47.

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Ten estaba sentado en el cobertizo, hacía un mes que Johnny había contado que estaba de novio con Doyoung, el tiempo pasa demasiado rápido cuando tienes el corazón roto, como si quisiera abrirte los ojos y decirte "tienes que salir de ese hoyo de tristeza porque eres joven para desperdiciar los días así".

Pero era difícil cuando se trataba de su primer amor.

Era difícil verlo riéndose con Johnny y saber que nunca iba a mirarlo de la forma en que miraba a su hermano, cuando se tomaban de las manos, cuando sabía que se besaban, que salían juntos a todas partes.

Vio a Taeyong aparecer, estaba todo abrigado, se sentó a su lado en el asiento colgante, tomándole la mano y apoyando su cabeza en su hombro.

Taeyong había sido muy comprensible con él el último mes, no era del tipo que sabía limpiar las lágrimas de otras personas, pero lo estaba intentando por él y su apoyo era valioso porque era el único que lo sabía junto a Lucas, y era vergonzoso siquiera pensarlo, pero él no lo juzgaba.

—podrías cantar una canción—Taeyong le dijo, mientras miraban hacia la calle vacía.

Ten pensó en qué cantar, entrelazando sus dedos con los de Taeyong—y por querer estar volando realmente nunca despegamos, me vendiste un amor que jamás existió y aquí estoy, queriendo ser extraordinarios quedó un amor tan ordinario—cantó, notando como Taeyong cerraba los ojos y se acurrucaba más contra él.

Johnny llegó con los mellizos entre risas, volvía del entrenamiento y los había pasado a recoger, él sonrió y solo los saludó con la mano, los mellizos ni siquiera se detuvieron, entraron corriendo a la casa porque tenían hambre.

Minseok ya les tenía la merienda preparada, había días que podía salir más temprano pero con el tema de la nueva sucursal era difícil para él manejar los horarios, se lo notaba más estresado por si alguno de sus hijos se le quedaba colgado.

—bienvenidos, amores —Minseok estaba con Jisung en sus brazos, terminando de servir los panes con queso y mermelada—¿cómo estuvieron los entrenamientos y ensayos hoy?

Donghyuck empezó a devorarse un pan y Jaemin ni siquiera se sacó el uniforme de karate—¡estuvo bien!—dijeron ambos al mismo tiempo.

—Jaemin no ensucies la ropa, todo eso blanco, no quiero refregar—Minseok murmuró, dándole una taza de café a Johnny—¿cómo estuvo hoy, Johnny?

—agotador, este finde tenemos otro juego y vamos a estar complicados, el entrenador dice que el contrincante siempre nos saca en esta fecha, si le ganamos las cosas serán más sencillas para nosotros, tenemos mucha presión—Johnny bebió todo su café y dejó la taza en la bacha, sirviéndose un pan—me baño y vengo a lavar las tazas, deberías ir a dormir un rato.

—Johnny yo también tengo que bañarme—Jaemin dijo, comiendo su pan—me sale agua de aquí—el niño señaló sus axilas y Minseok cerró los ojos.

Jisung empezó a reír—le sale agua—dijo divertido, abrazando a su padre.

—que bruto—se burló Donghyuck—no es agua, es sudor, pero ¿por qué a ti te sale allí?—el mellizo se toco sus axilas, haciendo una mueca—yo estoy seco.

—le está pasando lo mismo que a ti—susurró Minseok, acariciando el cabello de Jaemin—las hormonas de los Kim no pueden ser negadas.

Johnny río y recogió sus cosas para ir al segundo piso—después le digo como ponerse desodorante.

La temporada de lacrosse había empezado y los fin de semana estaban todos ocupados con los partidos de Johnny, asistían a algunos y a otros no, Minseok estaba cansado por la semana agotadora en el trabajo y los niños estaban retrasándose en las tareas por las actividades extracurriculares, el único que iba al día era Jisung, pero estaba en jardín.

Lo que es ser un KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora