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𝚁𝚎𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚒𝚛 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚎 𝚒𝚗𝚍𝚒𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚊́𝚜 𝚊𝚋𝚊𝚓𝚒𝚝𝚘
»»————- ♡ ————-««Dos almas gemelas en medio de una cita cuyo significado e intenciones yacían implícitas en el hilo invisible que los unía y en las sonrisas perdidas que se dedicaban el uno al otro.
El resto de la historia se contaba por sí misma.
Después de desperezarse y colocarse de vuelta sus zapatillas deportivas ambos abandonaron el nido de edredones y corazones que los resguardaba para abordar los asientos del frente.
Por supuesto no regresaron de inmediato, antes aparcaron el coche frente a un hogareño restaurante que se encontraba a las afueras del norte en el que la salida del sol y sus primeros destellos iluminaban cada mesa de cedro situada en una pequeña terraza trasera.
Una vez con el estómago repleto de café recién hecho, huevos fritos con cruijiente tocino e infinitos waffles caseros retomaron el rumbo a casa de Horacio para que el comisario recogiera su auto.
Esta vez iban a contrarreloj ya que el ruso estaba tarde para iniciar su turno y dar las asignaciones correspondientes su malla.
Por primera ocasión desde que asumió el cargo de policía Viktor Volkov estaba a punto de llegar tarde al trabajo.
Fascinantes en verdad eran los estragos que una simple sonrisa de labios cerrados podían ocasionar en su monótona rutina carente de calidez y color alguno.
Horacio, por otra parte, tenía al menos diez llamadas perdidas de su hermano y varios mensajes también, aunque ninguno era para reprocharle su ausencia en casa la noche de ayer.
Tal vez más tarde en el trabajo hablaría con él sobre Volkov pues, perezoso de madrugar, el día anterior se aseguró de cambiar su turno para esa misma tarde.
Dicen que las despedidas suelen dejar rescoldos de amarga tristeza en el corazón, pero en su caso no era así, pese a separarse ambos aún se sonreían el uno al otro.
—Entonces... ¿vas a arrestarme por atacarte antes, comisario? —Horacio pisó el freno y aparcó frente a su hogar. Su largo viaje de una noche había llegado a su fin. —Por que mi defensa puedo alegar que tú comenzaste.
Viktor negó lo dicho, riendo también ante su hilarante discurso y abrió la puerta, más no abandonó su sitio.
—No, pero si que te comerás una multa —respondió y sólo entonces le dio la espalda para plantar los pies de vuelta sobre el asfalto.
Su conversación retomó el ritmo cuando se encontraron de frente, listos para esbozar un efímero adiós que tan solo les dejaba con ansias de más.
—¿Has dormido bien? A veces doy muchas vueltas.
—Creo... que es la primera vez en años que logro conciliar el sueño —admitió el comisario —No sabía que dormir al aire libre podría ser tan... satisfactorio.
Inconforme por haberle restado mérito Hache se propuso molestarle tan sólo un poco.
—Pues ya te digo yo que tus ronquidos no me han dejado dormir —refunfuñó, cruzándose de brazos en una actuación perfecta.
—No me lo creo —bufó Volkov —Babear es señal de sueño profundo.
Entonces Viktor señaló el cuello redondo del sweater lila que el federal traía puesto y, una vez que este descendió la vista para buscar la mancha inexistente, subió rápidamente su dedo índice para darle ligero respingo sobre la nariz.
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» 𝐼 𝑓𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢
Romance[Volkacio AU] El destino es caprichoso y desafortunados son sus favoritos. En un mundo en el que las almas gemelas existen, encontrar la propia lo es todo, pero ¿qué sucederá cuando un extremo del hilo rojo prefiere olvidar y el otro ha prometido ja...