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- aquí Luisa Lane en el hospital 54 de nuestra amada metrópolis, nuestro mayor empresario a sido trasladado a este hospital desde hace unas 6 horas

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- aquí Luisa Lane en el hospital 54 de nuestra amada metrópolis, nuestro mayor empresario a sido trasladado a este hospital desde hace unas 6 horas.- la reportera igual que muchos otros estaban en las puertas de aquel hospital, ninguno podía entrar por respeto y los guardias de Luthor en la puerta.- nos informaron que llegó muy herido, con hemorragia interna y una bala en su pierna, su secretaria Marcie asegura que el señor Lex llegaba de un bar a su edificio, seguido de un par de hombres sospechosos que los atacaron de imprevisto, robando algunas de sus tarjetas de crédito.- un gran coro de voces de más reporteros se escuchaban a sus espaldas, la noticia principal era aquella.

- ¡señorita Marcie!- montones de personas rodearon a la pobre secretaria, un horrible Moratón adornaba su mejilla, la mujer ocultaba sus ojos tras sus lentes negros, no pudo sacar e su jefe del hospital y ahora todos los medios sabían del incidente.

- por favor, ahora no puedo hablar.- los hombres de negro le abrieron espacio asta el auto, ahora sin Lex en la empresa tenía mucho trabajo.

- como pudieron observar la señorita Marcie no quiere dar más detalles de los que tenemos, esperamos de corazón que el señor Luthor este bien.- mientras el bullicio se escuchaba fuera del hospital, el calvo era cruelmente atormentado en sus sueños, nadie se percató de la sombra en su habitación.

- veo que definitivamente, te metiste en graves problemas.- el hombre de camisa de cuadros y bolsa con paja en su cabeza miraba con pena al hombre en la cama, lo reconocía vagamente de las reuniones que tenían.- te advertimos y ahora tendrás tu castigo.- aplastó un pequeño recipiente, soltó un extraño polvo que lo hizo entrar en un estado crítico en un par de minutos, el hombre salió sin ser visto cumpliendo su misión.

Muy lejos de la colorida ciudad, un hombre de cabellos verdes miraba con enojo a sus subordinados, la pequeña televisión deba en las noticias pues en todos los canales hablaban de lo mismo.

- ¡¿saben que pasará Cuando el regrese!?- la rubia se apoyaba en su fiel mazo, mirando atontada al enojado payaso, los demás veían a ese loco con terror, así como la rubia vivía obsesionada con ese lunático, el admitía tener la misma obsesión por el hombre de largos cabellos.- ¡como nosotros lo trajimos vendrá a degollarnos a todos!- sus más leales secuaces estaban custodiando las puertas, evitando cualquier escape.

- el quería contactos en metrópolis, nosotros sólo cumplimos con eso, un hombre importante de metrópolis.- de inmediato todos se quitaron de enfrente del valiente, dejándolo a plena vista, pero no cambio su parecer.

- tenemos un hablador.- su sonrisa se relajó con su postura dejándole un aire despreocupado y bromista.- ven aquí hijo.- uno de sus amigos trato de pararlo, pero este se acercó aún con su semblante molesto.- sabes hijo, creo que tienes razón, nosotros sólo trajimos un contacto de metrópolis.- puso el brazo alrededor del muchacho, inspirándose confianza al ser tratado así frente a los demás, pero sus compañeros se mostraban ansiosos.

La Mafia Wayne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora