Llegamos a la fraternidad unos minutos antes que el coche de Mark.
Jude, Max y yo bajamos las maletas del coche de Linda, de quién nos despedimos una vez que hemos terminado con el equipaje.
Yo introduzco la llave de la fraternidad. Me aproximo hacia las escaleras y comienzo a tirar de la maleta para conducirla hasta mi habitación. Los chicos repiten el procedimiento.
Una vez he llegado a ella, me tumbo en la cama y suspiro. Había echado mucho de menos este sitio. Estaba muy cansada del estrés de los últimos días.
Tras unos minutos, decido ir a ver qué hacen los chicos. Oigo voces al bajar por las escaleras.
– Hablando de la reina de roma– dice Ben cuando se percata de que me dirijo hacia ellos.
–¿Will?– pregunto sorprendida cuando lo veo sentado en uno de los sillones con la pierna apoyada en la mesa.
La sala se queda en silencio. Yo miro a lo chicos.
– Will se va a quedar... ya sabes... hasta que mejore su pierna.
Yo suspiro, ruedo los ojos y prosigo mi camino hacia la cocina sin pronunciarme acerca del tema. Hasta que la puerta no se cierra tras de mi no vuelve a oirse sus voces.
Los chicos hablan en el salón prácticamente gritando. Yo me siento en una de las sillas del comedor junto con un paquete de galletas. Lo abro y comienzo a comer.
– Lo que me faltaba– susurro para mi misma– compartir, de nuevo, habitación con el quarterback lesionado del equipo de New York.
Tomo otra galleta del paquete.
– Las vueltas que da la vida – susurro antes de morder otra galleta.
–¿Seguro que no te molesta?– escucho la voz de Will detrás mío.
Yo doy un salto en la silla.
– ¡Will! No vuelvas a hacer eso– ordeno posando la mano sobre mi corazón.
Él ríe.
– No es gracioso – digo justo antes de darme cuenta que iba con muletas.
– Eh, eh, eh– digo señalando ambas– te han prohibido las muletas hasta que te visite de nuevo el médico. Te dijo estricto reposo– digo exasperada– Señor, nadie me escucha en esta casa– suspiro antes de abandonar la cocina en búsqueda de la silla de ruedas.
La veo en un rincón del salón.
– A ver, cuadrilla del fondo sur del salón. Will no puede andar con eso– digo señalándolo al aparecer por la puerta– no me hagáis ser la policía de la casa. No soy vuestra niñera.
Tomo la silla bajo la atenta mirada de todos y la conduzco junto a Will. Él me mira con una mezcla de sorpresa y alegría. Se sienta en ella y le retiro las muletas.
– ¿Por qué no damos un paseo?– dice Logan de repente.
– Venga, necesito despejarme– indico uniéndome al plan.
Todos comienzan a tomar sus chaquetas. Yo repito el gesto y ayudo a Will a ponerse la suya.
– Gracias– dice mientras me mira.
Yo le sonrío y empujo la silla hasta el exterior.
Los chicos suben al coche de Logan, mientras que Will nos espera con el suyo.
– ¿Dónde vamos?– pregunto confusa.
– Quieren ir a Central Park– indica Max mientras ayuda a Will a sentarse en el asiento.
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Mi vida con ellos
RomansaLos padres de Emily Jones murieron en un accidente cuando ella era pequeña, lo que le lleva a vivir con si abuela, en un pueblo de Nueva Jersey. Harta de su vida allí, ya que se siente atrapada en a sus recuerdos, Emily decide mudarse a New York...