"Te lo prometo, Andrómeda. Volveré por ti y volverás a ser mi pequeña"
Esa era la frase que tanto se repetía en mi cabeza, aunque no recordara a mi madre pronunciándola.
Quería volver a los cinco años, cuando tuve aquel sueño en el que aparecía un Percy de ocho años sonriente y despreocupado. Aquel sueño me dio fuerzas para aguantarlo todo durante algunos años.
Quería acurrucarme en posición fetal y dejar que los hilos del destino tiraran de mí.
Pero no lo hice.
-Mi verdadera madre ya ha vuelto junto a mí. Tú solo eres un mania, un espíritu de la locura.
Ante mí apareció el fantasma de mi madre con un brillo deseoso y desesperado.
-N... no. Ella te... abandonó. Yo soy...
-Menos valiosa que la verdadera Sally Jackson. Ahora, lárgate.
El mania pegó un grito y se desvaneció.
-Primero Thalia y Annabeth. Después los demás con su ayuda - decidí.
Volví más atrás y vi el mayor miedo de Annabeth: las arañas. Y por extensión, Aracne, reina arácnida en la Antigüedad.
Mi amiga estaba temblando ante la soberana, que se reía ante su debilidad.
-¡Annabeth, tienes que ser fuerte!
Aracne no parecía haberse dado cuenta de mi presencia, o si se había percatado lo disimulaba perfectamente.
-N... no puedo. Atenea y las arañas...
-Son como el perro y el gato, ya lo sé - recordaba perfectamente cuando me contó la historia de la insensata tejedora Aracne - Pero ya la venciste una vez y puedes volver a hacerlo. ¿Sabes por qué? ¡Porque eres más fuerte, más rápida y, sobre todo, más inteligente que esa aberración del Inframundo!
Los ojos de Annabeth brillaron de esperanza. Titubeante, sacó su daga.
-¡Ánimo, Annabeth! ¡Hazlo por Percy!
Aquello pareció darle fuerzas. Alzó el arma y la hundió hasta la empuñadura en el abdomen de la criatura.
-¿Estás bien?
Aún temblaba, pero menos que antes.
-Sí. ¿Y los demás?
-Me temo que todos hemos caído en la trampa de nuestros mayores miedos.
-¿Thalia aún está en las alturas?
-¿Si Thalia está... qué?
-Su mayor miedo - explicó Annabeth - son las alturas.
-¿Una hija de Zeus con miedo a las alturas?
Tenía ganas de reírme, pero no lo hice.
Thalia estaba en equilibrio sobre el borde de un precipicio con el viento alborotándole la media melena negra. Estaba muy pálida y tenía los ojos cerrados.
-¡Thalia, salta!
-¡Ni hablar! ¡No soporto estar aquí arriba, no digamos ya ahí abajo!
-¡Esto es un espejismo! - chillé - ¡Y la única manera de que desaparezca es superando tu miedo por esta vez! ¡Salta!
La chica cogió aire.
-¿Estás segura?
-¡Sí! ¡A mí me tocó Aracne! ¡La ataqué y se disolvió!
No dijo nada más.
Saltó.
Y volvió a caer al suelo, junto a nosotras, segundos después. El precipicio había desaparecido.
-¿Qué pasa con los demás?
Annabeth y Thalia se llevaron las manos huecas a la boca a modo de megáfono.
-¡Lo que estáis viendo y escuchando son solo espejismos! - chillaron a la vez - ¡Abrid los ojos a la verdad y volved sobre vuestros pasos! ¡Hay que ayudar a Elena a salvar el mundo!
Pasaron los minutos sin recibir noticias. Cuando, impaciente, avancé para ir a buscarlos, me choqué con alguien
-David, ¿por qué te paras? - los hermanos Kane volvieron a hablar al unísono.
-Callaos u os mando fuera de la pirámide.
-Y yo te mando a ti fuera de un puñetazo - la voz de Nico resonó por toda la caverna.
-No os peleéis - pidió Piper.
-¿Dónde está Jose? - pregunté en voz alta.
Lo que vino después fue lo único que necesitaba.
-Lo han capturado.
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CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSA
Fanfiction(Puede contener spoilers de Percy Jackson, Los Héroes del Olimpo y las Crónicas de Kane) Hay veces en las que tu vida da un giro de 180 grados y te ocurren cosas que pensabas que eran producto de tu imaginación. En resumen, hay veces en las que la m...