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Los juegos eran ciertamente divertidos, aunque muchos se sorprendieron de ver a otro chico con la familia, los dejaron disfrutar el momento, algunas fotos por aquí y por allá, todo siendo vigilando por el mayordomo

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Los juegos eran ciertamente divertidos, aunque muchos se sorprendieron de ver a otro chico con la familia, los dejaron disfrutar el momento, algunas fotos por aquí y por allá, todo siendo vigilando por el mayordomo.

- mira hay Damián, apuesto a que puedo tener el peluche más grande.- ambos menores pagaron y comenzaron a disparar, ganando un zorro y un tigre del mismo tamaño de un niño de 5 años.

- niños.- Tapia mostró un conejo de tamaño del menor, con un bonito lazo azul en el cuello.

- el mío no es tan impresionante.- Drake mostró su pequeña ardilla, a diferencia de ellos el fue por un juego de canicas, Conner llegó a su lado con un oso unos centímetros más grande que el de Tapia.

- chicos, ¿ustedes también jugaron?- ambos adultos venían con peluches grandes, el de Alfred siendo el más grande.- quien diría que nuestro amable mayordomo tenía la fuerza de un elefante, me gano en el juego del mazo.- una niña pequeña veía su perro negro con admiración por lo que se agachó enfrente de ella.- Hola pequeña.- la niña se escondió detrás de su madre quien no se interesó en la niña asta ver a los chicos detrás de ella.

- me gusta tu peluche.- el hombre se lo entregó, pero al ver la mirada que le daba la mujer se acercó al oído de la pequeña.

- que no lo toque, tu deber es cuidarlo de todos los demás.- una ves con un asentimiento de la menor se alejó con toda su familia.

Para su infortunio, sin considerar a la familia subieron las fotos dando la ubicación, por lo que paparazis y periodistas comenzaron a llegar, arruinado la tarde.

- Amo Bruno.- la familia bajaba de la atracción de las tasas giratorias entre risas, empezó a entregar gorras y lentes de sol oscuros.- es hora de irnos.- un quejido salió a corro de sus pequeños, pero igual se colocaron las cosas, dejando desorientados a los periodistas.

- ¿Por qué nos escondemos?- susurro el terrestre mitad alíen, viendo como salían del parque, subiendo al costoso auto parlante, se asustó como el demonio cuando lo escucho, agradecía a el extraño collar que le dieron, por poco arruinó el auto.

- digamos que ellos quieren saber mucho de B, lo acosan y nos siguen a todos lados, por eso venimos a metrópolis pero nos encontraron.- el mayordomo condujo asta llegar al hotel donde se sorprendieron al ver al héroe de rojo en su puerta.

- oh joven Flash, olvidé por completo que vendría, me disculpo.- puso la mano en la espalda del chico, invitándolo a pasar, los perros no se movieron de la puerta al verlo entrar primero.- Ace, Titus déjelo pasar es nuestro invitado.- con un bufido del perro más grande y el perrito lamiendo sus guantes rojos se sentó en el sillón, donde Alfred dejo un plato de galletas con una tetera y su chequera.

- por favor, siéntase como en casa.- el azabache sirvió las tazas de té, mientras miraba fijamente a sus críos.

- muchachos, después de un día de juegos deben tomar un baño.- el de traje rojo se mostró confundido, asta que el mayordomo llegó con un montón de peluches.

La Mafia Wayne Donde viven las historias. Descúbrelo ahora