C.35 PRUEBAS

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CAPITULO 35

PRUEBAS

Vladimir Novikov...

Gianni se consumía en su dolor, lo peor es que no se dejaba ayudar. Alessandro y Luciano tenían los ojos sobre él, trataban de saber que había pasado, porque había vuelto solo. Desgraciadamente se aisló de todos, incluyéndome. No había noche que no terminará ahogado en alcohol, lastimado por caer de la moto o llorando para sacar su pena.

Me resistía a creer que Anhya Montalbán lo hubiera traicionado de esa manera. Lo poco que conocí de ella, no empataba con el final de las cosas. A simple vista se notaba una buena chica y lucia enamorada de mi amigo.

Analizaba las palabras que Hayes había mencionado aquel día. Es una niña excelente, fiel a quien ama, leal a su gente y sobre todo confía en ella así parezca que todo la acusa.

- ¿Y si lo que Fabrizio vio no fue lo que realmente pasó?

Esa incertidumbre me rondaba desde que dejamos Los Ángeles. Abrí lentamente la puerta, seguía dormido con varias botellas sobre su cama.

Algo debía hacer. Lo único que se me ocurrió fue hablar con uno de los involucrados. ¿Qué podía perder?

- ¡Hola! ¿Con quién hablo?

- André Cortes, ¿Quién eres?

- Vladimir Novikov – esperaba que no me colgara el teléfono.

- ¿Qué puedo hacer por ti Vladimir?

- No creo lo que vi, no de ustedes.

- ¿Y por qué me lo dices?

- Porque todos sufren, en especial Gianni.

- No lo creo, fue claro al decir que estuvo jugando con ella.

- Tu y yo sabemos que no es así, habló su dolor. Quiero entender que paso.

- Juré no decirlo y no faltare a mi promesa, pero tienes razón ella nunca lo traicionó y yo nunca la toque.

- Con eso me conformo.

- Nunca te lo dije.

- Entiendo, ¿Cómo está ella?

- Recuperándose.

André Cortes era un hombre confiable, se notaba a distancia.

Anhya Montalbán...

La respuesta de la producción fue que hiciera el trabajo en mes y medio. Mi bebe aún no se notaba, mi pancita seguía tan plana como siempre, pero ya casi cumplía dos meses de embarazo. Lo único que debía cuidar es que nadie notara mi estado, porque al terminar el plazo tendría casi tres meses y medio.

(...)

Era la primera semana que grababa luego de salir del hospital. Mi rutina incansable, había dormido poco, pero ahí la llevaba, avanzando con las escenas y tratando de no equivocarme. Tony canceló los proyectos que tenía pendientes, lo único que restaba por sacar era la serie. Tenía la idea firme de irme del país, requería tranquilidad, por eso hablé con mi abuelo, quería que mi hijo naciera en la tierra de mi madre, era como rendirle homenaje a la mujer que me dio la vida.

Durante el día todo era un ir y venir, mis escoltas intentaban pasar desapercibidos mientras me tocaba trabajar. El asedio de los fans fue algo que tuvimos que replantear, trataba de ser cortes, pero un tanto alejada del ojo de los demás.

La soledad de la noche solo servía para derrumbarme. ¡Que idiota! Enamorada de un hombre que solo vino por cumplir un capricho. No me quedaba más que limpiar mis lágrimas, hacerme fuerte por el ser que vivía dentro de mí.

BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora