Un alma regresa de la muerte en busca del amor que perdió.... Es el caso de Gianni Bellucci.
Dicen que es la reencarnación de un hombre que fallecio más de 40 años atrás. Todo parece ser un presagio de lo que se avecina, y la historia se afianza cu...
Localizar a Tania era una tarea imposible, decidí ir hasta su apartamento. Toque en incontables ocasiones hasta que su compañera de cuarto me abrió un tanto molesta.
- Se fue a visitar a sus padres, regresa la próxima semana.
- ¿Podrías darle esta nota en cuanto la veas? Es importante.
- Si no queda de otra – tomó la hoja y cerró la puerta.
- ¡Que amable! – No entendía cómo era amiga de mi amiga. Tania era una persona simpática, en cambio su compañera era todo lo contrario.
Tenía que darme prisa, el estilista llevaría a casa el vestido que usaría para la cena de beneficencia. Lorena Hayes había llamado muy temprano para confirmar nuestra asistencia. Este era el primer evento al que asistiría con mi novio.
(...)
- ¿Estás listo abuelo? - resopló molesto.
- ¡No me gustan estas cenas niña! Hay reporteros, cámaras y yo no nací para eso. Con mi donativo debería ser suficiente. Iré porque la Sra. Hayes lo organiza, pero no pasaré a fotografiarme – mencionó frustrado.
- ¡Date prisa! Ya vamos tarde.
- ¿Frank no vendrá por ti?
- Lo veré allá, no pudo venir – negó visiblemente decepcionado.
Subimos al auto y nos dirigimos al hotel donde sería la recepción. Había demasiados medios en la entrada, mi abuelo se separó esquivando las cámaras, en cambio yo tuve que posar a petición de los reporteros.
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Una lluvia de preguntas me sacó de balance, me cuestionaban sobre mi noviazgo con Frank. La prensa tenía información que yo no había dado. Sin embargo, no pude esquivar el interrogatorio, sobre todo porque alguien mencionó que dichos datos los habían obtenido de la señora Hayes. Traté de actuar lo más natural posible, respondí lo necesario sin entrar en detalles.
Gianni Bellucci...
Tenía reservada la terraza del segundo piso, justo arriba donde sería la cena de beneficencia. Me habían asegurado que Anhya asistiría, por lo que esta noche sería nuestro primer acercamiento. El balcón había quedado tal como lo pedí, a media luz, lleno de flores colgantes y con música suave.
Me pare en la entrada, la cantidad de invitados y periodistas estaba al tope, sin duda le habían puesto mucho trabajo a la gala. El movimiento de reporteros me alerto, era la primera vez que veía con mis propios ojos la popularidad que tenía mi chica. No la dejaban avanzar, los flashes eran constantes y le gritaban cosas que no alcanzaba a escuchar. Terminó por acercarse a ellos para ser entrevistada.
Entre al salón antes que Richard Montalbán, no quería que me viera antes de lo previsto. Rato más tarde entró ella, pero no pudo avanzar, una oleada de personas rogó por fotos y aunque el personal del hotel quiso impedir que la abordaran, accedió con una sonrisa.
