C.24 LO LAMENTO TANTO

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Anhya Montalbán...

Salir en público siempre representaba fotos o videos que tomaban sin darme cuenta, intentaba evitarlo tanto como podía, no siempre funcionaba y más cuando estaba con amigos. André y yo terminamos haciendo locuras, esta vez finalizamos la noche jugando basquetbol cerca de casa.

Llegué a hurtadillas pasadas las cinco de la mañana

- Anhya despierta ya son las siete

- Mmmm

- Levántate que se te hace tarde.

- Mmmm

- ¡Anhya despierta! - gritó fuerte.

- Voy, voy, ya voy, auch mi cabeza. – Moverme era una tortura, dolía mucho. Luego de una ducha y un par de analgésicos me vestí sintiendo que el mundo terminaba para mí.

- Mírate nada más. Si tu abuelo te ve así, seguro les jala las orejas a ti y a André.

- No hables tan fuerte Maggie.

- Toma esto, te hará sentir mejor.

- ¡Qué asco! Huele a alcantarilla. – Traté de retenerlo en el estómago porque no podía irme en este estado. - Nos vemos por la noche.

Ni siquiera pude manejar, el chofer de mi abuelo me llevó en un acto compasivo. Llegué a la sesión de fotos para los promocionales de la serie. Entré a maquillaje y mi asistente aún no llegaba. Tomaba tanta agua como me era posible. Había bostezado más de mil veces con la sensación de sentirme morir.

- ¡Buen día! – Vladimir sonrió al verme. - Se ve que la pasaste bastante bien ¿No?

- Ni que lo digas, apenas dormí un par de horas.

- Lo supuse. Ten toma esto, te hidratara – lo agradecí.

- ¡Por cierto! ¿Cómo se enteró Luca donde estaba?

- ¡Oye! Trabajo para él, ¿Qué esperabas?

Por la puerta entró Tania realmente mal. En cuanto la vi, reí agarrándome la cabeza.

- ¡Juro que no volveré a juntarme con ustedes! – dijo.

- Anoche no decías lo mismo.

Habían ocultado mis ojeras y resaltado mis ojos. Los actores estaban listos para la toma de fotos de los afiches que harían promoción en la ciudad. La presentación de la serie ante los medios de comunicación estaba cada vez más cerca. Rafael estaba pendiente de cada detalle.

En la mayoría de las fotos aparecíamos Diego y yo. Las poses eran sobre motos, con armas, con expresiones de odio, desafío y amor. Vino el instante donde nos pidieron estar lo más juntos posible y a punto de besarnos. Mi compañero ni siquiera me tocaba, simulaba hacerlo y sus ojos se desviaban por el lugar.

- Así no vamos a acabar – susurré muy cerca de su oído.

- Bellucci pega duro, no voy a arriesgarme, vivo de mi rostro – rodé los ojos.

Llegué al camerino, había un mensaje de un número desconocido.

¿Crees que siempre podrás salirte con la tuya? Aprenderás por las malas a no meterte conmigo. Haré que te arrepientas de haber cruzado mi camino.

Estaba segura que era Melissa, no consiguió su cometido y estaba enojada. Intenté eliminar el mensaje cuando la puerta del camerino se abrió entrando Luca. Con disimulo voltee la pantalla del teléfono rápidamente.

- ¿Pasa algo? – preguntó con una ceja arqueada.

- Nada. ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en la hacienda – dije.

BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora