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«𝚁𝚎𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚒𝚛 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚎 𝚒𝚗𝚍𝚒𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚊́𝚜 𝚊𝚋𝚊𝚓𝚒𝚝𝚘»
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Un alma rota puede tardar algo de tiempo en reencontrarse a sí misma y sanar sus heridas.

Naturalmente, el amor y la contención de aquellos que nos rodean puede resultar un factor clave para la difícil tarea que conlleva construir una mejor versión de lo que alguna vez fuimos.

Justo por eso, la familia Conway poco tardó en correr al encuentro de su miembro más joven. Si bien le concedieron su petición de viajar en soledad para que asumiera su profunda pena y pesar, al siguiente día de su partida tomaron un tren hacia el mismo destino y concluyeron aquel viaje, juntos en Toulouse. 

Lamentablemente, Horacio no podía permanecer en ese lugar por siempre.

Agobiado por la nueva realidad en la que vivía, e incapaz de posponer su vida por mucho más tiempo, se vio obligado a volver a su hogar en América un mes después de permanecer refugiado en su antigua casa.

Después de un largo viaje, entró a su habitación arrastrando su equipaje con pesadez y ánimo decaído.

Su actitud era completamente normal a ojos del mundo, pero no por eso resultaba menos triste verlo, a fin de cuentas había perdido algo de su brillo natural desde que abandonó Rusia en primer lugar.

Ambos tinys saltaron impetuosos de la valija hacia la cama y mientras el pequeño ruso le daba todo un recorrido de su nuevo hogar al adorable tiny de cresta azul, la versión más grande de este se encaminó hacia el baño al fondo de su habitación.

Después de humedecer su rostro con agua fría, se miró al espejo. Las marcadas manchas negras bajo sus ojos y su nariz enrojecida le daban un aspecto sumamente deprimente para alguien de su edad.

Definitivamente no le agradaba lo que veía.

—Que eres Horacio Pérez, ¡joder! — golpeó los costados del lavamanos con ambas palmas e inevitablemente su mirada se cristalizó por milésima vez en el día.

Una lágrima rebelde descendió por su mejilla, pero la apartó bruscamente tan pronto como reparó en ella y enderezó su postura ligeramente encorvada.

Su orgullo le impedía continuar con aquella tormenta tropical infinita, había psado ya un mes después de todo, así que no se permitió sentir más. Si algo iba a morir entre ese mar salvaje que se acumulaba en su interior, ¿qué mejor que sus ilusiones rotas?

—No necesitas a nadie a tu lado para ser feliz— asevera para sí entre sollozos.

Horacio no estaba dispuesto a permitirse caer en el mismo vacío una y otra vez. A su parecer, no valía la pena llorar por alguien que le dio la espalda en primer lugar. Era estúpido e irracional... y dolía como el infierno.

No. Era momento de comenzar de nuevo y salir adelante solo, así que, despues de tomar todo el aire que podía contener en sus pulmones, tomó una decisión. Reinventarse.

A paso veloz, tomó la primer chaqueta que encontró en su camino, así como dinero y las llaves de casa. Estaba a punto de abandonar su habitación cuando una dulce vocecita lo detuvo en su sitio.

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¡𝚁𝚎𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚎 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚊𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚢 𝚛𝚎𝚙𝚒𝚝𝚎 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚎𝚕 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚍𝚎𝚕 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘! <𝟹
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» 𝐼 𝑓𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora