10. Elena Kane

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-Bueno chicos, hoy es Jueves. Es la noche de las leyendas - dijo Quirón cuando los chicos de Apolo y Afrodita terminaron con la última canción - ¿A quién le toca elegir?

-¿Por qué no la eligen uno de los tres nuevos? - sugirió Piper Mclean, la líder de la cabaña de Afrodita.

-¿Chicos?

-A mí nunca se me ha dado demasiado bien la mitología griega - dijo Andy, encogiéndose de hombros.

-Yo solo me sé leyendas clásicas - replicó Jose.

-¿Y tú, Elena?

-Bueno, antes de que mi padre nos dejara, le oí decir algo sobre un Guardián de la Magia - mentí yo.

Quirón hizo una mueca y miró al señor D, que se encogió de hombros.

-Cada 1.000 años - empezó Quirón - los dioses eligen a un mestizo para otorgarle unos poderes iguales a los que ellos mismos poseen; esos mestizos son llamados Guardianes de la Magia. Le dan una pulsera con sus iniciales: dorada y roja, si es chico o plateada y azul, si es chica. Cuando los dioses creen que ya está preparado para afrontar cualquier reto, una gran amenaza se cierne sobre el mundo; amenazas peores que Cronos o Gaia o incluso que ambos juntos.

Los campistas soltaron un enorme ¡OHH! de admiración.

-Sin embargo, los dos Guardianes de la Magia que fueron elegidos anteriormente no eran los correctos. Cuando estaban a punto de vencer la amenaza, le ofrecían poderes mayores a los que ya poseían si a cambio traicionaba a los dioses. Cegados por la soberbia y la codicia, aceptaban. Y cuando ya los tenían en bandeja de plata, se deshacían de ellos.

-¿Y cuándo elegirán al siguiente Guardián? - preguntó Katie Gadner, la líder de la cabaña de Démeter.

-Si mis cálculos no fallan, lo deberían haber elegido hoy a mediodía. Tenemos algunos de los mejores sátiros buscándolo por todo el mundo, pero aún no tenemos noticias. Pero ahora, tenéis media hora libre antes de que se apaguen las luces.

Todos los campistas protestaron y fueron saliendo del recinto. De camino a mi cabaña, alguien me tapó la boca y me llevó detrás de una cabaña de obsidiana negra con antorchas de fuego griego.

-¿Pero qué...? - me enfadé yo, mirando a mi "secuestrador"

-Perdona, quería hablar contigo a solas - me dijo el chico que me había llevado allí, tendiéndome la mano - Soy Nico Di Angelo, el único hijo de Hades del campamento.

Le estreché la mano y después nos quedamos unos minutos en silencio. Nico era de mi edad, con el pelo negro sucio y desgreñado, de piel blanca y ojos negros y profundos. Vestía ropa totalmente negra, un anillo de plata con una calavera y tenía una espada de hierro estigio ceñida al cinturón.

-¿Eres la Guardiana, verdad? - me preguntó al oído.

-Nico...

-No se lo diré a nadie, si es que lo eres - susurró - Pero dime la verdad. Eres la Guardiana, ¿sí o no?

Miré a mi alrededor, para comprobar que no había nadie espiándonos.

-Ay...Sí

-¡Lo sabía!

-¡No grites! Tiene que ser un secreto, ¿puedo contar contigo?

-Juro por el río Estigio que no se lo diré a nadie.

Un trueno resonó en el cielo despejado.

-La profecía se cumplirá dentro de poco... - musitó cuando iba a marcharme

-¿Qué profecía? -pregunté yo, que tenía muy buen oído.

-Una antigua profecía que se recitó hace mucho tiempo - empezó a recitar de memoria:

Los 7 elegidos responderán a llamada

Para derrotar a los que se han revelado, al dios y al fantasma.

Entre ellos, la Guardiana de la Magia se encontrará

Y el libro del dios del conocimiento deberá recuperar.

Dentro de 5.000 lunas, el Olimpo y la Duat preservarán o asolarán.

Me quedé muda del asombro.

-Hay algunas cosas que no entiendo: libro del dios del conocimiento, Duat... ¿Qué es todo eso? Parece que estuviéramos hablando en otro idioma...

-O de otro tipo de magia - murmuré yo.

-¿Qué te parece si nos vemos mañana junto a la pared de escalada?

-Vale, buenas noches.

Nico me hizo un gesto de despedida y ambos nos dirigimos a nuestra cabaña.

Me acomodé en la litera de Julia Mason, la hermana pequeña de Jake Mason. Compartía habitación con ellos y con Leo.Me tapé completamente con la sábana y empecé a pensar en todo: en la historia de Quirón, en Andy, en mi madre, en mi padre, en mis primos... y por otro lado, pensaba en Jose.

Hacía poco que nos conocíamos, y sabía que casi todas las chicas de la escuela lo consideraban terriblemente guapo y lo querían de novio solamente por eso, porque era guapo. Y por cursi que suene, yo me incluía entre ellas. Pero no solamente porque fuera muy guapo. Jose es inteligente, simpático, trabajador y sobre todo, es el único chico que no me insulta, pega y odia por mis "pequeñas" peleas y discusiones con Álvaro Lerman.

Lo que no sabía era que los dioses iban a ponernos a prueba aquella misma noche.

CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora