, pareciera que no tenés papá—murmuró Minseok, cepillando los pies de su hijo menor.

El niño simplemente rio a carcajadas porque el cepillo le hacía cosquillas.

—tenés cinco años, no te cuesta nada aprender a lavarte bien—Minseok se levantó del piso, había estado de cuclillas y las piernas se le estaban rompiendo—¡Johnny!—gritó, agarrando las toallas y la bata de Jisung.

En segundos su hijo mayor estaba en la puerta—¿lo llevo?

—sí, y decile a los mellizos que se preparen que ahora los voy a bañar a ellos—Minseok quitó el tapón de la tina y le dio a un Jisung todo envuelto en bata y toallas a Johnny—que se seque bien entre los dedos.

Al siguiente día iba a llevar a vacunar a Jisung y de paso les haría un control a los mellizos, y como no confiaba en que ellos se bañaran bien solos, decidió acompañarlos. Fue la mejor decisión que pudo haber tomado, sobre todo después de ver las costras de mugre que tenía en los pies Jisung.

Los mellizos llegaron empujándose y quejándose de por qué tenían que bañarse juntos si ya estaban grandes, Minseok los ignoró, no les costaba nada ahorrar agua.

—mira tu cabello—susurró acariciando las hebras del cabello de Donghyuck—voy a cortarte yo.

—pero tú no sabes cortar el cabello, papá—el niño se desnudo y de inmediato se metió al agua para jugar.

—puedo aprender cortándote—rio, poniéndole champú, Jaemin imitó a su hermano y también se metió a la tina.

—ehhh, vas a experimentar conmigo—se quejó el niño—deberías cortarle el cabello a Johnny, él suele tenerlo más largo que nosotros.

—no hay manera de que toque el cabello de Johnny—Minseok negó con la cabeza, poniendo ambas manos en su cadera.

La fiesta de primavera de sus hijos mayores estaba por acercarse, Johnny le había dicho que su salón aprovecharía a hacer una cafetería de disfraces para juntar dinero, ya que el campamento sería en unos meses y querían tener suficiente para comprar refrigerios extras. El salón de Ten tenía planes de un laberinto embrujado, así que ahí tenía otro disfraz que hacer o en el peor de los casos; comprar.

—estoy pobre, pobrecito, bien pobreton—murmuró revisando cuántas botellas de champú quedaban—pero si se bañan menos no tiene sentido ¿qué más falta?

Jaemin miró alrededor y recordó algo—¡no queda mucha pasta dental!

—oh, cierto, creo que quedaba una en el cajón—revisó entre los cajones y encontró solo una infantil que pertenecía a Jisung—usen la de Jisung mañana, cuando vayamos al súper compramos una.

—¿vamos a ir después del médico?—preguntó curioso Donghyuck.

—si, vamos a aprovechar la mañana, en dos minutos vengo a ver si se bañaron bien, voy a revisar qué les falta a sus hermanos.

Minseok salió del baño y fue de camino al cuarto de Jisung, allí Johnny estaba sacándole el cabello, la imagen le dio ternura, era lo que más reconfortaba a su corazón, ver a su pichón más grande con el más pequeño. Johnny lo notó y sonrió.

—¿te falta algo, Johnny? Mañana voy a ir al súper con los mellizos y el renacuajo.

—no me falta nada—rio.

Decidió ir a ver qué estaba haciendo Ten, a esta altura seguro ya había terminado con su tarea, hoy estuvo presionándolo para que no se atrasará y funcionó bastante bien. Sin embargo lo que vio cuando abrió la puerta no fue lo que esperó.

Lo que es ser un KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora