C.42 LA ROSA DE LOS VIENTOS

27 1 0
                                    

CAPITULO EXTRA

Gianni Bellucci...

Viajé a Italia en cuanto recibí el mensaje de Luciano. Dejé a mi esposa y a mis hijos por ir en busca de mi sobrina. Llevaba días desaparecida y nadie sabía dónde estaba. La primera versión, un posible secuestro, luego se descartó cuando Piero mostró su teléfono, un mensaje cifrado "estoy bien".

Algo estaba pasando con ella, irse no era su estilo. Tuve la impresión que su gente cercana tenía pleno conocimiento de su paradero, contaba con empleados leales que así los torturaran no iban a hablar, pero estar sola, sin la menor seguridad representaba peligro para su vida.

- Sé que sabes a dónde fue Benjamín. – Observaba cualquier pestañeo que lo hiciera delatar, desgraciadamente era de los mejores, y el más antiguo de sus escoltas.

- Juro que no, ese día esperaba el cargamento que viene de Nápoles.

Alessandro estaba de mal humor, y poco le faltaba para agarrar a golpes a cualquiera, la preocupación por no saber de ella lo superaba.

- Dile a Mateo que venga. – Tendría que interrogar a cada uno de su equipo fiel. Inmediatamente el nerd entró con laptop en mano. - ¿La rastreaste?

- Desde el día uno. Su celular no ha sido encendido, he hackeado los teléfonos de aquellos que frecuenta, a nadie ha contactado.

- Sigue intentando. – Se acomodó los lentes, dio un vistazo a Alessandro y luego a mí, volvió la vista a la laptop y salió sin decir más.

- Enseguida vuelvo – le informé a Alessandro. Fui tras el y lo alcancé cerca de la cocina. - ¿Qué sabes? – Observó a los lados.

- La noche que desapareció estuvo en el club al que siempre va.

- ¿Y?

- El motivo de su desaparición es Dereck Müller.

Me mostró el momento que Mika y Lía entraban con un escolta. Dereck Müller no estaba solo, tenía una mujer sobre él, casi desnuda y devorándola. Me tallé el mentón sumamente molesto.

- ¡Que desgraciado! ¿Dónde está el guardaespaldas que las acompañó esa noche?

- Pidió unos días y aun no se reporta.

- Rastréalo.

Su palidez me alertó, detrás de mi estaba Vladimir.

- ¡Primera advertencia Mateo! – lo amenazó en mis narices. – Regla de oro, lealtad. – El chico agachó la cabeza, estaba en problemas, el equipo de Lía no se lo dejaría pasar. Dio la vuelta y se perdió. - Está en la casa de Navigli. Santiago e Iván están vigilando los alrededores, nadie se va a acercar. Hablemos lejos de aquí.

Fuimos al muelle, sin oídos curiosos que pudieran captar nuestra conversación.

- ¿Por qué la están cubriendo? Si mi hermano se entera, sus cabezas adornaran el fondo del lago.

- Si Alessandro sabe lo que ocurrió, Dereck Müller pagará las consecuencias y eso no es bueno.

- Merecido lo tiene – musité. – Tanto que luchó por que mi hermano lo aceptara y mira con lo que salió. Tres años de noviazgo tirados al caño por una aventura. Lía no lo va a perdonar.

- Dereck no es cualquier persona, estamos hablando del futuro líder alemán. Además, la ama.

- ¿Y por eso estaba a punto de follarse a esa mujer?

- No la conocía, y tampoco se explica cómo su seguridad la dejó pasar. Sus escoltas se excusan diciendo que esa chica era idéntica a Lía. El idiota estaba borracho, la oscuridad y el parecido lo confundió.

BELLUCCI, REENCARNACIÓN ITALIANA (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora