C.2 ELLA ME PERTENECE

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Los líderes de las familias se reunieron, Alessandro me obligó a estar presente, había nuevos negocios que discutir, demasiado bla bla bla que me estaba dando sueño. En algún momento dejé de poner atención, me sumí en mis pensamientos analizando la mejor estrategia para llegar a Anhya.

¿Fabrizio? – Levanté la mirada – ¿Qué dices?

No había escuchado ni media palabra. La mirada de mi hermano me estaba punzando, como si esperara que dijera algo.

- ¿Quieres casarte con Jimena? – soltó el señor Marco.

Mi vista fue a Rinaldi, por mucho que lo respetara no me gustaba su hija. No sabía quién rayos había tenido la estúpida idea de plantear tremenda idiotez. Respiré profundo, tomé mi arma y me levanté.

- ¡Buenas noches!

Ilusamente creí que entenderían mi postura, la realidad es que cada quien creyó lo que se le dio la gana. Los rumores de una posible boda empezaron a resonar por toda Italia.

Estaban completamente locos, el destino había puesto frente a mí, a la mujer que aparecía en mis sueños, la hermosa joven de la que estaba perdidamente enamorado.

Busqué el momento adecuado, cuando mi madre no estuviera en casa. Para nadie era un secreto que estaba aferrada a enlazarme con Jimena y los rumores le daban el motivo perfecto para lanzarme a ella. No le daría oportunidad a unirme a esa mujer, ni tampoco se convertiría en un obstáculo.

- Fiorella y la abuela se han ido – informó mi sobrina. Lía era la primera nieta de la siguiente generación, la joya de la familia. La que un día tomaría la silla para llevar a la mafia de Italia a otro nivel. Con 14 años era bastante maliciosa y con una garra que ya quisieran muchos. – Apresúrate, los entretendré antes que se dispersen. Muero por saber que nos vas a decir.

Reunió a mi familia en la sala de negocios. Cuando me vieron entrar, sabían que era importante.

- Iré al grano. Encontré a la mujer de mi vida.

- ¡Felicidades! – dijo papá con evidente gusto. - ¿Cuándo la traes?

- No es italiana, vive en Estados Unidos. - Adquirió un tono pálido, como esperando algo que no quería escuchar. Mis hermanos se miraron entre sí, las reglas dictaban que solo podía contraer matrimonio con una mujer de nuestro mismo circulo o en su caso, meterla a él siendo consciente del riesgo que representaba estar conmigo. – Su nombre es Anhya y es nieta de Richard Montalbán Siller, líder de la mafia americana.

Hubo un gran silencio, esperaba eso, más no quería que fuera así, necesitaba su apoyo. Pasaron alrededor de dos minutos hasta que Lía deslizó la silla hacía atrás, se levantó, abrazó a mi padre y él soltó el llanto. Ahí entendí su preocupación, pero no estaba dispuesto a dar marcha atrás.

Vladimir deslizó varias fotografías al igual que copias de la investigación.

- ¡Por Dios! – exclamó papá al verla. – Pero si es Regina.

Hubo resoplidos, caras de sorpresa y angustia.

- Sabes que no será fácil – mencionó Alessandro.

- Lo sé.

- En cuanto te pares frente a ese hombre, sacara por deducción quien eres, tu parecido con mi tío te va a delatar – aseguró Luciano.

- Lo confundiré el tiempo necesario.

- Y cuando esté seguro de tu identidad querrá matarte – aseveró papá.

- No podrá.

- Explícate – exigió Alessandro.

BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora