La cara que puso mi primo cuando su padre se le plantó delante hizo que quisiera retorcerme de la risa.
Por suerte, pude contenerme.
-Bueno, solo los veía a ellos y...
-David - le reproché en voz baja - lo estás empeorando.
-Para ya - le aconsejó Sadie.
Por una vez, me hizo caso y cerró la boca. Pero no sabía si era por mí o por Sadie.
-Veo que habéis zanjado la fiesta sin nosotros - dijo Apolo, que salió de detrás de Ares - Eso está bien.
-Muy bien - zanjó Artemisa.
-Basta de felicitaciones - dijo una voz grave - ¿Dónde está Elena? ¿Y Leo?
-Aquí.
Siempre me preguntaré cómo tuvo la fuerza y las agallas para contestar aun sin saber quién era. Pero al verle la cara, no tuve ninguna duda.
Era Hefesto.
-Padre - la voz de Elena era tan aguda e inaudible que casi parecía una ardilla.
-Padre - Leo avanzó tímidamente, con la mano algo levantada.
- Lo habéis hecho muy bien, pero tú... - abrazó a Elena -... has demostrado ser una digna hija mía.
Una lágrima se deslizó por su mejilla.
-Padre, ahora soy una mortal. Ya no soy hija vuestra de parte divina, solo de sangre.
Hefesto dibujó una mueca en su fea cara.
-¿Y no se puede hacer nada?
Isis negó con la cabeza.
-Ha renunciado a sus poderes voluntariamente. No puede recuperarlos. No podrá vivir con gente mágica nunca más.
Cuando la vi temblar, no pude aguantarme.
La rodeé con los brazos y traté de tranquilizar su llanto desesperado.
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CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSA
Fanfiction(Puede contener spoilers de Percy Jackson, Los Héroes del Olimpo y las Crónicas de Kane) Hay veces en las que tu vida da un giro de 180 grados y te ocurren cosas que pensabas que eran producto de tu imaginación. En resumen, hay veces en las que la m...