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«𝚁𝚎𝚙𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚒𝚛 𝚌𝚊𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚎 𝚒𝚗𝚍𝚒𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚊́𝚜 𝚊𝚋𝚊𝚓𝚒𝚝𝚘»

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Apenas habían llegado a casa tiny Horacio fue apresado por Alexandra quien ahora lo sostenía entre sus manos con delicadeza dispuesta a llevarlo con ella y Nick a su habitación.

— Creo que te equivocaste de tiny — le molestó Viktor reprimiendo la risa — ese pequeño pelirrojo es mío.

Horacio le miraba totalmente desconcertado dejando salir un tierno puchero con intención de persuadirla para que le dejara ir; consciente de que no hacía efecto se dispuso a discutir su libertad, pero la chica habló primero.

— ¿No quieres ver cómo quedó nuestro pequeño secreto? — susurró con intención de que sólo el tiny pudiera escucharla.

El puchero del pelirrojo de inmediato se transformó en una enorme sonrisa y sin poder evitarlo dejó escapar un chillido de emoción como única respuesta; la elección estaba tomada.

— ¿Secreto? — cuestionó confuso tiny Nikolai cruzándose de brazos apenas les había escuchado — ¿Qué secreto?

Tanto la rubia como el pelirrojo se miraron al unísono antes de soltar una escandalosa risa cómplice confundiendo aún más no solo al pequeño que descansaba sobre el hombro de Alexandra sino también a Viktor.

— Ve ve ahora te alcanzo — susurró el tiny antes de dedicarle toda su atención a la chica — quiero ir con ellos un ratito.

Apenas Viktor desapareció al girar por el enorme corredor de la casa, Alex corrió en dirección a su habitación para entregarle al pequeño pelirrojo el detalle que habían acordado la noche anterior.

Cuchicheaban entre ellos excluyendo por completo a Nikolai quien comenzaba a desesperarse por ser el único en la habitación que al parecer estaba perdiéndose de algo importante.

— ¿Alguno me explica? — suplicó sintiéndose desfallecer por tanta curiosidad — ¡yo también quiero saber el secreto! — exclamó indignado.

Ambos rieron por la tierna rabieta del tiny siendo Alexandra quien comenzó a explicarle todo logrando que ahora él sonriera cómplice también.

Después de charlar animadamente sobre "el secreto" ahora no tan secreto y contarles acerca de su aventura escolar de esa tarde Horacio se dispuso a volver a donde Viktor para llevar a cabo su cometido.

— ¡Gracias, Alexandra! — exclamó sonriente agitando su manita en señal de despedida mientras con la otra sostenía una curiosa bolsita de tela color azul marino — ¡te debo una!

— Ya te he dicho que puedes llamarme Alex —  río divertida, en definitiva le agradaba ese chico para su hermano — y no me debes nada; ve a mostrárselo, ¡anda! — le animó.

Sin poder contener su emoción por mucho más tiempo corrió hacia la habitación de Viktor encontrándolo sentado en el alféizar de la ventana con la mirada perdida en los colores pastel que ofrecía el atardecer.

A paso lento se acercó a él arrastrando la pequeña bolsita a sus espaldas más al reparar en su facción dejó su pequeña sorpresa de lado para centrarse por completo en él.

— ¿Estás triste? — cuestionó bajito una vez estuvo a su lado.

[•••]

Tiró su mochila junto al escritorio antes de dejarse caer una vez más en el asiento bajo la ventana de su habitación admirando la magnificencia del cielo que recién comenzaba a cambiar de color.

» 𝐼 𝑓𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora