C.18 NO ME DEJES SOLA

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Richard Montalbán...

Tenía tanto miedo que se repitiera la historia. Aquella vez no supe cómo actuar, ella necesitaba ayuda y escapó. Terminó en el hospital y sometida a terapia para que pudiera avanzar.

Quería estar equivocado respecto a Frank, pero su traición era la prueba que no amaba a mi nieta, su obsesión por ella era enfermiza. Anhya necesitaba un amor intenso, seguro y entregado, alguien como Gianluca Bellucci, pero necesitaba estar seguro si era descendiente de Fabrizio, solo así me sentiría tranquilo y podría morir en paz.

La angustia me orillo a llamar a Tony.

- ¿Averiguaste lo que te pedí?

- Si

- ¿Y?

- Alessandro Bellucci tiene tres hijos varones, el primero lleva el mismo nombre que él, casado, dos hijas, está en Nápoles por asuntos del negocio. El siguiente es Luciano, casado, dos hijos, lleva semanas en Madrid, se desconoce el motivo. Y el último es Fabrizio, soltero comprometido, está en Estambul en negociaciones con los turcos, pero llamó mi atención que corre motos en carreras clandestinas. Desgraciadamente no hay fotos con que comparar.

- ¿Es o no?

- No lo sé Richard.

- ¿Y ese compromiso?

- Creo que es un acuerdo entre familias, algo que puede romper si quiere.

- Necesito la certeza que Fabrizio es Gianluca.

- ¿Dejarás a tu nieta con un Bellucci?

- Si es él, sí. Conoces su maldición, "cuando un Bellucci se enamora, lo hace para siempre"

- Estás confiando demasiado, no sabes como es.

- He visto suficiente, pero necesito estar seguro de su identidad.

- Investigaré más a fondo.

A diferencia de Frank, Gianluca era centrado, mayor para ella, pero me daba la certeza que no estaba aquí por un juego. Conocía a la perfección sus códigos, su legado y como defendían a la familia. Su maldición me aseguraba que Anhya estaría segura, protegida, que nadie podría llegar a ella, porque un Bellucci, era siempre Bellucci.

Atrás dejaría la historia de Regina, ahora más que nunca necesitaba que ese amor se concretara.

Gianni Bellucci...

Caía la noche, dijo que quería ver una película y la eligió. Recostó la cabeza en mi hombro, la sentí relajarse y pasé el brazo por su espalda para tenerla cerca. Se sentía correcto que estuviera así.

Después de algunos minutos se levantó y desapareció un rato. Vino con un par de almohadas y una manta. Quitamos los cojines del sofá y preparamos una cama improvisada.

- Si duermo, quiero estar cómoda. Puedes hacerme compañía o utilizar cualquier recamara de la casa, solo no te vayas, por favor.

Me acerque a ella, sus ojos seguían vacíos, tome su rostro y bese su frente, escuché un leve suspiro.

- No me iré, me quedaré contigo. - Me acosté en el sofá y ella también, tomé su mano, acto seguido haló mi brazo quedando envuelta.

No me di cuenta a qué hora me quedé dormido. Despertamos por el timbre de la casa, Anhya se levantó rápidamente mientras se agarraba la cabeza, seguramente tenía resaca.

- No salgas, no quiero ver a nadie.

Me asomé discretamente por la ventana.

- Es Vladimir. Anoche le pedí que trajera ropa, comida y mi coche. Hablaré con él en el jardín.

BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora