Si bien los al Ghul no eran una familia grande, su imperio lo era, Ra's estaba orgulloso de su más grande creación, el colmillo del demonio, más la eternidad no podía más con el viejo cuerpo que cargaba, necesitaba un nuevo recipiente y su hija no serviría, ya no le era necesaria, después de todo ahora tenía un nieto, uno ágil, fuerte y la mejor parte, desmiente de un Wayne, era lo único bueno que había echo su hija.
- te estás deteriorando padre.- el hombre gruño al ver a su hija joven, el entre más entraba al poso de Lázaro sus heridas sanaban y su cuerpo volvía a su gloria, más sabía por experiencia que siempre se necesitaba un plan b para la muerte.
- ¿Qué sabes del payaso?- estaba en el antiguo reino en Arabia, Ra's estaba sentado en el trono donde el último integrante de la familia real lo había culpado de sus crímenes, de la muerte de su amada Sora.
- no se ha reportado, creo que está disfrutando de su libertad.- le mostró un periódico, que uno de sus sirvientes había traído de gótica.
- no lo libere para que disfrutará, quiero a mi sucesor.- se levantó enojado, una sombra salió de la derecha del trono, un hombre albino se dio a ver.
- yo lo traeré para usted señor.- Talia miro con odio al albino, si le dio la idea del payaso fue por una sola cosa, nadie sabía cómo manejarlo, al final se lo pediría a ella y demostraría ser digna de ser la siguiente cabeza del demonio.
- Dusan.- dijo con desprecio a su mano derecha, el más leal de sus sirvientes.- tu deber es permanecer aquí a mi lado.- el nombrado gruño con cólera, se puso a lado de la mujer, que también lo miraba con odio.
- soy el mejor de tus cazadores.- se puso recto frente al Ghul, no se daría por vencido, no le importó las miradas de odio de ambos.- te mostraré que soy digno de tu confianza, yo traeré al chico.- al levantarse su maestro se arrodilló, no se podía desafiar al maestro de la legión.
- tu ganas.- le hizo una señal para que se levantará, este lo hizo con la cabeza gacha y una disimulada sonrisa.- si me fallas, no importará que seas mi mano derecha, voy a matarte.- una guerra de miradas se hizo presente, estaba arto de su poca fe.
- sólo pido un mes.- el que encontró los posos de Lázaro camino frustrado a la salida, era mucho tiempo y aún no tenía información de donde tenían cautivo a Wayne.
- tienes dos semanas.- la puerta se abrió desde afuera, por uno de sus sirvientes.- toma uno de los aviones para que puedas ir asta gótica, después de eso estas solo.- el rechinido de la puerta al cerrarse fue lo último que supieron de Ra's, seguramente se dirigía a los posos de Lázaro.
Una cachetada paro en la mejilla del albino, más este sólo sonrió en grande, Talia estaba que echaba humo por las orejas, el lo había vuelto a arruinar.
- no te atrevas a tocar a mi hijo.- saco dos dagas filosas, dispuesta a atacarlo asta dejarlo muerto.
- no te preocupes Talia.- en un parpadeo estaba atrás de ella, con una espada rosando su garganta.- tratare bien al chico.- la espada fue retirada lentamente, aún haciendo presión en su garganta y el filo pasando suavemente en la piel de su yugular.
El eco de su risa se escuchó por el vacío palacio, las pocas velas se apagaron cuando el hombre salió de la sala del trono, prepararla sus cosas, está era su oportunidad y no la desperdiciaría, demostraría que era digno de ser el sucesor de la cabeza del demonio.
- ¿va a necesitar algo más señor?- novatos, lame botas fastidiosos, lo que hacían por reconocimiento entre los grandes.
- trae el traje.- este novato le caía bien, no era cualquier lame botas, sólo lo obedecía a el, le tenía confianza tanta para que no sólo lo conociera como la mano derecha de Ra's al Ghul.
- ¿su traje señor?- la mirada rosa le congeló el alma, podía ser un color muy suave pero su mirada era intensa.- en seguida señor.- salió rápido y sudando frio, en su mente se reprendía por ser tan tonto, movió el pequeño cajón de noche, una compuerta de madera polvorienta se dejo ver, al abrirla una capa de polvo se levantó, bajo de un salto al pequeño cuarto, donde sólo había un gran armario.
Un traje de colores oscuros se dejo ver, lo guardo junto con aquella máscara blanca en el maletín.- escucha chico.- cuando vio la blanca mano asomarse por el hoyo por donde entró le entregó el maletín, se confundió al ver que aún así la mano volvió a verse.- será un viaje de dos semanas y quiero saber todo lo que pasa en este lugar.- la mano lo tomo por la espalda y lo subió de un rápido tirón.- quiero que seas mis ojos y oídos.- sin cuidado fue puesto e nuevo en el suelo, la gran caja negra que tenía su traje y sus armas quedó frente a él.- te necesito todo tiempo en línea y atento a mi llamado.- le entregó uno de esos viejos apararos que usaban los guardaespaldas.
- será un honor señor.- quitó la máscara negra y se puso el aparato acomodando su uniforme en su lugar.
El muchacho cargo con la gran caja negra y la llevo asta el avión que a estaba listo para partir, el albino subió al avión con un traje elegante, no pensaba en hacer un escándalo apenas llegar a gótica, pensaba disfrutar de humillar al sucesor que aprobó Ra's, sería tan suave como los al Ghul decían ser con el.
- la cacería comenzó muchacho.- cómodo en el avión privado, lleno de sirvientes de la Liga de asesinos, le sirvieron vino y su canción favorita sonó por los altavoces, las finas cuerdas del violín sonaban con ira y elegancia.
Demostraría que el legado al Ghul era mejor que el de Wayne, ellos tenían siglos caminando entre los mortales, contando a su despreciable sobrino.
Sólo quedaban dos Wayne en la lista.
El fantasma blanco aria su gran debut en cuidad gótica, sabía de ante mano que su sobrino estaba en esa alcantarilla de ratas.
Ingenuo aquel que adoptará a Damián, los ojos verdes eran más salvajes que los gatos monteses.
No odiaba al chico.
No del todo.
Era su sobrino y lo entreno el mismo junto a la Liga de asesinos, a los 6 años ya era todo un maestro del escondite, a los 8 el mejor asesino de la Liga.
Pero la boca suelta de Talia le dio información de su padre, el Wayne, el niño escapó y ya era hora de que dejará su berrinche..
..
...
Una risa hizo eco en aquel cuarto oscuro, el conocía bien esa risa.
Trato de tomar su katana, pero esta no estaba en su cinturón, la risa estaba aún más cerca, trato de correr pero las paredes se estaban cerrando a su alrededor.- es hora de volver Damián.- la vos hacia eco en la habitación, volteo a todos lados pero nadie está a la vista.- tienes que elegir.- su nuca se erizo al sentir el cálido aliento en su nuca, se quedó quieto aún sintiendo el aire gélido en su nuca.-¡Damián!- unos brazos toscos lo sujetaron, inmovilizado sus brazos y alzándolo en el aire.
Podía oír murmullos, conocía vagamente las voces, su adrenalina seguía alta, esperaba a que aquel imbécil que lo sujetaba con fuerza se distrajera par poder huir.
De repente fue jalado y su cuerpo fue recibido por un cuerpo cálido, mencionaba palabras que tranquilizaron su ritmo cardíaco, cuando pudo abrir los ojos tenía su pijama de dinosaurios, Ricardo estaba tirado a lado de su cama y Jason revisaba su mejilla, miro hacia arriba, su padre lo abrazaba con fuerza, a su derecha Alfred tenía una taza de té recién echa, Tim llegó con el botiquín y los otros dos sólo miraban asustados.
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La Mafia Wayne
FanfictionEn un mundo donde Batman nunca existió, el peor enemigo de la Liga de la justicia y la pesadilla del mismo Lex Luhtor, el junto a sus sucesores llevan caos a todo el mundo, siendo Gótica el lugar más respetado por ser su guarida. Los villanos de gót...