» 𝐼 𝑓𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢

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~ 𝚂𝚎 𝚛𝚎𝚌𝚘𝚖𝚒𝚎𝚗𝚍𝚊 𝚛𝚎𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚒𝚛 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚊𝚖𝚋𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚛 𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 <𝟹 ~

Al abrir la puerta elevó las cejas, sus orbes celestes se abrieron como platos y jadeó sorprendido.

En la entrada había una enorme casita de color hueso con el techo color azul cobalto, tenía muchas ventanas y toda la fachada estaba repleta de enredaderas con florecillas rosadas, celestes y violetas; era muy hermosa.

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~ 𝙲𝚊́𝚙𝚜𝚞𝚕𝚊 𝚍𝚎 𝚝𝚒𝚗𝚢 𝙷𝚘𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘 ~

(Imaginemos que tiene enredaderas con florecitas de colores por toda la fachada)

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Ahogó un pequeño gritito y esbozó una radiante sonrisa de oreja a oreja cubriéndola con ambas manos y saltando de emoción en su sitio aún sin poder creer lo que veía.

¡Estaba ahí! Por fin su tiny había llegado, ya no estaría solo nunca más.

Tomó la cápsula con sumo cuidado tambaleándose de un lado a otro por lo grande y pesada que era y se dirijo devuelta al salón en donde lo esperaba su familia.

Absolutamente todos mantenían la vista fija en la colorida cápsula que Viktor sostenía. Sin siquiera haber visto al tiny ya tenían una primera impresión, se trataba de alguien con personalidad alegre.

Con delicadeza la colocó sobre la mesa de café en medio de la sala y tomó asiento en el piso ansioso por conocer a la personita de la que cuidaría el resto de su vida.

A la espera de su aparición y presa de la curiosidad comenzó a pasear los dedos por la bonita fachada de la casita, pero cuando escuchó ruido en el interior su corazón se detuvo y alejó la mano de inmediato.

— ¿Привет? — susurró bajito inclinándose hacia el frente sin apartar la vista.

Cuando la pequeña puerta se abrió dejando ver a un bronceado chico de singulares ojos bicolor y cresta extravagante vistiendo un atuendo repleto de color todos en la sala se quedaron boquiabiertos.

— ¡Hola hola! — gritó con un entusiasmo contagioso robándole una sonrisa a casi todos los presentes.

Apenas había dado un par de pasos fuera de su cápsula cuando se quedó estático en su sitio sintiendo su corazoncito latir acelerado.

La imagen del niño que tenía frente a él lo había dejado anonadado.

Su piel pálida parecía de porcelana y el ligero tono rosita que cubría sus mejillas le daba un toque adorable, su cabello rubio platinado estaba revuelto e incluso algunos mechones caían rebeldes sobre su frente y sus ojos... con apenas mirarlos se había perdido en ellos.

En ese instante todas las personas a su alrededor desaparecieron e hipnotizado por los brillantes orbes celestes que le miraban con ilusión soltó todo el aire que sus diminutos pulmones contenían.

— Oh mon dieu... je veux déjà que tu sois mon petit ami — musitó sin dejar de mirarle caminando lentamente hacia él.

// Oh dios mío... ya quiero que seas mi novio //

Viktor ni siquiera había reparado en el idioma que su tiny había utilizado pues yacía perdido en sus bonitos rasgos delineando una y otra vez sus ojitos que no estaba seguro si eran de diferente color o era sólo su percepción, el color rosado que teñía sus mejillas canela le parecía de lo más tierno, su extraña forma de peinar su llamativo cabello rojizo despertaba en él una sensación que no podía describir y su atuendo... se veía incapaz de apartar la mirada o siquiera parpadear.

Llevaba unos jeans rojos como su cabello con las rodillas rasgadas, botas militares negras con un diminuto arcoíris bordado en los tobillos, remera blanca que, al igual que las botas, tenía un arcoíris bordado en el pequeño bolsillo delantero, una chaqueta de mezclilla amarilla con un par de mariposas azules en la solapa y tenía las uñas pintadas de negro con algunos anillos adornando sus deditos.

Al detallarlo una y otra vez no tenía palabras para describirlo y la única que le venía a la mente se quedaba corta; perfección.

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