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Para los niños de Gotham tener un héroe en el que confiar era muy difícil, se sabía de sobra que sólo unos cuantos valientes se atrevían a venir, y los niños recién ingresados aseguraban que un hombre de cabello verde vestido de payaso, junto con ...

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Para los niños de Gotham tener un héroe en el que confiar era muy difícil, se sabía de sobra que sólo unos cuantos valientes se atrevían a venir, y los niños recién ingresados aseguraban que un hombre de cabello verde vestido de payaso, junto con dos señoras vestidas muy extraño golpearon a un linterna verde asta que ya no brillará.
Hace dos días, la cuidad había sido abandonada por completo, algunos perros rondaban entre las calles, rebuscando entre los botes de basura algo que comer.
Muchas veces escucharon risas maquiavélicas cuando algunos adolecentes estúpidos se animaban a volver para sacar cosas de las casas abandonadas, buscado cosas de valor que pudieran llevarse.

- shh.- no sabía si agradecer haber nacido en Gotham, ya que al ser uno de los niños que vivían en la calle desde muy pequeño sabía estar atento a los sonidos.- están aquí de nuevo.- el motor de un auto aún estaba encendido, escuchaba pasos acercarse, la comida se estaba acabando entre tantos niños hambrientos y salir no era una opción con ese loco suelto.

No escuchaba más que el motor de aquel automóvil y los murmullo asustados de los demás niños a sus espaldas, tenía los nervios de punta, si no fuera por aquel motor el creería que ya se habían ido.

- ¡correr todos a sus escondites!- quien diría que sólo dos días fueron suficientes para hacerlos armar un sistema de vigilancia, poner un montón de trampas muy sencillas en la entrada y usar cualquier lugar donde fueran capaces de entrar para esconderse, esperaba que fueran el único orfanato con esa terrible suerte.

Si bien se supone que eran beneficiados por el hombre de prestigiosas empresas, también sólo los encargados tenían una buena presentación, para cuando el hombre venía, les ponían camisones blancos muy limpios y zapatos cómodos, los dejaban pasear por los que se supone deberían ser las habitaciones que usaban  y los dejaban jugar con juguetes muy bonitos, no era tan frecuentado por las  personas para adoptar si no para abandonar a sus niños y bebés, estando en uno de los peores barrios.
Escucharon dos golpes en la puerta, lentos, inquietantes, los niños se ocultaron como lo aria un ratón, ruidoso pero no visible a simple vista, la puerta se abrió con un rechinido tan lento e inquietante, dejando ver una sombra alta y muy ancha.

- ¡aquí no está!- una pequeña niña salió de entre las sobras, extendiendo los brazos para que no avanzará mas.- aquí ningún niño tiene ese apellido extraño u si estuviera aquí no te dejare que te lo lleves.- en un ataque de valentía, otro niño se puso a su lado y tomó la mano de la pequeña con fuerza.

- no dejaremos que te lleves a ningún niño, sea el que busques o no.- la niña temblaba a pesar de parecer firme, no podrían contra el hombre loco de la espada.

- me agrada tu valentía, no existe duda de que este lugar forma a los niños del mañana.- la profunda voz los hizo temblar, más los niños siguieron de pie, con el corazón en la mano.

- deja de asustarlos Jason.- la joven de cabello corto abrió la puerta por completo y se acercó cuidadosa por las trampas a los dos niños valientes.- no venimos a hacerles daño, vamos a sacarlos de este lugar.- tomó la mano de la niña haciendo una fila india de niños, la bocina de otro auto sonó.

- Roy logró abrir la camioneta, ¡vámonos!- niños empezaron a salir del edificio, los más grandes cargaban a los pocos bebés que aún no podían caminar, y comenzaron a subir a la camioneta.- ¡no se separen!- los niños seguían saliendo, no podía creer que nadie se preocupara por ellos, incluso parecía haber más niños de los que debería.

- no van a caber todos.- Arsenal se puso a su lado, se conocían desde hace bastante, y se cubrían la espalda mutuamente.

- abre otra camioneta, está demasiado lejos para llevarlos caminando.- cuando vio que los niños ya no podían estar más incomodos frenó la fila.- ¿Cuántos más faltan?- le preguntó a él primero que vio, este parecía no saber así que miro al que estaba detrás de él.

- faltan los vigías, están empacando la comida, son 6 y nosotros.- menciono nervioso el niño, definitivamente había demasiados niños, no quería saber la razón de los niños abandonados, no era momento de estar molesto.

- ¡Cassandra!- subió al los dos primeros niños en el haciendo del copiloto, se le estaban acabando las opciones y el tiempo.- ¡lleva  a estos niños primero!- vio llegar a los supuestos vigías con cajas de agua y frutas, sólo en Gotham los niño dejan de ser inocentes e ingenuos.

- ¡vamos viejo!- otra vagoneta se estaciono frente aquel orfanato, el pelirrojo había abierto las puertas traseras para tirar todo lo que incomodara los niños y pudieran empezar a subir.

Una cámara se ajustó al ver movimiento, haciendo sonar un pitido en una habitación algo lejana, los ojos rosas del albino estaban curiosos ante aquel atrevimiento, sabía que a un quedaban algunos niños que la gente dejo como ofrenda para calmar su ira, pero ninguno era el que buscaba.

- estas viendo esto pequeña.- atado en la pared, una niña Albina estaba amordazada, mirando con odio aquellas pantallas.- ve y detenlos, no dejes que se lleven a tus amigos.- cuando se vio liberada, una navaja fue puesta en sus pequeñas manos, tenía la mirada del hombre sobre ella, ataque el sonido tan característico de las cámaras volvió a sonar.

Un chico paseaba por el parque sólo, bestia de manera extraña y miro directo a la cámara, dejando ver unos ojos verdes, ojos verdes que Dusan reconoció al instante.

- vete, mi juguete ya llego.- tomó su espada y camino tranquilo a la puerta, dejando a la niña con una sensación de que apretujaba su pecho, miro aquel cuchillo de cazador antes de salir se esa habitación llena de cadáveres y sangre, de aquellos que alguna ves llamo amigos.

- "va por los subterráneos."- Conner hacia bien su trabajo, perdido entre las nubes, Ricardo como era de esperarse fue el primero en sacar a los niños, Oliver se estaba encargando de llevarlos asta metrópolis, que era la cuidad más cercana para que recibieran atención adecuada en lo que sacaba a su tío de la jugada.

- querido sobrino.- el albino se molestó al verlo tan tranquilo, revisando esas Katanas que ya no merecía.- escapaste como un cobarde, y corriste a los brazos del enemigo.- más el menor no le hizo caso, de las sombras apareció Titus, gruñendo ante la hostilidad del hombre.- al principio estaba orgulloso, tener la confianza de Wayne para luego traicionar lo, pensé que estabas tomando tu legado en serio.- odiaba los perros, eran traicioneros, como cierto niño que escapó por miedo.- me equivoqué, eres igual a tu madre, siempre creyendo que pueden pasar sobre la autoridad que impone padre.- rápido como los Al Ghul eran tiro una red sobre aquel molesto perro, se encargaría del chico, se encargaría del molesto Wayne y tendría el reconocimiento que siempre debió tener como el primogénito de Ra's AL Ghul.- pero esta vez el no está aquí para darte la razón, estamos sólo tu y yo.- saco las dos dagas que traía en su cinturón, demostraría ser más digno con esas simples cuchillas que el que tiene la espada de su padre.

- saco las dos dagas que traía en su cinturón, demostraría ser más digno con esas simples cuchillas que el que tiene la espada de su padre

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