5. Elena Kane

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Dos mujeres con escamas en lugar de piel y con doble cola de serpiente en lugar de piernas nos sujetaban a Andy y a mí firmemente por el cuello. Pero tuve la impresión de que a mí me apretaban con más ímpetu que a ella.

-¡Las tenemos! - gritó la mujer serpiente de Andy, alzándola mientras pataleaba - ¡Esto ha sido demasiado fácil!

-¡Pues sí! - respondió la mía, alzándome también - Los señores estarán orgullosos de que les llevemos a 3 de los únicos 7 que pueden derrotarlos.

-¿Qué son estas cosas? - pensé yo.

-Dracaenas - dijo mi voz más segura y convincente en mi cabeza - Aunque el término correcto es dracanae.

-Y ahora... ¿3 personas? Solo somos dos.

Vale, estaba discutiendo conmigo misma. Esto de ser mestiza/maga es fantástico.

-¿Estás segura? - respondió la misma voz de antes.

A pesar de que las garras de la dracaena me agarraban cada vez más fuerte, giré la cabeza y vi a otra dracaena agarrando del cuello a...

-¿¡Jose!? - murmuré

Mi nuevo compañero de clase había llegado en el últimotrimestre. Y el último día... había estado enfermo.

-Si hubiera venido, la Benévola habría intentado matarlo a él también - dijo la voz en mi cabeza-O sea, que él es...

-Un mestizo - terminé yo.

De repente, me acordé de la pulsera.

-Por favor, no me falles - pensé yo, visualizando una daga.

-Y ahora, mestizos - siseó la dracaena que sujetaba a Jose, inconsciente a causa de la asfixia - preparaos para...

Mi dracaena se desintegró al instante y solo quedó un montón de arena.

En mi mano había aparecido una daga de medio metro con la empuñadura de cuero. Estaba hecha de los 3 metales divinos (oro imperial, bronce celestial y hierro estigio) y el amuleto de la pulsera destellaba con un brillo plateado.

-¡Maldita mestiza! - exclamó la dracaena de Jose, soltándolo - ¡Pagarás por desintegrar a mi hermana!

Andy le pegó un puñetazo a su dracaena en la cara y la dejó confusa por un tiempo precioso que aprovechó para escabullirse y corrió a ayudar a Jose, que seguía inconsciente en el suelo.

Me bastaron apenas dos tajos con la daga para acabar con las otras dos dracanae y corrí junto a Andy, que seguía atendiendo a Jose.

-¡Dioses! ¡Por fin os encuentro! - resopló una voz.

Nos dimos la vuelta y vimos a un chico de pelo negro rizado y ojos marrones con una camiseta naranja con la leyenda CAMPAMENTO MESTIZO, vaqueros y unas zapatillas altas Converse.

-Llevo buscándoos una hora. Vosotros os escondéis mejor que otros mestizos que he rescatado...

-A ver, a ver. Tiempo muerto - dijo Andy, haciendo una cruz con las manos - Desde el principio, por favor.

-Perdón. Me llamo Grover Underwood y vengo a buscaros a los tres. Tengo que llevaros al Campamento Mestizo para entrenaros y...

-A ver, te has saltado otra cosa. ¿Qué es el Campamento Mestizo?

-Jo, tu hermano hizo menos preguntas. Oye, no podemos quedarnos aquí de charla todo el día. ¿Sabéis la cantidad de monstruos que atraen 3 semidioses y un sátiro? - dijo, cruzado los brazos.

-¿Sátiro?

Por toda respuesta, se subió un poco los vaqueros y vimos que no había piel, sino pelo de cabra. Supuse que si le afeitaba el pelo rizado, me encontraría un par de cuernos.

-¿Qué le ha pasado? - preguntó, señalando a Jose.

-Una dracaena lo asfixió - respondí yo - Sigue vivo, pero creo que estará inconsciente un buen rato.

-Vale. Necesito que me ayudéis con él, os lo explicaré todo por el camino. Levantadle la cabeza.

Andy obedeció y Grover se sacó del bolsillo de los vaqueros una botellita con un líquido que parecía zumo de manzana helado. Se lo vertió en la boca y al instante, Jose abrió los ojos.

-¿Qué ha...

-Te lo explicamos por el camino - lo corté yo

-Je, je. El néctar nunca falla - exclamó Grover contento.

Entre Andy y yo lo ayudamos a levantarse y fuimos detrás de Grover.

-Lo último que recuerdo es que estaba jugando un partido con los chicos - empezó a contar Jose - y de repente, aparecieron esas cosas y una de ellas apretó tanto que estuve inconsciente al menos durante una hora. No sé qué pasó.

-Ya os lo digo yo. Uno de vuestros padres es uno de los Olímpicos.

-¿Uno de los dioses griegos?

-Correcto, Jose. Por ejemplo, aunque tus compañeras ya lo saben, yo soy un sátiro.

Aminoramos la marcha en una colina en Long Island y entonces ocurrió algo.

Encima de Jose apareció una lira dorada.

-Una hija de Poseidón y un hijo de Apolo. Esto empieza a ponerse interesante.

CRÓNICAS DE UNA SEMIDIOSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora