Gianni Bellucci...
Mi mente no daba crédito a lo que había visto, escuchado y descubierto. En menos de una hora la situación de Anhya había cambiado. Su actitud distante, fría e incluso despreocupada me tenía desconcertado. Había presenciado a un Hayes sumamente derrotado, al borde del colapso, más él tenía la culpa. Richard asumió que esperaba este desenlace y esa chica, ¿Qué historia había con ella?
Tardé en reflexionar y salir en busca de mi ángel. Pregunté en recepción si la habían visto pasar, uno de los guardias mencionó que había salido por el estacionamiento para evitar a la prensa, que un taxi la recogió en la calle trasera. Lo que antes era una simple llovizna se convirtió en tormenta, literal en el clima como en la vida.
No sabía qué hacer, ¿Dónde buscarla? La llamé en incontables ocasiones, pero su teléfono sonaba ocupado. Insistí hasta que finalmente lo apagó. Recibí una llamada de un número desconocido, tenía la esperanza que fuera ella.
- Bellucci, ¿Cómo está Anhya? - ¿Qué podía decir? Ni siquiera sabía dónde estaba.
- La estoy buscando Richard – expresé preocupado.
- Encuéntrala. No quiero que este sola - se escuchaba afligido. - Va a necesitar ayuda hijo, intentará desaparecer. - Esas palabras me alarmaron.
- La encontraré, te aviso cuando la localicé – Llamé a Vladimir. - Busca a Tania, la quiero en la salida trasera con sus cosas y las de Anhya.
Me tomó cuarenta minutos llegar al lugar, ambos esperaban en el callejón trasero.
- Sube Tania, necesito tu ayuda.
- ¿Qué pasó? ¿Tan mal les fue? - preguntó Vladimir.
- Luego te cuento, ahora necesito encontrar a Anhya – aceleré antes que alguien quisiera detenerme con cualquier excusa.
La chica me observaba esperando que dijera lo que fuera.
- Anhya dejó a Hayes - se llevó la mano a la boca sorprendida. - Hay que encontrarla, piensa ¿Dónde puede estar?
- Sólo existen dos lugares a los que iría, el acantilado y, ... no lo creo... la antigua casa de sus padres.
Escuchar decir el acantilado me heló la sangre. No la creía tan débil para cometer una locura, pero debía descartar esa posibilidad. Llegamos y no había indicios de ella, aun así, bajamos en medio de la tormenta para cerciorarnos. Volvimos al auto y Tania se veía preocupada.
- Si está en esa casa, la herida debe ser profunda, será difícil traerla de vuelta.
- Tú lo sabías. Sabías que él la estaba engañando y no se lo dijiste.
- No quería lastimarla - empezó a sollozar. - No sabía cómo lo iba a tomar. Él ha sido desde siempre el compañero de su vida, el peso que tiene no se iguala con mi amistad, por eso se lo conté a André, él está a la altura de ese traidor. Lo busqué a usted porque creo firmemente que será un apoyo incondicional.
- Se enteró en las peores condiciones, esa joven se presentó en la empresa y todo fue una locura.
- ¡Qué desgraciados! Frank decía amarla y la puso contra la pared. Le dio a elegir entre su carrera y él, y el muy idiota la traicionó. Esa noche no fui la única que presencio su encuentro. Nadie se atrevió a decírselo porque era la misma mujer que tres años atrás le hacía daño, Melissa Ontiveros.
Paramos al frente de una amplia propiedad, pensé que sería un lugar en ruinas, pero no, estaba muy bien conservado, limpio y con jardines bien cuidados.
- Nunca he entrado, pero sé que hay una llave de emergencia. - Nos dirigimos al jardín, buscamos entre las luces solares la copia para abrir. Finalmente dimos con ella.
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BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)
RomanceUn alma regresa de la muerte en busca del amor que perdió.... Es el caso de Gianni Bellucci. Dicen que es la reencarnación de un hombre que fallecio más de 40 años atrás. Todo parece ser un presagio de lo que se avecina, y la historia se afianza cu...